El presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, anunció el pasado 6 de febrero que el Consello da Xunta aprobó el requerimiento que envió de inmediato al Gobierno central para reclamarle los 204,7 millones de euros que debe a Galicia en concepto de IVA del año 2017. El Gobierno tiene un mes de plazo para contestar a dicho requerimiento. De no hacerlo o de hacerlo en sentido negativo, la Xunta presentará de manera inmediata un recurso contencioso-administrativo, es decir, “llevaremos al Gobierno central a los tribunales”, lamentó Feijóo.
“Queremos que reconozca la existencia del desfase financiero que tiene con las comunidades autónomas, concretamente con Galicia; que se compense a Galicia por ese desfase y que se abonen asimismo los intereses de la deuda”, aseveró el presidente de la Xunta. También se pide adoptar las medidas y actos precisos para transferir a la Comunidad la cantidad adeudada, además de solicitar que “esto no tenga nada que ver con el cómputo que pueda hacer el Ministerio de Hacienda del déficit público para las comunidades autónomas”.
El presidente de la Xunta incidió en que Galicia sigue siendo una comunidad solvente y lamentó que “tenemos un Gobierno que, lejos de incentivar el cumplimiento de las comunidades autónomas, lo que hace es penalizar el cumplimiento de las comunidades autónomas solventes”.
También hizo hincapié Feijóo en el hecho de que el presidente del Gobierno se reunía ese mismo día con un “dirigente inhabilitado, por lo menos en la categoría de diputado” mientras penaliza a Galicia, negándole los 170 millones de euros de cumplimiento de las reglas fiscales de los años 2017 y 2018. En esta línea, también denunció que el jefe del Ejecutivo central hace “una reunión bilateral en Cataluña”, pero lleva más de 17 meses sin convocar la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que hay que hacer, como mínimo, dos veces al año.
La convocatoria de la reunión del CPFF para el día siguiente suponía para el presidente de la Xunta “una doble decepción” porque el Ministerio de Hacienda no incluye en el orden del día ni el pago inmediato a la Hacienda autonómica del dinero del IVA ni el pago a las comunidades autónomas de los incentivos por el cumplimiento de los objetivos fiscales, que suponen 170 millones para Galicia.
Al día siguiente, el 7 de febrero, Núñez Feijóo reivindicó la Galicia del 2020; una Galicia, dijo, con espíritu emprendedor, abierta, marcadamente exportadora y que inspira confianza.
Durante el acto de entrega del Premio Economía 2019 al Grupo Gadisa, otorgado por el Consello Galego de Economistas, y al que asistió la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, Feijóo se refirió también a la autonomía como un factor de progreso. “Pero no la autonomía en abstracto, sino la interpretación gallega de la autonomía”, precisó, incidiendo en que la Comunidad ofrece una versión propia de la España autonómica, en la que las diferentes herramientas institucionales no pretenden encorsetar la creatividad social, sino convertirse en un brazo de la sociedad.
En esta misma línea, recordó que la España de las autonomías descansa en el principio básico de lealtad. “La misma que, junto a la legalidad vigente, obliga a reclamar las cantidades adeudadas -dijo, en alusión al IVA-, y que debiera obligar a atender esa reclamación con diligencia”, recordando que, en los últimos días se había demostrado, con el desacuerdo manifestado también por la inmensa mayoría de las comunidades, que la demanda de Galicia no está inspirada por el egoísmo ni por el partidismo.
“Galicia reclama la deuda porque somos parte integrante del Estado, no porque queramos destruirlo o abandonarlo, sino porque creemos en el rigor y lo practicamos, como se demuestra en las evaluaciones relativas al déficit, a la deuda y al equilibrio presupuestario”, explicó.
El titular de la Xunta se refirió a las inquietudes que proceden de la Unión Europea, una vez consumada la salida del Reino Unido. Sobre este punto, destacó la eurorregión Galicia-Norte de Portugal como ejemplo de que gallegos y portugueses estamos dando una respuesta al dilema europeo muy diferente a la del brexit, encaminada a consolidar un espacio común en el que reine la confianza.
