Una vez más, como viene sucediendo desde que se reformó la Ley electoral en 2011 y se introdujo el voto rogado, los ciudadanos castellano y leoneses residentes en el extranjero no han podido ejercer su derecho a voto de manera aceptable en estos comicios autonómicos del 13 de febrero.
Claro ejemplo son las manifestaciones a España Exterior de María Antonia Rabanillo, la presidenta de la Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Cuba: “Desilusión y tristeza sentimos los castellanos y leoneses por no poder expresar con nuestro voto lo que entendemos es mejor para la tierra que o nos vio nacer, o fue la cuna de nuestros padres y madres, o abuelos y abuelas. Esperemos que se concrete la eliminación del voto rogado y no siga siendo un slogan de publicidad”.
Y es que ninguna de las 9.072 personas censadas pudo si quiera pedir el voto. Rabanillo explicó que las solicitudes no llegaron a España dentro del plazo porque la documentación para hacerlo les llegó más tarde del 15 de enero, último día para enviarla.
Un total de 4.127 castellanos y leoneses en el exterior rogaron el voto en estas elecciones autonómicas, el 2,6% de los 160.180 inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA). La mayor parte de las peticiones llegaron de residentes en Francia, 1.021, Alemania, 722, Reino Unido, 414, Suiza, 355, Argentina, 337, Bélgica, 236, Estados Unidos, 185 y Países Bajos, 109.
Otro ejemplo del desastre que supone la actual regulación del voto exterior, y no solo por la implantación del voto rogado sino porque el proceso depende en buena medida de los sistemas postales de terceros países, es el caso de Venezuela. Desde ese país no salió ningún voto para ser incluido en el proceso electoral de Castilla y León porque la documentación con las papeletas no llegó al país, a pesar de que, según informó Vicente Cacho, cónsul general adjunto de España en Caracas y encargado de este proceso electoral en el país, todas las acciones necesarias para que se diera la votación se realizaron según los parámetros establecidos la Ley Electoral.
Explicó Cacho, que “desde el Consulado se ha hecho todo lo posible coordinando la labor de Correos en España y la labor de Ipostel (servicio de correos de Venezuela) para que efectivamente llegaran los votos, pero al parecer no ha sido posible, sin nosotros saber bien por qué”.
Según el cónsul adjunto, antes de las elecciones se reunieron con Ipostel para asegurar que efectivamente se pudiera llevar a cabo la distribución de votos en todo el país. Ipostel dio todas las garantías y han estado en contacto con ellos en todo momento.
Desde España llegó la información a los electores de que podían solicitar el voto en una valija que arribó en la línea aérea Iberia y fueron distribuidos a todos los potenciales votantes, se pidieron los votos y “a nosotros que nos conste 10 personas manifestaron su deseo de votar en estas elecciones y a ninguna de esas 10 personas le llegó la papeleta”.
En Venezuela hay 3.000 personas exactamente, votantes de la comunidad de Castilla y León, censadas. De esos 3.000, 1.800 están ubicados en los estados más cercanos: Caracas, Miranda y La Guaira, los otros 1.200 en el interior del país. Solo 10 manifestaron su voluntad de participar en el proceso y a ninguno le llegó la papeleta con el voto.
En Argentina había censados 52.506 castellanos y leoneses con derecho a voto. En el Consulado General de Buenos Aires, la demarcación consular con mayor número de españoles registrados del mundo, las jornadas de depósito del voto en urna se desarrollaron con absoluta normalidad, pero con una muy escasa concurrencia de votantes.
Una vez más, la obligación de tener que rogar el voto volvió a provocar un paupérrimo nivel de participación, tal como sucede desde que se implementó en 2011 este sistema que es muy criticado en general por la ciudadanía española residente en el exterior y sus representantes.
Como muestra, cabe señalar que, de los 33.581 castellanos y leoneses residentes en la demarcación consular de Buenos Aires, tan sólo 307 ‘rogaron’ el voto, lo que significa menos del 1% del total de inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA).
Y de esos 307 solamente 192 pudieron votar, 149 lo hicieron enviando su voto al Consulado por Correo y 43 se acercaron a la sede diplomática para depositarlo en urna.
De los 6.681 electores inscritos por Castilla y León en el Consulado General de España en Ciudad de México, sólo 52 solicitaron su voto, y tan sólo 28 ejercieron su derecho en los tres días del período ordinario de votación que se llevó a cabo del 9 al 11 de febrero. De ellos, la mayor parte fueron de León (25), 2 de Salamanca y 1 de Burgos.
Aunque se esperó hasta el último momento del viernes 11 de febrero la autorización de España para abrir el plazo extraordinario, al fin de semana, que generalmente se ha llevado a cabo en otras elecciones, ésta finalmente no llegó y por tanto, se dio por cerrado el proceso electoral en esta demarcación consular.
La baja participación era el escenario más esperado, ya que la gran mayoría de los españoles residentes en este país están en desacuerdo en el proceso que se debe seguir con el llamado voto rogado. Así lo señaló, Saturnino Bernabé, de 84 años, originario de Valladolid, quien recibió los documentos para solicitar el voto, pero se negó a hacerlo ya que le parece injusto “yo soy español como los demás y no tengo porque estar rogando nada. Y hasta que no cambie esta situación no votaré, aunque bien que me gustaría”.
Hay que recordar que México es el quinto país con más electores registrados de Castilla y León (7.482), sólo por detrás de Argentina (52.506), Francia (23.009), Alemania (9.261) y Cuba (9.072).
De esos países cabe destacar que, en el Consulado de París, solo se recibieron 454 sufragios y en el de Hamburgo, de 113 solicitudes, se recibieron 94 votos.
Dados los restos al cierre del escrutinio de los votos depositados en las mesas electorales durante la jornada de votación del 13 de febrero, el voto exterior no variará el reparto de escaños.
Información elaborada por Manuel Barros, Noemí Cendón, Leo Vellés, Begoña Ayuso y Manuel L. Faraldo.
Buenas noches. Mi nombre es Luisma. Soy castellano-leonés y resido en São Paulo(Brasil) desde hace 24 años. Desde que se instauró el voto rogado en 2011 ha habido más problemas que beneficios para votar los que residimos fuera de España. En las elecciones del 13 de febrero de 2022 a las Cortes castellano-leonesas no conseguí votar porque la carta de mi oficina del censo electoral de Palencia, me llegó el 20 de enero de 2022.Es decir 5 días después de haber acabado el plazo para solicitar el derecho a votar(voto rogado).Un absurdo! Si hubiesen avisado por correo electrónico o por otros sistemas me hubiese dado tiempo de enviar por el correo postal o por el certificado digital. Las oficinas de los censos electorales tienen que saber o informarse que en muchos terceros países(especialmente al final del año) las cartas por correo postal tardan mucho por el exceso de cartas o por falta de infraestructuras en algunos casos.
Gracias por la atención!