Uno de los asuntos fundamentales que está marcando la precampaña de las elecciones andaluzas del próximo 2 de diciembre es, además de las consecuencias de la situación política en Cataluña y la corrupción, las estrategias de cara a los pactos post-electorales. Y esto porque todo el mundo coincide en que no habrá mayorías absolutas y será importante la suma de votos que alcancen los partidos de izquierdas frente a los de derechas.
Ciudadanos, el sostén hasta ahora del gobierno del PSOE de Susana Díaz insiste en desmarcarse por completo. Su candidato es Juan Marín, aunque el líder Albert Rivera y la candidata catalana, Inés Arrimadas -andaluza de nacimiento-, están permanentemente en la Comunidad. Como también está el presidente del PP, Pablo Casado, para arropar a su cabeza de lista, Juan Manuel Moreno. El PP no descarta gobernar aunque no sea el partido más votado.
La candidata a la reelección, aunque recibió la visita de Pedro Sanchez, prefiere una campaña centrada en Andalucía y trabaja para lograr una victoria lo más amplia posible. Mientras que la relación entre Podemos y su lista afín, Adelante Andalucía con Teresa Rodríguez a la cabeza, mejora con la mediación de Izquierda Unida y esto podría acercarles al PSOE para un posible pacto, aunque sin precisar la entrada en el Ejecutivo.