Menos de cinco meses después de ser sentenciados a penas de entre nueve y trece años de cárcel, los nueve líderes independentistas condenados por sedición por el Tribunal Supremo disfrutan ya de semilibertad al habérseles aplicado el artículo 100.2 del reglamento penitenciario. El exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, condenado a trece años, comenzó ya a salir tres días a la semana durante seis horas cada día para dar clases de Historia en la Universidad de Vic (Barcelona). En su primer día –el 3 de marzo– fue recibido por la vicerrectora de la Universidad, entre aplausos de un grupo de alumnos y profesores.
Por su parte, el expresidente catalán Carles Puigdemont protagonizó en la localidad francesa de Perpiñán, a 25 kilómetros de España, un mitin presentado como su regreso a Cataluña tras dos años en Bélgica. Puigdemont, prófugo de la Justicia española, aprovechó la inmunidad que le da su condición de eurodiputado. El mitin reunió a 200.000 personas según la organización y 110.000 según la policía francesa.
Finalmente, la mesa de diálogo entre los Gobiernos central y catalán arrancó el 26 de febrero en Madrid con una reunión presidida por Pedro Sánchez y Joaquim Torra que sirvió para constatar las grandes diferencias entre ellos.
