La economía de Castilla y León creció al 2,4% en el segundo trimestre del año -entre abril y junio-, dos décimas menos que en el anterior, gracias al impulso del sector servicios y la demanda interna frente al descenso de los sectores exterior y primario.
El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, reconoció en la presentación de los datos de la Contabilidad Regional correspondiente del segundo trimestre en rueda de prensa el pasado 4 de septiembre una “cierta desaceleración” que debe llevar a la reflexión, aunque la economía regional sigue creciendo a un ritmo que permite seguir creando empleo.
El nuevo titular de Economía y Hacienda afirmó que la economía de Castilla y León crecerá por encima del dos por ciento este año, destacó que lo haga en ese segundo trimestre por encima del 2,3% que el INE dio como avance para la economía española e insistió en que ese crecimiento no debe ocultar que hay desaceleración.
Para explicar esta situación en la Comunidad, Fernández Carriedo mencionó algunas indefiniciones en las decisiones del Gobierno español en cuanto a impuestos o automoción y en las de los “socios europeos” de las exportaciones castellanas y leonesas, como el Reino Unido por el Brexit duro que se anuncia y Alemania por su posible entrada recesión.
El consejero también citó que algunos sectores productivos, como puede ser el de la automoción, están en fase de ajuste tras entrar en maduración alguno de sus ciclos productivos y ante algunas incertidumbres sobre emisiones que pueden haber impactado en la producción, y demandó al Gobierno que “dé estabilidad y seguridad al sector”.
“Todavía estamos en fase de crear empleo”, defendió Fernández Carriedo, pero “sí es cierto que a menores ritmos”, lo que debe ser un “toque de atención” y llevar a que el empleo sea una “prioridad para España”, explicó.
Hace un año, en el segundo trimestre del 2018, la economía de Castilla y León creció el 3,4%, un punto más que en el mismo periodo de este 2019, lo que deja la media de crecimiento de los dos primeros trimestres del 2,5%.
En ese crecimiento del 2,4% ha incidido del lado de la oferta el empuje del sector servicios que creció un 3,5%, dos décimas más que en el anterior, mientras que el PIB del sector primario se desplomó el 4,5%, casi dos puntos más que en primero; con una industria también en caída, ya que decreció el 0,3, por debajo del 1% anotado en el periodo anterior.
También se notó el empuje de la construcción, que repuntó el 3,1%, tres décimas menos que en el primero; y del lado de la demanda se notó sobre todo la aportación de la interna de tres puntos, una décima menos que entre enero y marzo; mientras que el sector exterior se situó contribuyó con -0,7 puntos, frente al -0,6 del primer trimestre.
El valor añadido de la industria fue negativo en este segundo trimestre del año, con una caída de tres décimas, tras crecer un punto en el anterior; con un desplome de las ramas energéticas del 17,9%, ligeramente inferior al -18,5 del primer trimestre; mientras que las manufactureras se desaceleraron del 3,3 que anotaron entre enero y marzo al 1,6%.
