La mesa de partidos catalanes acordó en la mañana del 15 de enero, a propuesta del Govern y sin unanimidad por la posición contraria del PSC, aplazar las elecciones convocadas para el 14 de febrero y posponerlas al 30 de mayo, dada la evolución de los datos epidemiológicos en Cataluña.
El Ejecutivo catalán elaboró, en reunión extraordinaria, el decreto de aplazamiento en el que justifica la decisión por razones sanitarias y para garantizar la calidad democrática de las elecciones. De esta manera, el Govern sigue el precedente de lo que sucedió en Galicia y el País Vasco, cuando se aplazaron los comicios de abril de 2020 hasta julio.
El vicepresidente en funciones de presidente, Pere Aragonès, fue el encargado de rubricar el decreto, como ya hiciera en diciembre con el de la convocatoria electoral. En una declaración institucional desde el Palau de la Generalitat junto a la consellera portavoz y de la Presidència, Meritxell Budó, apuntó que mantener los comicios catalanes para dentro de un mes “era un riesgo inasumible” por el impacto de la pandemia.
“La actual evolución en toda Europa, con una tercera ola que supera todas las previsiones, evidencia un riesgo inasumible en lo sanitario”, destacó Aragonès. Pero también consideró que la Covid provoca “un perjuicio para la participación que tiene que legitimar todo proceso democrático”.
La medida será oficial cuando se publique en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) el 16 de enero. Más adelante, en abril, habrá un nuevo decreto de convocatoria.
Esta decisión conllevará la necesidad de un nuevo censo y un nuevo proceso electoral al completo, incluida la solicitud del voto de los ciudadanos catalanes residentes en el extranjero, que se había prolongado recientemente.
Según han publicado varios medios, fuentes del PSC mostraron su “total desacuerdo” con el aplazamiento propuesto por el Govern ante el agravamiento de la crisis sanitaria y el crecimiento exponencial de los casos de Covid-19. Y eso que los socialistas catalanes presentan como candidato al ministro de Sanidad, Salvador Illa.
El PSC apostaba por un aplazamiento técnico al 14 ó 21 de marzo. Su líder, Miquel Iceta, se opuso a la suspensión del proceso porque considera que no responde “a criterios sanitarios”.
Aunque los socialistas catalanes llevaban días asegurando que no había motivos objetivos para postergar las elecciones del 14F, en la reunión de la mesa de partidos presentaron dos fechas alternativas, el 14 y el 21 de marzo. En su opinión, ese margen es suficiente para que baje el pico de presión hospitalaria de la tercera ola en Cataluña, que los informes de la Consellería de Salud sitúan en el 19 de enero. Iceta avisó de que en mayo puede haber una “cuarta ola” de coronavirus como consecuencia de las vacaciones de Semana Santa.
Estan esperando a que los politicos presos Catalanes obtengan el indulto.