La borrasca Gloria, que ha azotado en los últimos días la Península, sobre todo el Levante, con fuertes rachas de viento, gélidas temperaturas, fuerte oleaje, nevadas e intensas lluvias, ha provocado 14 muertos, 82 heridos y dos desaparecidos, y dejado cifras históricas en Cataluña, donde no había llovido tanto desde 1932, según el Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC).
Gloria ha ocasionado cuantiosos daños materiales aún sin cuantificar, especialmente en el área mediterránea: Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Andalucía, zonas turísticas que deberían estar recuperadas para la campaña de Semana Santa que comenzará en pocas semanas. El delta del Ebro ha quedado completamente inundado por el mar, que ha cubierto 3000 hectáreas de arrozales y penetrado 3 kilómetros tierra adentro.
En las últimas horas, el presidente del Ejecutivo y varios miembros de su Gabinete como el ministro de Sanidad, Salvador Illa, o el de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, han visitado algunas de las zonas más afectadas por el temporal y han prometido una respuesta “rápida y eficiente” del Gobierno.
El Ministerio del Interior trasladó el 28 de enero al Consejo de Ministros que el Consorcio de Compensación de Seguros ha contabilizado más de 10.000 siniestros, que ascienden a 71 millones de euros, y comenzará a pagar las ayudas el 7 de febrero. El Gobierno estima que en cuatro meses habrá abonado el 85% de las incidencias.
El objetivo del Ejecutivo, según afirmó su portavoz, María Jesús Montero, es que el resto de valoración de daños, aunque sea de forma provisional, se realice en el menor plazo posible para que los afectados puedan recibir las ayudas previstas en la Ley del Sistema Nacional de Protección Civil (personales, materiales, fiscales y laborales) en un plazo de tiempo razonable.
Antes de este temporal, los dos episodios más letales causados por lluvia, viento, nieve y oleaje, con trece víctimas cada uno, tuvieron lugar en octubre de 2018, en la comarca del Levante de Mallorca, y en septiembre de 2012, cuando una gota fría atravesó Murcia, Andalucía y Valencia.
El episodio más grave del siglo XX fue en octubre de 1973, cuando unas lluvias torrenciales inundaron diferentes ramblas y causaron un centenar de muertos en Puerto Lumbreras y Lorca (Murcia).
Según el balance del SMC, el temporal -uno de los más fuertes desde que hay registros- “ha sido extraordinario”, con vientos de más de 100 kilómetros por hora, lluvias de hasta 500 litros por metro cuadrado y olas de siete metros en el litoral mediterráneo y de 7,6 metros en el Delta del Ebro, un “registro inédito”.
Las boyas oceánicas situadas dentro del Mediterráneo, frente a Valencia y las Baleares, midieron olas máximas de hasta 14 metros. Para encontrar registros parecidos de precipitación hay que remontarse a la primera mitad del siglo XX, a diciembre de 1932, cuando se superaron los 400 litros en el área del Montseny y en el Alt Empordà, Garrotxa, Pla de l’Estany y el Ripollès.