La Benemérita Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia, la más antigua de América, cumple 150 años. En el último tercio del siglo XIX aumentaba la colectividad gallega presente en la isla de Cuba. Fue en aquel momento cuando un pequeño grupo de emigrantes de gran renombre crearon esta sociedad para atender a sus emigrantes que tuvieran problemas de salud, falta de trabajo y de recursos económicos.
El 31 de diciembre de 1871, en los salones altos del teatro de Albisu, se reúnen una treintena de emigrantes gallegos, e inician así una de las obras filantrópicas más relevantes realizadas por los gallegos de ultramar que más honra a su idolatrada Galicia: nace la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia.
El 21 de enero de 1872 se celebra la primera junta general de la incipiente Sociedad en la que unos quinientos socios comienzan el largo camino de la Beneficencia Gallega de Cuba hasta nuestros días, camino este en el cual no se ha apartado ni un instante de los ideales benéficos iniciales que muchos le dieron luz y vida.
“Por Galicia y para Galicia”, aclamaba el lema de los fundadores de esta Institución, es inobjetable el ánimo de aquellos gallegos que con trabajo y tesón dieron vida a la Beneficencia Gallega de la Habana.
La sociedad fue evolucionando y amplió su línea de acción del ámbito asistencial hasta el cultural. Poco a poco comenzó a programar festivales de música, conferencias y homenajes a escritoras como Rosalía de Castro, Virginia Felicia Aubert o Juana Mª de Vega, a las que nombraron como socias de honor.
Una línea de acción era que cada 25 de julio celebraban el Día de Galicia con una gran fiesta y un desfile por las calles habaneras.
Además de sus servicios de asistencia y socorro, la vida de la Sociedad ha sido siempre pródiga en manifestaciones de la más noble acción social y meritoria labor cultural. Desde que empezó a actuar en su primer domicilio social, instalado en el Casino Español de La Habana, hasta el desenvolvimiento de sus actividades en el local social actual (Centro Gallego de La Habana), a partir de 1922.
Su organización benéfica alcanzó los más amplios dominios, sus actos culturales, sus grandes solemnidades y en su conjunto la actuación de la Sociedad constituye la más viva y constante confirmación de todo cuanto vale y puede la cooperación entre los gallegos y sus descendientes.
Prueba y ejemplo del buen quehacer de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia es que bajo su advocación se funda el Centro Gallego de La Habana, el cual toma rápidamente vida, gracias al impulso motor que favorece la misma al movimiento patriótico gallego en La Habana.
El Centro Gallego de La Habana en gratitud para con la Beneficencia Gallega concede una serie de beneficios para su desenvolvimiento en su trabajo benéfico y cede a la misma un local social en su espléndido edificio.
La Beneficencia Gallega da solución a una de las necesidades de sus asociados, el poderles dar cristiana sepultura a sus seres queridos. Es por lo que en 1936 se culmina la construcción del Panteón Social, orgullo de la Sociedad, ubicado en el majestuoso Cementerio de Colón de La Habana, conocido internacionalmente por sus notables valores históricos, artísticos y arquitectónicos. La Beneficencia Gallega aporta a tan emblemático lugar, uno de los más amplios y bellos monumentos funerarios construidos por los gallegos de Cuba.
La Sociedad tuvo como órgano oficial ‘La Vida Gallega en Cuba’, que fue la revista que en sus páginas recogía las noticias, crónicas, anuncios de comerciantes gallegos y de todo lo referente a la vida social de los gallegos en Cuba y en especial a la labor de la Sociedad y sus actividades.
Desde su fundación hace 150 años la celebración del Día del Apóstol Santiago en la Beneficencia Gallega constituye una de las actividades fundamentales de su calendario social con una misa en su honor.
La Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia fue capaz de aglutinar a la gran mayoría de los gallegos que emigraron a Cuba.
Loanza para Alfredo Gómez Gómez, que hemos conocido en La Habana ,hace 5 años. Tendrá actualmente unos 92 años de edad. Es el veterano Presidente de la Sociedad de Beneficencia NATURALES DE GALICIA. En su día hemos pedido para el, la Medalla de la Emigración. No tenemos noticia de que se le haya otorgado.
Es un gran conocedor de la obra de Emilia Pardo Bazán. Si viviese esta escritora, quizás le dedicaría su poema:
¡Oh juventud!.Los años tras los años
van asaltando al hombre
y le roban vigor y gallardía
y hasta sentidos róbanle,
pero a ejemplo del rey de la floresta,
del poderoso roble gallego…
que perdidas las hojas, rica savia
dentro de su cuerpo esconde,
así cuando la fe nos ilumina
con vívidos fulgores,
pudiera envejecer el viejo cuerpo:
pero el alma… ¡EL ALMA SIEMPRE ES JOVEN!.
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