La legislatura en Cataluña no se pone en marcha por las desavenencias entre los soberanistas

El pleno de investidura de Puigdemont se suspendió y no hay alternativa clara para sacarla adelante

El presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent (de ERC), suspendió el pasado 30 de enero el pleno de investidura del diputado de Junts per Catalunya (JxC) y expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, que debía tener lugar ese mismo día tras la decisión previa del Tribunal Constitucional de rechazar la celebración de ese debate y posterior designación si el candidato no estaba presente y defendía su programa de gobierno.

A pesar de la presión de los independentistas, Torrent optó por suspender la investidura para no incurrir en ningún delito, pero decidió mantener a Puigdemont como candidato a la Presidencia del Govern de Cataluña. Mientras, éste sigue en Bélgica fugado de la Justicia española, hecho que impide su investidura, y bajo la amenaza de detención y puesta a disposición judicial, como paso previo a la cárcel, en caso de que ponga un pie en España.

Esta situación inédita creó dudas procedimentales, que aclararon los letrados del Parlament al asegurar en un informe que la cuenta atrás para la celebración de unas nuevas elecciones autonómicas no está todavía en marcha. Y es que la Cámara tiene dos meses para escoger al president después del primer debate de investidura que, según los letrados, no llegó a celebrarse.

Los ánimos de Puigdemont decayeron como se demostró en los mensaje telefónicos que se intercambió con el otro diputado soberanista huido, Toni Comín, y que fueron revelados por el Programa de Ana Rosa, en Telecinco. “El plan de Moncloa triunfa” o “Esto se acabó, los nuestros nos han sacrficado”, reconocía el expresident. Sin embargo, posteriormente los justificó en un momento de debilidad y añadió que no se echará atrás.

Incluso su entorno más próximo deslizó que preferirían unas nuevas elecciones antes que cambiar de candidato. Por ahí surgieron las nuevas desavenencias con las otras fuerzas partidarias de la independencia, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), partidarias de sacrificar a Puigdemont a cambio de un cargo honorífico en Bruselas, puesto que defienden un Gobierno efectivo cuanto antes en Barcelona. Hasta surgió el nombre de Elsa Artadi (JxC) como posible sustituta, que ella misma rechazó.

El reloj sigue parado en una Cataluña sin más Ejecutivo que el Gobierno central, en aplicación del artículo 155 de la Constitución, por las desavenencias de los soberanistas y su falta de acuerdo para la investidura.