Más de 600 españoles celebraron juntos la Fiesta Nacional de España en Curitiba. La cónsul honoraria de España en Curitiba, Blanca Hernando Barco recibió a los miembros de la colectividad española y a las autoridades locales y miembros del cuerpo consular en el Estado de Paraná, representado por su decano, el cónsul general de Argentina, Pedro Marota.
Desde hace más de 40 años se celebra en Curitiba el Día de la Hispanidad y la Fiesta Nacional de España, una fiesta que por ser la patrona la Virgen del Pilar, tiene un aire aragonés.
La fiesta atrae a la colectividad española y a los simpatizantes, principalmente por la paella que ese día preparan los voluntarios de la casa: una paella para 500 personas y otra para 150.
Pero es en el momento de interpretar el himno nacional de España cuando los asistentes más se emocionan. “Me emociona ver a esos españoles que un día dejaron su tierra, algunos nunca más volvieron, y cuando escuchan el himno lloran. Y me emociona más todavía los nietos que ni siquiera conocen España y se les saltan las lágrimas. Más de un nieto me dijo que venía a la fiesta porque era una forma de honrar a los suyos que tanto sufrieron para que él tuviese la vida que tiene hoy. Eso es muy fuerte”, afirmó Blanca Hernando.
Luego sigue la fiesta con la tradicional procesión y ofrenda de flores. No hay quien no llore al escuchar la jota “La Palomica”. Pero la alegría llega con los bailes: Una noche en Calatayud, la Danza de los Pastores, el Bolero de Zaragoza, y la joya de la corona, la jota infantil con los pequeños, claro que ese día tampoco faltan los bailes flamencos y las muiñeiras.
En la ciudad de Curitiba está la única Asociación de Aragoneses de Brasil. Se fundó en 1993 aunque ahí ya existía desde el año 1982 el Grupo de Jotas Aragonesas Raza Aragonesa, nombre que rinde homenaje al famoso grupo que existía en Zaragoza cuya directora fue Isabel Zapata.
Para el Grupo Raza Aragonesa es la fiesta más importante. “Es como estar en Zaragoza y sentir esa emoción cuando vas por la Calle Alfonso y llegas a la Virgen del Pilar para hacerle la ofrenda. Intentamos traer esa emoción y que todos los presentes se emocionen”, afirma uno de sus miembros. Los grupos hacen una pequeña procesión y le entregan flores a la Virgen, al terminar la ofrenda con las campanas del Pilar tocando, todos oyen una jota. “Es imposible no emocionarse”. También participan grupos folclóricos de otras casas regionales de Curitiba, como Andalucía y Galicia, que juntos forman el Grupo Folclórico del Centro Español de Paraná.
