La hija de emigrantes gallegos de 74 años que viajó en el crucero Costa Pacífica lleva ya 20 días varada en Roma

“Nos sentimos atendidas y cuidadas tanto por la gente de Costa Cruceros como por el Consulado argentino en Roma, pero a veces es difícil afrontar el síndrome de abandono que nos está provocando esta situación”, afirma Haydée Beatriz Piñeiro Freire

Larronde y Piñeiro en su habitación de hotel en Roma.

Haydée Beatriz Piñeiro Freire, la hija de emigrantes gallegos nacida en Argentina y poseedora de la ciudadanía española que viajó en el crucero Costa Pacífica lleva ya 20 días varada en Roma y aún no sabe cuándo podrá retornar a su hogar.

Piñeiro, de 74 años, y su cuñada y amiga Ana María Larronde, de 73 años, forman parte del contingente de 44 pasajeros de diversas nacionalidades que están esperando en el hotel romano B & B Tuscalona la repatriación a sus naciones de origen.

Según explicó en comunicación telefónica con España Exterior, luego de varios días sin saber en qué destino iban a descender del buque tras haber sido negado el permiso a desembarcar en España y Francia, el pasado 25 de marzo finalmente pudieron bajar en Roma. “Primero nos llevaron a un hotel, a los tres días nos trasladaron a otro en el que sólo estuvimos dos horas porque la policía lo cerró, y desde el 28 estamos en el Tuscolana”, explicó.

Piñeiro, quien se desempeña como secretaria de Cultura del Centro Gallego de La Plata y vocal de la junta directiva del Club Español de dicha ciudad, informó que de los 44 pasajeros del Costa Pacífica, el sábado pasado pudieron retornar a su país ocho ucranianos tras aceptar hacer el viaje en ómnibus, y añadió: “Quedamos 36 en el hotel, pero ayer ingresaron 11 australianos, suponemos que de otro crucero de Costa”.

Ambas están en contacto permanente con el cónsul adjunto de Argentina en Roma, Mariano Trisano. “A pesar de que el Consulado está cerrado, están siempre atentos a ver si necesitamos algo. Eso nos da cierta tranquilidad porque sabemos que nos tienen en cuenta y que estamos en una lista de espera para una posible repatriación, pero según nos informaron la conversación entre ambos gobiernos está complicada porque es muy difícil que dejen entrar a Argentina vuelos desde Europa, y mucho menos desde Italia”, aseguró.

A pesar de estar de buen ánimo dadas las circunstancias, relató que las condiciones en las que están soportando esta situación son cada vez más difíciles. “Antes podíamos salir una vez por día para caminar en el patio del hotel, pero desde el miércoles pasado aumentaron las restricciones de la policía y ya no podemos hacerlo. También tenemos que hacer la limpieza de la habitación en la que estamos las 24 horas, porque el personal del hotel o no quiere hacerlo o ya no se lo permiten”.

En esa tónica, concluyó: “Aceptamos la decisión porque sabemos que lo están haciendo para que estemos más protegidas al restringir el contacto con otras personas, y también nos sentimos atendidas y cuidadas tanto por la gente de Costa Cruceros como por el Consulado, pero a veces es difícil afrontar el síndrome de abandono que nos está provocando esta situación”.

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