Jesús Barros López, apuntes para una biografía

Cuando se cumplen 20 años de su fallecimiento, España Exterior recuerda a su primer delegado en Cuba

Jesús Barros López.

Hay hombres cuyo recuerdo es imprescindible a la hora de hacer un recuento o de contar una historia. A la memoria de uno de esos hombres dedicamos este modesto homenaje en el 105º aniversario de su nacimiento y el 20º de su desaparición física. Con su fallecimiento el 4 de agosto de 2002, la comunidad estradense en Cuba, y el resto de las sociedades españolas, perdieron a una de sus más importantes personalidades y la emigración a una reconocida figura, tanto en nuestro país como fuera de él, sin la cual sería imposible hablar sobre la historia de las sociedades españolas en Cuba y en especial de la del Centro Gallego de La Habana.

Jesús Barros tenía una memoria envidiable y siempre fue considerado la persona más informada sobre este, el más emblemático de los centros de la galleguidad en el mundo, al que dedicó más de 70 años de su vida. Lamentablemente, su organismo sucumbió ante una breve, pero aguda enfermedad. Doloroso e inesperado desenlace que sorprendió a todos los que nos encontrábamos a su lado aquellos días, cuando apenas faltaban tres para su cumpleaños número 85. Hasta un mes antes de su fallecimiento, se mantuvo laboralmente activo, cumpliendo con esmero y eficiencia sus deberes como coordinador de la Oficina Administradora de las Comunidades Gallegas en Cuba, última y tal vez una de las más importantes responsabilidades que asumió en su larga vida como directivo de los centros y asociaciones españolas en la mayor de las Antillas.

Hogar de emigrantes gallegos

Hijo de emigrantes gallegos de Pontevedra y Lugo, Jesús Barros López nació el 7 de agosto de 1917 en la calle Sitios, actual Municipio Centro Habana, y a partir de 1926, y al regresar con sus padres de un viaje por España, la familia se estableció definitivamente en el barrio de San Isidro del Centro Histórico capitalino, donde su padre y su tío unieron sus esfuerzos en la panadería La Eminencia, (Barros y Hno.-Panadería y Víveres) calle de Jesús María # 283 entre Picota y Compostela. La Eminencia fue desde entonces el sostén de la familia Barros, lugar de tránsito para los familiares que emigraban a Cuba desde A Estrada, Pontevedra, y el hogar donde Jesús vivió el resto de su vida y sus padres le inculcaron “el amor no solo a Cuba, su patria de nacimiento, sino también a Galicia, la patria de sus progenitores”. Siendo muy joven aún, comenzó su andadura por las sociedades españolas; a los 13 años de edad. Su padre lo inscribió en el Centro Gallego de La Habana y en la Sociedad Hijos del Ayuntamiento de La Estrada, sociedad comarcal en la que desempeñó importantes responsabilidades. Su educación primaria la recibió en una pequeña escuela de barrio, (Loló de la Torriente) y posteriormente en el Plantel Concepción Arenal del Centro Gallego de La Habana. Graduado de Bachiller por el Instituto de La Habana en el año 1940, matriculó la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, donde se graduó de abogado en el año 1945. Se distinguió dentro de su promoción por sus dotes de organizador, siendo el responsable de la edición de las Memorias del Curso, y una vez graduado, participó de forma activa en las actividades realizadas por Asociación de Graduados de Derecho del Curso 1945.

Tuvo una intensa vida laboral y social, fue un respetable hombre de leyes y funcionario público de reconocidos méritos, honestidad y experiencia, tanto en el Ayuntamiento de La Habana como en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) donde laboró como especialista hasta su jubilación en el año 1991. Integró durante años la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de La Habana y su Sección de Propaganda, donde editó el Boletín del Comité de Lucha, su órgano oficial. Asimismo, tuvo a su cargo la hora radial que dicha entidad trasmitía dos veces por semana por Radio Capital Artalejo.

Jesús Barros con Fidel Castro.

Participó activamente en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista integrado a una célula clandestina del Movimiento de Resistencia Cívica (MRC) en el Ayuntamiento de La Habana. Al triunfo de la Revolución, en 1959, perteneció a la Sección Jurídica del Movimiento 26 de Julio en la capital, y fue asesor legal en el recién creado Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, participando en 1961 en la Campaña de Alfabetización como maestro voluntario.

Jesús Barros y las sociedades españolas en Cuba

Se incorporó a los 16 años a la Sección de Orden del Centro Gallego de La Habana, donde tuvo sus primeras responsabilidades, y durante los años 50 y 60 del pasado siglo XX fue elegido miembro de la Asamblea de Apoderados del Centro Gallego, de la que también fue secretario, y presidente de la Comisión de Examen de Acuerdos. Fue secretario de Afirmación y Defensa, (‘Afirmación Gallega’) partido político de asociados del Centro Gallego de La Habana que durante muchos años dirigió los destinos de la venerable institución.

Ocupó el cargo de secretario letrado y asesor legal de 32 sociedades gallegas y 3 asturianas, secretario de la Sociedad Hijos del Partido de Corcubión, presidente de la Benemérita Sociedad de Beneficencia de Naturales de Andalucía y sus Descendientes durante 16 años, asesor legal y secretario de la Caja de Retiro de los Trabajadores del Centro Gallego de La Habana, de la Casa de Salud La Benéfica y del Plantel Concepción Arenal. En la sociedad Hijos del Ayuntamiento de La Estrada, y con solo 18 años, fue nombrado secretario del Comité Organizador de los festejos por el 20º aniversario de su constitución. Fue vicesecretario tesorero durante más de 50 años y por último presidente, cargo que desempeñó hasta el momento de su deceso. Fue presidente de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba durante cuatro períodos de mandato consecutivos y también fue su secretario letrado por 10 años y director durante 4.

