Las familias de los residentes en el Hogar Español de Montevideo acompañan a sus mayores con las nuevas tecnologías

Ante la prohibición de las visitas, se habilitó un sistema de videollamadas, aunque también hay quien deja mensajes en la entrada de la entidad para quienes celebran cumpleaños o aniversarios de boda

Elsa y José cortando la tarta por su 61 aniversario de casados.
La vida en el Hogar transcurre sin coronavirus.

El conocido como buque insignia de la colectividad española en Uruguay, el Hogar Español de ancianos de Montevideo, se mantiene aislado de la pandemia mundial del coronavirus que en Uruguay lleva más de ochocientos casos, con 22 muertos de los que el 10% estaban en residencias de ancianos.

Pero en el Hogar Español de ancianos la vida sigue con una nueva realidad, pero con la tranquilidad que requieren sus residentes y el propio personal que les atiende.

El presidente de su comisión directiva, el pontevedrés Ángel Domínguez, iba a renunciar en la próxima asamblea general, pero la misma tuvo que ser pospuesta, por lo que su relevo también quedó para luego de esta crisis sanitaria mundial que ha modificado la normalidad de todo el planeta. Igualmente, la junta directiva apuntaló las medidas para preservar la salud de residentes y personal, procurando además aliviar la crisis emocional que pudiera ocasionar en los residentes la prohibición de las visitas de familiares.

Así fue como se puso a disposición de las familias la conexión de videoconferencia con los residentes, a quienes les ayudan personal de la institución para manejar la tecnología y conseguir hablar y ver a sus hijos, nietos y amigos.

Pero otra de las vivencias que se siguen dando son los festejos de cumpleaños y aniversarios de casado de residentes de la institución más querida por todos los españoles en Uruguay.

Destacaron en este mes de mayo los cien años de Leonor y los 61 años de casado de Elsa y José, que fueron festejados con tartas, como así también todos los que celebraron sus cumpleaños sin la familia presente.

Estos buscan la forma de estar, algunos con cartas y mensajes que dejan en la puerta del Hogar, y casi todos con videollamadas que alegran a sus familiares en este aislamiento obligatorio que han determinado las autoridades gubernamentales en Uruguay en las residencias de ancianos.

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