La soledad e incertidumbre atenaza a los socios de Casa de Galicia ante una crisis que se complica

Una de las instituciones designadas por el Gobierno uruguaya para recibir a los socios de la entidad ha anunciado el cierre de una de sus policlínicas

Socios de Casa de Galicia durante la asamblea.

Luego del postoperatorio del desplazado presidente de Casa de Galicia, los síndicos Jupiter Pérez y Fernando Cabrera, que el juez de concurso Leonardo Méndez designara oportunamente, lograron entrevistarse con Alberto Iglesias en su domicilio, según pudo saber España Exterior en la semana previa a Navidad. Allí, además de explicar la situación de la mutua gallega quebrada producto de no recibir el auxilio del Gobierno uruguayo, según Iglesias por culpa del ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, también les advirtió de que podían ser responsables de crímenes sanitarios al desplazar al director técnico de la institución, por lo que ellos serían los responsables de la salud de los asociados.

Quizás esto fue el detonante para que el juez Méndez determinara el 23 de diciembre el cierre de Casa de Galicia, como consecuencia de que los síndicos no querían acarrear con la responsabilidad de administrar una institución sanitaria para lo que no estaban capacitados, y como Méndez había mandado retirar a las dos interventoras del Ministerio de Salud Pública, la decisión fue tomada bajo el razonamiento del concurso judicial a que arribara el magistrado de “la insuficiencia del activo en relación al pasivo”.

De allí en más comienza la lucha que llevó a que primero los trabajadores junto a los socios realizaran un mitin frente al hospital que culminó con una reunión de más de dos centenares de afiliados en la Quinta de Galicia, donde llamaron a una asamblea y comenzaron a gestar juntos la lucha para que Casa de Galicia no cerrara.

Entre otras surgió la iniciativa de la abogada Lucía Curbelo –asesora letrada de Casa de Galicia desde hace más de treinta años para el área civil y de responsabilidad médica y que ha sido despedida por los síndicos de la entidad– quien presentó un escrito ante la justicia para solicitar que el juez Méndez permita la defensa de los socios de la mutua gallega, que a esa altura como hasta ahora, no han podido explicar ni replicar nada en el concurso de acreedores que se viene llevando adelante tras el pedido de Alberto Iglesias cuando aún era presidente de la mutua.

De esta forma se buscaba conseguir más tiempo para que los dueños de Casa de Galicia pudiesen presentar ante la justicia un plan de rescate de la institución que realmente tiene una situación financiera que, por su abultada deuda, llevó a declarar el cierre de esta por parte de la justicia.

Varias discrepancias llevaron a que los trabajadores sindicalizados hicieran caer a la cúpula del sindicato, eligiendo nuevas autoridades, que declaran no estar de acuerdo con la resolución de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), que convalidó con el Gobierno un acuerdo de cierre de Casa de Galicia, reparto de sus socios en cuatro instituciones y la absorción de parte del personal y un restante 25% quedaría en una bolsa para futuras incorporaciones.

La huelga de hambre que llevan adelante dos trabajadores, una de ellas la presidenta recién electa del sindicato, Alejandra Marino, continúa a pocas cuadras del hospital de Casa de Galicia, pero en asamblea el gremio decidió continuar con la lucha sin contemplar las resoluciones de la FUS que agrupa a todos los sindicatos de la salud, por entender que la mutua gallega debe continuar existiendo.

Esta situación ha fortificado la unión entre asociados y trabajadores, quienes redoblaron los esfuerzos para que al levantarse el próximo 12 de febrero la asamblea general, una propuesta llegue a estudio a los efectos de revertir el cierre de la mutua decretado por el juez Méndez.

Este fin de semana se ha sumado que una de las instituciones designadas por el Gobierno para recibir a los socios de Casa de Galicia tras su cierre, la cooperativa de galenos Universal Sociedad Médica, comunicó a sus afiliados que clausuraba la policlínica de Ciudad de la Costa, donde se atienden dos mil personas, los que para retirar medicamentos tendrán que trasladarse treinta kilómetros hasta la sede central en la avenida Millán en Montevideo.

Los socios de la mutua gallega, con este panorama, se sienten solos ya que ninguna institución de la colectividad española y gallega los acompaña en su lucha de mantener abierta la Casa de Galicia fundada en 1917 y lo que es peor, la incertidumbre es mayúscula al ver como todos los partidos políticos uruguayos y españoles ni siquiera se aproximan a ellos para preguntarles su opinión.

2 comentarios en “La soledad e incertidumbre atenaza a los socios de Casa de Galicia ante una crisis que se complica

  1. Aún peor es si pensamos que el terreno donde está el Sanatorio se compró con el dinero que pusieron los GALLEGOS de esa época al igual que la construcción del PANTEÓN y todos los socios aportamos para su ampliación también. En la crisis anterior los funcionarios aportamos un porcentaje del sueldo para mantenerla. Es decir los DUEÑOS DE CASA DE GALICIA SOMOS LOS SOCIOS Y FUNCIONARIOS.

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