El próximo 28 de mayo se celebran elecciones municipales y elecciones autonómicas en 12 comunidades: Aragón, Principado de Asturias, Illes Balears, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunitat Valenciana, Extremadura, Comunidad de Madrid, Región de Murcia, Comunidad Foral de Navarra y La Rioja, así como elecciones a las Asambleas de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Todas ellas fueron convocadas el pasado 4 de abril, con la publicación del correspondiente decreto en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
En las elecciones municipales de 8.131podrán votar 35.414.655 electores, entre los que figuran 414.581 pertenecientes a países de la Unión Europea (UE) y a países con los que España ha firmado un Acuerdo de reciprocidad para ejercer el derecho de sufragio activo y que han manifestado su intención de votar en estas elecciones.
En las elecciones autonómicas que se celebran en 12 comunidades podrán votar 18.382.505 electores, de los que 1.046.757 son residentes ausentes que viven en el extranjero (CERA).
Por último, 124.428 electores podrán participar en las elecciones a las Asambleas de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, de los que 8.896 son CERA.
También se celebran elecciones a las Juntas Generales de Territorio Histórico de Araba/Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, a los Cabildos Insulares canarios, a los Consejos Insulares de Ibiza, Mallorca y Menorca, al Consejo General del Valle de Arán (Lleida) y, por último, elecciones a entidades de ámbito territorial inferior al municipio.
Para todo ello, los partidos políticos ya han tocado a rebato y han activado la maquinaria. Aunque son elecciones con un importante componente local, por la propia idiosincrasia y problemática de cada comunidad autónoma y, sobre todo, de cada ayuntamiento y en los que influye mucho además el cabeza de lista, los comicios tienen también una estrategia y tendrán lectura de carácter nacional.
Presentación de Sumar
Por un lado, servirán para medir el desgaste de los partidos de la izquierda en el Gobierno de España y las discrepancias que se han agravado en las últimas semanas. Entre los socios de la coalición que rige los destinos del país, el PSOE y Unidas Podemos, y en la parte más izquierda de los socialistas. Especialmente, tras la presentación el pasado 2 de abril de la plataforma Sumar que encabeza la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien aseguró que se presentará a las elecciones generales de finales de año para ser la “primera presidenta de España”. Díaz se rodeó de una decena de dirigentes de formaciones de izquierdas pero no de Podemos, con quienes no ha llegado a un acuerdo por falta de consenso entre ambas partes.
Desde el PSOE, mientras tanto, se observa el paso de Yolanda Díaz con cierto interés y un punto de respaldo, a tenor de las declaraciones de sus dirigentes. Los socialistas enfocan la campaña como una defensa de su gestión y con un ataque permanente al PP, poniendo en cuestión las posibles alianzas a las que pueda llegar con Vox.
Por otro lado, la cita con las urnas del 28-M será una piedra de toque para comprobar lo que algunos denominan el ‘efecto Feijóo’ y su tirón electoral, como aproximación a lo que pueda pasar en las generales, que se prevén para el mes de diciembre. El PP apuesta por presentarse como la única opción alternativa al PSOE y sus socios de coalición y de legislatura, como los independentistas y la izquierda abertzale, y por aspirar a gobernar en solitario, alejándose de Vox.