El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, viajó el pasado 4 de noviembre a Montauban (Francia) para participar en los actos de homenaje a Manuel Azaña con motivo del 82º aniversario de su muerte.
El ministro se desplazó hasta el cementerio de esta localidad acompañado del secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, y del embajador de España en Francia, Victorio Redondo, para depositar una corona de flores, en nombre del Gobierno, en la tumba donde reposan los restos de Manuel Azaña.
Allí se dirigió a los presentes y señaló al que fue presidente de la Segunda República como “un gran español y un gran europeo –antes incluso de que existiese la Unión Europea–. Siempre lúcido y cabal, partidario de la fuerza de la razón frente a la razón de la fuerza”.
El ministro intervino también en las jornadas organizadas por la asociación ‘Presencia de Manuel Azaña’, que trabaja para la preservación de la memoria de quien fue presidente de la Segunda República y de la historia de los refugiados españoles.
Bolaños subrayó la importancia de la nueva Ley de Memoria Democrática. Respecto al exilio aseguró que “no fue más que la salida de la mejor España, como consecuencia de la dictadura” y explicó que hubo incluso mujeres españolas que tuvieron que salir de España entonces y perdieron la nacionalidad por casarse con extranjeros. “La Ley de Memoria Democrática salda también esa deuda facilitando, a través de los consulados, el reconocimiento de la nacionalidad española a los hijos e hijas, nietos y nietas de aquellos exiliados, que son tan españoles como quienes hemos nacido y vivimos hoy en nuestro país”.
