El presidente del Principado entregó el pasado 24 de octubre a la Princesa Leonor de Borbón la Medalla de Asturias, la máxima distinción institucional de la Comunidad, y el “símbolo que renueva una relación de siglos entre nuestra tierra y la Corona”, según destacó Adrián Barbón. Durante su intervención, el jefe del Ejecutivo invitó a la Princesa de Asturias a llevar siempre con orgullo la distinción que ha recibido: “A lo largo de la vida mereceréis muchas distinciones y reconocimientos. Entended que para nosotros esta entrega tenga, sobre todas, un especial valor. Con la convicción de su elevado significado histórico, os pido que siempre llevéis con orgullo la Medalla de Asturias. Porque esta también es vuestra tierra”.
El Consejo de Gobierno acordó el pasado 19 de diciembre conceder este reconocimiento a la Princesa de Asturias con motivo de su mayoría de edad, al igual que ya hizo en 1986 con su padre, Felipe VI, en ambos casos por su condición de herederos al trono. Leonor de Borbón cumplió 18 años el 31 de octubre de 2023, fecha en la que también juró la Constitución.
La Ley 4/1986, de 15 de mayo, Reguladora de los Honores y Distinciones del Principado, establece en su disposición final primera que los príncipes y princesas de Asturias recibirán “por derecho propio” la Medalla de Asturias, el más alto reconocimiento que se concede a nivel autonómico.
En el acto de entrega, celebrado en la biblioteca de la Universidad de Oviedo, Adrián Barbón aludió al vínculo que une Asturias con la Familia Real: “Hace 13 siglos que nació el Reino de Asturias, sin cuya evolución es inexplicable la Corona. Somos herederos de una arraigada identidad que siempre se ha distinguido por tanta lealtad como insumisión ante la injusticia”. En este sentido, recordó los sucesos del 25 de mayo de 1808, cuando la Junta General asumió la soberanía frente a la invasión napoleónica. “Nos reconocemos en esos hechos, en nuestra temprana y continua vocación europeísta, en el pasado emigrante, en el acervo campesino, en la fuerza industrial y proletaria de la minería y la siderurgia”, añadió el presidente.
Barbón también expresó su confianza en el futuro de una Comunidad que, “tras resistir sucesivas crisis, encara un horizonte abierto hacia un modelo económico limpio, emprendedor, asentado sobre la protección de sus hermosos recursos naturales y la fortaleza de los servicios públicos”. Además, se mostró convencido de que Asturias “reúne la audacia suficiente para superar los obstáculos y hacerse dueña de su porvenir”.
“Vine muchas veces con mi madre y mi padre a Asturias durante mi niñez. Mi familia asturiana es muy asturianona, ya me entienden”, explicó la Princesa, que también fue investida como Alcaldesa Honoraria de Oviedo, en su emotivo discurso de agradecimiento. “Llevo a Asturias en mi corazón. Y siempre será la patria querida que dice el himno, la tierra que da nombre al título que me designa como Princesa y, por tanto, servidora de España, y el lugar de origen de mi familia materna. Lo dije en mi primer discurso en Oviedo, en 2019: tengo sangre asturiana. Y eso no sólo imprime carácter: es un orgullo y una alegría”, añadió.