Haydée Beatriz Piñeiro Freire, la hija de emigrantes gallegos de 74 años nacida en Argentina y poseedora de la ciudadanía española que viajó en el crucero Costa Pacífica y quedó varada en Roma por el cierre de fronteras causado por la pandemia del coronavirus, finalmente pudo retornar a Argentina luego de estar confinada en un hotel de la capital italiana durante un mes.
“Finalmente está llegando a su fin este periplo tan intenso que hemos tenido que vivir, por momentos dramático y por momentos increíble. Ha sido una gran experiencia pero que también nos ha hecho sufrir bastante”, contó Haydée a España Exterior a pocas horas de subir al avión que la trajo de retorno a Argentina.
Haydée, quien se desempeña como secretaria de cultura del Centro Gallego de La Plata y también es vocal de la junta directiva del Club Español de la misma ciudad, y su cuñada y amiga Ana María Larronde, de 73 años, son dos de los miles de pasajeros que estaban a bordo de un crucero cuando se desató la crisis del Covid-19 y que quedaron varados en distintas partes del mundo.
Cuando subieron al buque en Buenos Aires el pasado 3 de marzo, Haydée y Ana María nunca hubieron podido imaginar la odisea que tuvieron que vivir y que comenzó cuando diversas ciudades de España y Francia les negaron a los pasajeros del crucero descender en sus puertos: “Nos empezamos a preocupar cuando no nos dejaron bajar en Canarias, Málaga y Barcelona, a pesar de que había muchos españoles y argentinos con ciudadanía española a bordo. Luego, en Marsella, que era nuestro destino final, solo dejaron bajar a los franceses”, recordó.
Finalmente, el 25 de marzo los pasajeros que aún estaban a bordo del Costa Pacífica pudieron descender en el puerto de Civitavecchia. Desde allí, ambas fueron trasladadas al Hotel Cicerone de Roma, donde estuvieron dos días, luego a otro hospedaje en Civitavecchia que a las dos horas de haber llegado fue cerrado por la policía, y desde el 28 de ese mes permanecieron confinadas en una habitación del hotel B&B Tuscalona.
“Parece mentira, pero justo un mes desde nuestra llegada al hotel nos aseguraron definitivamente que podríamos retornar a nuestros hogares”, contó con alivio. Luego de varias negociaciones que la cónsul general de Argentina en Roma, María Lucia Daugherty, y el cónsul adjunto, Mariano Trisano, mantuvieron con las autoridades italianas, se confirmó el vuelo AZ0680 de Alitalia, que partió del aeropuerto romano de Fiumicino el 29 de abril a las 8.38 horas y llegó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza en Buenos Aires el mismo día poco después de las 17 hora local sin haber hecho ninguna escala.
Todas las medidas preventivas fueron llevadas al pie de la letra: Haydée y Ana María fueron visitadas en su habitación de hotel por autoridades consulares argentinas acompañadas por una médico, quien les hizo todos los controles sanitarios, los cuales estuvieron dentro de los parámetros normales, “salvo la presión, que la teníamos altísima fruto de los nervios que estábamos pasando”.
En Fuimicino también se extremaron todos los controles, tanto sanitarios como administrativos antes de que pudieran abordar el avión: “Nos parece muy bien que se tomen estas medidas para controlar que tengamos un vuelo seguro”, afirmó Haydée, quien confirmó que el total de pasajeros en el avión ascendía a unas 130 personas, entre los 14 que estaban en el hotel B&B Tuscalona y otros argentinos hospedados en diversos alojamientos de la capital italiana.
“No tengo más que palabras de agradecimiento, tanto para las autoridades consulares argentinas como también para el personal de Costa Cruceros y del hotel en el que estuvimos porque siempre nos han tratado con mucha delicadeza y preocupación para que todas nuestras necesidades se vean cubiertas”, concluyó.