Ser y sentirse fallero forma parte de la esencia y la identidad de la cultura valenciana. Esta celebración, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, no sólo transforma las calles de Valencia cada mes de marzo con monumentos, pólvora y tradición, sino que también ha sabido conquistar corazones más allá de sus fronteras.
Un claro ejemplo de ello es la asociación Fallas en Suisse officiel, que desde el año 2016 organiza su particular fiesta fallera en Ardon, un pequeño municipio del cantón de Valais, en Suiza. Lo que comenzó como una reunión de nostálgicos de su tierra natal se ha convertido en una cita anual ineludible para quienes llevan el espíritu fallero en el alma, incluso a miles de kilómetros de la Comunidad Valenciana. Esta celebración nació de la iniciativa de una persona apasionada, Philippe Tagliaferri, que, cada primavera, reaviva la llama entre Valencia y el Valais.
Cada año, esta comunidad de valencianos y simpatizantes se reúne con entusiasmo para recrear, en la medida de lo posible, la magia de las Fallas. Aunque en un formato más reducido, no faltan los trajes tradicionales, la música, los pasacalles, la gastronomía típica, y por supuesto, el fuego, ese elemento purificador y simbólico que marca el final de la fiesta con la cremà del monumento fallero. En esta ocasión, los artistas encargados de crear las maravillosas obras de arte fueron Iván Parra, Roberto Parra, Rosa María y Claudia Parra.
La celebración en Suiza es un reflejo del profundo arraigo que esta festividad tiene entre los valencianos, estén donde estén. Es también una muestra de cómo la cultura puede traspasar fronteras, adaptarse a nuevos contextos y seguir viva gracias a la pasión de quienes la mantienen.
Las Fallas en Ardón no solo son una fiesta, son un homenaje a la tierra, a las raíces y a la identidad colectiva de un pueblo que no olvida de dónde viene. En cada ninot, en cada nota de música y en cada chispa encendida, se enciende también la emoción de sentirse, año tras año, parte de una tradición única que no entiende de distancias.