La preocupación por los precios y la energía centra el inicio del curso tras las vacaciones de verano

Pedro Sánchez se compromete a que “no va a haber apagones de electricidad ni racionamiento de bombonas”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el debate en el Senado.

La vuelta de las vacaciones de verano viene marcada por dos asuntos fundamentales que preocupan a los dirigentes políticos y a los ciudadanos: el nivel tan elevado de los precios y el acceso a la energía. Por un lado, el Índice de Precios al Consumo se mantiene por encima del 10% y, por otro, la luz y el gas siguen batiendo récords a pesar de las medidas tomadas y con la amenaza del presidente ruso, Vladimir Putin, de cortar el gas a Europa y dejarle sin suministro de cara a los meses duros del invierno.

Todo esto agravado con el gasto de la vuelta al cole, que supera los 400 euros por niño y que ha obligado a muchas familias a recortar el gasto en cuestiones como las actividades extraescolares.

El Gobierno de España logró ratificar en el Congreso de los Diputados el 25 de agosto el decreto ley de ahorro energético, aprobado el día 1 de ese mes por el Consejo de Ministros, para cumplir con la reducción voluntaria del consumo de gas, así como ayudas para el fomento del transporte público, limitación de las temperaturas de calefacción y refrigeración en inmuebles de las administraciones públicas, establecimientos comerciales, culturales o infraestructuras de transporte; o la obligación de apagar luces de escaparates y edificios públicos desocupados a partir de las 22 horas, entre otras medidas.

El bloque de la investidura dio el visto bueno al decreto, pese a sus críticas al Ejecutivo por la falta de diálogo, a cambio de modificar la norma en cuatro semanas e incluir financiación a las comunidades autónomas. El PP explicó que presentaría su propio plan, como así hizo, y Vox que llevaría el del Gobierno al Tribunal Constitucional, al considerarlo ilegal.

Cara a cara en el Senado

Por otro lado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizó el 6 de septiembre un debate en el Senado con el líder de la oposición y presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, sobre las propuestas para afrontar esta situación. Sánchez había anunciado previamente la bajada del IVA del gas del 21% al 5% para alcanzar un ahorro de 190 millones de euros a los consumidores, tal y como le había pedido Feijóo en abril y fue criticado por el Gobierno.

Explicó que habrá “medidas adicionales” de ahorro energético, pero que “no van a ser dramáticas” y se comprometió a que “no va a haber apagones de electricidad ni racionamiento de bombonas”. Avanzó también que las plantas de cogeneración aplicarán la excepción ibérica, que limita el precio del gas para la generación de electricidad en España y Portugal.

En este sentido, grandes firmas como ArcelorMittal, Ferroatlántica, Volkswagen o Michelin interrumpieron o limitaron su producción ante el elevado coste de la energía. De hecho, agosto cerró como el mes más caro de la historia en el precio de la luz, al superar los 307 euros aunque llegó a estar por encima de los 435 euros, marcando récords desde la aplicación de la excepción ibérica. Y es que tanto la luz como el gas llegaron a máximos del mes de marzo.

Durante el debate en el Senado, el presidente del Gobierno dedicó más de una hora a criticar duramente a Feijóo acusándole de actuar “con insolvencia o mala fe”, a quien las encuestas coinciden en situar en primera posición al frente del PP con una media de entre 40 y 50 escaños de diferencia con el PSOE de Sánchez.

Otras propuestas

El jefe de la oposición, por su parte, le criticó por crispar y no actuar como presidente. Feijóo ofreció su apoyo al Gobierno para no depender de ERC y de Bildu y le pidió romper con Podemos. Pidió que la bajada del IVA de la luz y el gas dure hasta marzo y se apropió de la nueva medida anunciada por Sánchez, por la que había apostado unos días antes. También destacaron desde el PP que España se ha convertido en uno de los mayores importadores de gas ruso.

Por otro lado, la Unión Europea pactó intervenir de emergencia los beneficios extraordinarios de las energéticas e hizo un llamamiento a los estados miembros para frenar la inflación y reducir la deuda.

Relacionado con esto último, el Banco Central Europeo aprobó la mayor subida de tipos de su historia tras aumentar en 0,75 puntos el precio del dinero, hasta llegar al 1,25% -el nivel más alto desde noviembre de 2011-, y anunció que habrá más. Con ello, prioriza la lucha contra la inflación al riesgo de recesión en la zona euro.

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