Walter Rico dedicó 47 años a la danza gallega y fue un referente de esta en el Uruguay, dirigiendo el ballet folklórico Obradoiro de Casa de Galicia. Y fueron justamente sus alumnos y compañeros los que colmaron el escenario en el homenaje póstumo que A Casa de Galicia CHC organizó para rendirle tributo cuando se cumplen dos años de su fallecimiento.
El teatro auditorio Nelly Goitiño estaba repleto en una noche distinta, víspera de las elecciones presidenciales y parlamentarias en Uruguay, donde organizado por la directiva de A Casa de Galicia, que preside María del Carmen Fernández Salgueiro, se realizaba un homenaje al exdirector del ballet folklórico Obradoiro, Walter Rico, quien falleciera el 22 de junio de 2022.
Además de representantes de todas las instituciones gallegas de Montevideo, también estaba el ministro consejero de la Embajada de España, Carlos Domínguez, así como también la delegada de la Xunta de Galicia, Elvira Domínguez.
Este espectáculo fue financiado en parte por la Xunta de Galicia, posibilitando que la cultura gallega llegara a una sala emblemática de la principal avenida de Montevideo, como es el auditorio Goitiño.
La música, indumentarias y canto nos trasladaba a aquella Galicia que veíamos en imágenes, pero donde sus protagonistas eran un joven Walter Rico y otro inolvidable como lo es el maestro gaitero Celestino Pichel, que también nos dejó hace una década.
El ballet folklórico gallego Obradoiro, bajo la dirección de Ramón Álvarez, exalumno de Rico, era acompañado en vivo por la Escuela de Gaitas y Percusión Celestino Pichel, dirigida por Carlos González, pero también participaron sobre el escenario el grupo de pandereteiras Xuntos de los dos clubes del Val Miñor en Uruguay (Hijos de Morgadanes y Club de bolos Valle Miñor) así como también el dúo Fusionados, integrado por el gaitero Carlos González y el baterista Gastón Lorenzo, quienes demostraron que el sonido mágico de Galicia bien acompaña todo tipo de música y no tan solo ‘xotas y muiñeiras’.
El punto más alto de la celebración artística estuvo en la despedida con la participación de más de medio centenar de alumnos y excompañeros del homenajeado que subieron a bailar junto a los integrantes de Obradoiro, contagiando a todo el auditorio ese sentimiento a flor de piel que siguen sintiendo por el maestro Walter Rico.
Un espíritu entre nosotros
Walter Rico fue director del grupo de danza de Casa de Galicia tras una trayectoria de casi medio siglo de mostrar su arte por los escenarios y enseñar a cientos de alumnos ese amor tan particular que sentía por la danza gallega.
Sus primeros pasos fueron en 1956 en el Centro Gallego de Montevideo, donde fue alumno de Ramiro Reñones, para luego comenzar a dar clases e integrar y dirigir el grupo de danza folklórica gallega Obradoiro de Casa de Galicia.
El expresidente de A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural, Ismael Martínez, expresaba en un resumen del legado de Rico que “dedicó toda su vida a la danza gallega, dejando como legado al grupo que hoy engalana cada espectáculo en el que se representa a la tradición”.
Ismael, bibliotecólogo de Casa de Galicia, le conocía bien y nos llevó con sus emocionadas palabras por los espectáculos que el homenajeado llevaba a todo el país y más allá del Atlántico también.
Y como si estuviera sentado entre nosotros, le espetó “que tiempos aquellos Walter, qué fantástico, qué espectáculo el Sodre por los cien años de Casa de Galicia. Todo eso fuiste Walter, y ahora Ramón sigue tus pasos y muchos de tus alumnos y compañeros siguen y seguirán, otros ya no están, otros vendrán”, aseguró el bibliotecólogo.
Presumiendo de los hermosos momentos vividos reflexionó: “¡Qué tiempo Walter! Espero que en donde estás, estés rodeado de jotas y muiñeiras, de gaitas y panderetas”, lanzando “un aturuxo para vos. ¡Viva Walter Rico por siempre!”.
Tras finalizar el espectáculo, la delegada de la Xunta, Elvira Domínguez, dialogó con España Exterior y destacó la importancia del homenaje a Walter Rico, aunque también resaltó las sentidas palabras de Ismael sobre el homenajeado acerca de que “su legado seguía latiendo».
Domínguez precisó que “el espíritu de Casa de Galicia está vivo como otrora” y recordó las palabras del secretario xeral da Emigración que hace pocos días dijo que “las instituciones gallegas del mundo son mucho más que lugares de encuentro, son faros de nuestra cultura, lengua y tradiciones que mantienen viva la esencia de Galicia en las comunidades emigrantes y fortalecen los lazos con las nuevas generaciones”.
Puntualizó que “esto quedó más que claro en la fiesta que vivimos donde hubo una sinergia, una empatía con el auditorio fuera de lo común. El público vibró desde el inicio al fin, con una profesionalidad en la música impresionante, hay que felicitar al maestro Carlos González y también con unos bailes impresionantes de la mano del maestro Ramón Álvarez”.
Destacó por otra parte también al grupo Fusionados que demuestran que “la gaita es un instrumento versátil que con arreglos puede sonar como la mejor orquesta o nos puedo llevar a otros planos con la música”.
Finalmente recogió ese mensaje que dejaron sobre el escenario más de medio centenar de “exobradoiros” que “subieron a bailar una jota improvisada, pero impecable, con una fuerza que era un terremoto”, demostrando que “el espíritu de Casa de Galicia sigue vivo”.
Gracias por tan emotiva y destacada nota
DIVINO !!!!
A «Flor de Piel «