La Real Academia Galega (RAG) le dedicará el Día das Letras Galegas 2022 a Florencio Delgado Gurriarán (Córgomo, Vilamartín de Valdeorras, 1903-Fair Oaks, California, 1987). El Pleno de la institución acordó en la sesión celebrada el pasado 2 de julio rendirle homenaje el año que viene al autor ourensano, cuya labor literaria y activismo político y cultural constituyen uno de los capítulos más destacados de las letras gallegas de la diáspora. La RAG no solo celebrará el excelente poeta que fue, cultivador de un gallego enxebre, característico de las tierras de Valdeorras. A través de su figura también homenajeará, por primera vez, a la Galicia del exilio republicano en México, país donde el propio Delgado Gurriarán y otros colegas desarrollaron iniciativas singulares que mantuvieron viva la llama de la identidad gallega y que constituyen un referente obligado de la historia contemporánea de Galicia.
Florencio Delgado Gurriarán, abogado de formación, fue poeta, articulista, pionero de la traducción poética interlingüística, editor literario y hombre puente entre la Galicia exiliada en México y la Galicia interior, capaz de tejer vínculos con la intelectualidad de otros orígenes. Fue también un extraordinario activista cultural, promotor de iniciativas como el Padroado da Cultura Galega en México (creado en 1953), la revista Vieiros –de la que fue director junto con Carlos Velo y Luís Soto–, el programa radiofónico Hora de Galicia, que estuvo en antena todos los domingos durante casi dos décadas, y de otras publicaciones de carácter político y cultural.
Por eso, su Día das Letras Galegas será también un homenaje tardío a todo el exilio mexicano, cuantitativamente menor que el argentino, pero de una importancia igual capital. De él formaron parte junto al protagonista del próximo 17 de mayo figuras como el cineasta Carlos Velo, el músico Xesús Bal y Gay, el periodista Ramón Cabanillas hijo, el arquitecto Xosé Caridad Mateo o Elixio Rodríguez.
El autor, miembro muy activo del Partido Galeguista de Valdeorras, llegó a México tras lograr escapar a través de Francia en el año 1939. Lo hizo a bordo del Ipanema, uno de los barcos que llevaron los refugiados españoles a América y en el que huyeron también, entre otros, Roxelio Rodríguez de Bretaña, Andrés Valín, Carlos Tomé, Johán López Durá, Serafín Ferro o el mencionado Elixio Rodríguez. Una vez en América mantendría el compromiso cívico y cultural que desde muy joven lo había acercado también a las Irmandades da Fala y al Seminario de Estudos Galegos, del que había sido socio protector.
Creador y traductor de poesía
Como poeta, a lo largo de más de cinco décadas publicó composiciones en revistas, periódicos y libros. Su primero poemario, Borrachera (Editorial Nós, 1934) es una obra próxima al hilozoísmo de Amado Carballo con la que participó en la renovación de la estética de la poesía gallega. Ya en el exilio, enseguida se implicó en la revitalización cultural en un tiempo en que la cultura gallega de la tierra quedaba muda en su propio idioma, mientras México y Buenos Aires se convertían en los grandes centros de actividad cultural y política del galleguismo. Páginas memorables de aquellos años son la colectánea poética Cancioneiro da loita galega (1943), primera publicación del Partido Galeguista en México y de la que Delgado Gurriarán fue responsable intelectual y principal colaborador.
Gurriarán cuidó siempre el contacto con los autores gallegos exiliados en otros países. De esta relación quedó constancia en la dicha colectánea o en el volumen Poesía inglesa e francesa vertida ao galego (1946), en el que empieza una nueva actividad literaria: la traducción de poetas consagrados de la literatura universal. El volumen, en el que colaboró junto a Plácido R. Castro (de aquella en Galicia, antes del regreso a Reino Unido) y Lois Tobío (desde Uruguay), fue premiado por la Federación das Sociedades Galegas da Arxentina y publicado por primera vez en la capital porteña tres años más tarde.
Vieiros (1959-1968) es otro gran hito del exilio gallego en México que Delgado Gurriarán y sus colegas hicieron posible. En sus páginas dialogaron voces del exilio mexicano con las que quedaron en Galicia, tanto consagradas como otras muy nuevas en aquel momento.
Florencio Delgado Gurriarán fue elegido miembro correspondiente de la Real Academia Galega en el año 1981 en reconocimiento a su labor como escritor y activista cultural desde la diáspora. Falleció en 1987 a los 79 años de edad cuando se encontraba en la casa de uno de sus hijos, en California.