En la década de los años 90 del pasado siglo tuvo una participación decisiva en la revitalización de las relaciones institucionales de las sociedades gallegas de Cuba con el gobierno de su autonomía, poniendo en esta tarea toda su capacidad de organizador y su experiencia asociativa y profesional. Fue secretario ejecutivo de la Comisión Coordinadora de las Sociedades Gallegas de Cuba. Al crearse la Oficina Administradora de Comunidades Gallegas en Cuba estuvo entre las cinco personalidades designadas para su dirección, ocupando posteriormente la máxima responsabilidad durante los últimos años de su vida. Creó y mantuvo importantes vínculos con el Ayuntamiento de La Estrada y con el presidente de la Xunta Manuel Fraga. Tuvo una estrecha participación en la revitalización la Federación de Sociedades Gallegas con el fin de lograr la necesaria unidad de todas las sociedades de esta comunidad en Cuba.

Jesús Barros con Manuel Fraga.

Le tocó dirigir y asesorar a las sociedades españolas en momentos de gran complejidad para las entidades en nuestro país y es bueno recordar que gracias a su vasta experiencia y capacidad de trabajo muchas de las asociaciones que han llegado hasta nuestros días existen gracias a él. Hombre de vasta cultura, muy pocas fueron las actividades que escaparon a su atención: filatélico, numismático, amante del tango y de la zarzuela, de la Historia, las Ciencias Sociales y el periodismo, el cual desarrolló y cultivó desde su época de estudiante de Bachillerato, cuando creó un pequeño periódico, Universal y colaboraba con otro en La Estrada, El Emigrado. En la década de los años 90 del pasado siglo representó en Cuba a importantes medios de prensa españoles, como El Correo Gallego, y a partir de 1997 fue nombrado primer delegado informativo de España Exterior en Cuba. Bibliófilo consumado, sus colecciones eran un verdadero sueño para los amantes de los libros. Sus archivos personales eran impresionantes por su contenido y la notable meticulosidad con la que guardó y conservó muchos documentos que gracias a él han llegado hasta nuestros días.

Jesús Barros López falleció hace 20 años y nos dejó como legado su obra y su ejemplo personal. Fue buen hijo y buen esposo. La vida no lo premió quizás como él se merecía, perdiendo en breve lapso de tiempo a sus seres más queridos. Estudiante destacado, excelente profesional y ciudadano ejemplar, buen amigo. Siempre dispuesto a ayudar a los que lo necesitaran. Organizador nato. Modesto y desinteresado. De carácter estoico, casi espartano, con un alto sentido de la ética y la amistad. Afable y sereno en sus juicios, pausado al hablar. Poseía un gran sentido del humor, y gustaba narrar a sus más íntimos anécdotas de su vida y juicios sobre algunas de las personalidades que conoció y trató. Con la desaparición física de Jesús Barros López desapareció una época y uno de los más importantes directivos de las sociedades gallegas y españolas en Cuba. Nunca se podrá olvidar su obra de toda una vida en favor de las sociedades españolas en Cuba y su constante preocupación por los emigrantes más desfavorecidos, siendo, sin lugar a dudas, una de las personalidades más queridas y admiradas por la colectividad española en Cuba.

En el momento de su fallecimiento ostentaba las siguientes condecoraciones y distinciones: Medalla de Honor de la Emigración-categoría de bronce otorgada por el Ministerio de Trabajo del Gobierno de España en el año 1982; Medalla de Galicia, categoría de bronce, otorgada por la Xunta de Galicia en el año 2000; Presidente de Honor de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba (FSEC); Tesorero de Mérito de ‘Hijos del Ayuntamiento de La Estrada’; y más de 20 diplomas de Honor, de Mérito y Constancia de varias sociedades españolas. Recibió con carácter póstumo el Reconocimiento Miguel de Cervantes y Saavedra, el más alto galardón de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba (FSEC). Además, se nombró Jesús Barros López a uno de los tres salones de reuniones en el antiguo Palacio del Centro Gallego de La Habana (2012). Asimismo, le fue otorgado el título de Presidente de Honor de la Sociedad Hijos del Ayuntamiento de La Estrada en 2013 y Presidente de Honor de la Benemérita Sociedad de Beneficencia de Naturales de Andalucía y sus Descendientes (2014).

(*) Manuel Barros del Valle (La Habana 1942). Hijo de emigrantes españoles. Médico y directivo de la Sociedad Hijos del Ayuntamiento de La Estrada en La Habana, Cuba, donde ha investigado sobre la historia de esta sociedad y sus personalidades más relevantes. Ha recibido numerosos reconocimientos de las sociedades españolas en Cuba, entre ellos, el ‘Miguel de Cervantes y Saavedra’ otorgado por la Federación de Sociedades Españolas en 2014; el ‘Gaspar Melchor de Jovellanos’ por la Federación de Sociedades Asturianas en 2016, así como el de Caballero de la Enxebre Órde da Vieira en el 2017. Desde el año 2007 es el delegado informativo del periódico España Exterior en Cuba.

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