Las Cortes de Castilla y León aprobaron el pasado 30 de noviembre la Ley de Rebajas Tributarias, que afecta al primer tramo autonómico del IRPF -con efecto retroactivo desde el 1 de enero de 2022-, además de incorporar bajadas de tasas y bonificaciones. Medidas centradas en deducciones para familias, autónomos y empresas y que sitúa a la Comunidad como la segunda con el tramo más bajo en el IRPF, según la Junta. El texto legal, presentado en las Cortes por el consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, se aprobó con los votos a favor de PP y Vox y la abstención del resto de la Cámara -PSOE, UPL-Soria Ya, UP, Cs y XAV-, al poner en duda que dichas propuestas beneficien a quienes más lo necesitan.
El consejero de Economía y Hacienda, que destacó las ayudas a la natalidad y la congelación o exención de tasas para impulsar la actividad económica, defendió la necesidad de bajar impuestos ante el “agravamiento” de las perspectivas económicas y avanzó que la Junta impulsará nuevas medidas de rebajas impositivas en esta legislatura. “En Castilla y León hemos demostrado que sabemos compatibilizar bajos impuestos con mejores servicios públicos, con un menor endeudamiento y con una menor tasa de paro que la media española”, justificó Carriedo, que resaltó que este proyecto impulsa la bajada de siete impuestos y la supresión y eliminación de otros hasta cifrar en 36 millones de euros el ahorro de los contribuyentes.