Feijóo se presenta a la investidura mientras la izquierda negocia con los independentistas

PSOE y Sumar analizan una Ley de Amnistía como exigen ERC y Junts para que siga Sánchez de presidente

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, durante su reunión en el Congreso.

El Rey Felipe VI decidió proponer al líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, como candidato a la Presidencia del Gobierno, tras la ronda de consultas que realizó los días 21 y 22 de agosto con las siete formaciones del Congreso de los Diputados que quisieron acudir al Palacio de la Zarzuela. En un comunicado, la Casa del Rey justificó su decisión de designar a Feijóo, que cuenta con el apoyo comprometido de 172 diputados de cuatro fuerzas (PP, Vox, CC -con quien el PP firmó un acuerdo por la agenda canaria- y UPN), en que el PP fue el partido más votado en las elecciones generales del pasado 23 de julio y que en todas las ocasiones precedentes se ha encargado la investidura al candidato con más escaños, salvo cuando Mariano Rajoy se anticipó renunciando a la tarea.

Y es que, por primera vez, el jefe del Estado se enfrentó a la situación de tener dos aspirantes: Alberto Núñez Feijóo y el socialista Pedro Sánchez, quien se ofreció para ir a la investidura al verse capaz de tejer alianzas para lograr una mayoría absoluta como la que permitió al PSOE controlar la Mesa del Congreso una semana antes, en la que fue elegida presidenta de la Cámara la socialista Francina Armengol, expresidenta de Baleares.

El comunicado subraya que “esta práctica” de encargar la investidura al ganador “se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una costumbre”. Además, en esta ronda de consultas que realizó Felipe VI, en la que no quisieron participar varios de los aliados potenciales de Sánchez (ERC, Junts, EH Bildu o el BNG), “no se ha constatado a día de hoy la existencia de una mayoría suficiente para la investidura que, en su caso, hiciera decaer esta costumbre”, añade la Casa del Rey.

Zarzuela avanzó, sin embargo, que si Feijóo no logra la mayoría suficiente para ser investido, “el Rey tramitará sucesivas propuestas en la forma prevista en el artículo 99 de la Constitución” y, si no prospera ninguna, se procederá a la disolución de las Cortes para la convocatoria de nuevos comicios.

26 y 27 de septiembre

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, decidió celebrar los días 26 y 27 de septiembre el debate de investidura del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo que permite eludir el riesgo de votar en Navidad en caso de repetición electoral, que sería en ese caso el 14 de enero.

La fecha de la primera votación de investidura es clave en caso de que sea necesario una repetición electoral. Si a los dos meses de esa primera votación fallida persiste el bloqueo y nadie ha logrado ser investido presidente, las Cortes se disuelven y deben celebrarse elecciones 47 días después. Para evitar el riesgo de unas hipotéticas elecciones en Nochebuena o Nochevieja, sólo había dos opciones para el primer debate de investidura: la última semana de agosto, que llevaría al domingo 17 de diciembre, o ya a partir del 25 de septiembre.

El líder del PP aseguró que “hay tres avales en los que mi candidatura está suficientemente argumentada. El primero es que soy el candidato del partido que ha ganado las elecciones del 23 de julio, el segundo es que hay cuatro formaciones políticas que suman 172 diputados, a cuatro de la mayoría absoluta, y en tercer lugar porque es cumplir con mi deber”. Y contrapuso esta situación con la del PSOE, que “después de perder, está a la distancia de una amnistía, un referéndum de independencia, y oficializar la desigualdad de los españoles”. Y avanzó los ejes de su oferta para la investidura: “Mi propuesta tendrá como pilares básicos: la defensa de la Constitución, el impulso al Estado autonómico, la preservación de la división de poderes y el respeto escrupuloso a las sentencias y los procedimientos judiciales”.

Para salir elegido presidente del Gobierno de España a Feijóo le bastaría con el voto a favor de los diputados del Partido Nacionalista Vasco. Sin embargo su representante, Aitor Esteban, insistió tras hablar con el Rey en que “no hay vía” para apoyar al candidato del PP desde el PNV.

Reuniones entre partidos

El aspirante a la investidura comenzó una serie de reuniones con los grupos parlamentarios, para captar apoyos, con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, a quien pidió en un encuentro en el Congreso el 30 de agosto que facilite su investidura -para que “en aras de la centralidad” la lista más votada pueda gobernar como ha sido costumbre durante los últimos 45 años- y afrontar seis pactos de Estado en una Legislatura que tendría una duración máxima de dos años. “De esa forma, la influencia que pretenden tener los partidos independentistas quedaría desactivada y España podría garantizar la igualdad de trato de los españoles”, aseguraron desde el PP.

Sánchez, que propuso la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) antes del 31 de diciembre, y el PSOE declinaron la oferta de Feijóo pues “para ofrecer pactos lo primero que debes de tener es una acreditada credibilidad”, en referencia a los más de 1.700 días que se cumplen sin “proceder a la renovación del CGPJ porque así lo ha decidido el PP”. La portavoz del PSOE, Pilar Alegría, añadió que “Feijóo no trabaja pensando en su país ni en su estabilidad. Sino que piensa en cómo salvar su pellejo” deslizando presuntos cuestionamientos internos de su liderazgo en el PP.

Posteriormente, Feijóo se reunió con el portavoz de Vox, Santiago Abascal, y con el presidente de Canarias y líder de CC, Fernando Clavijo, que le ratificaron su apoyo, como hizo UPN con el Rey. Además, conversó con el presidente del País Vasco, Íñigo Urkullu, tratando de captar el respaldo del PNV, sin avances, y tenía la intención de reunirse con todos los grupos parlamentarios menos con Bildu, por su relación con ETA al llevar a exmiembros de la banda terrorista en sus listas electorales, incluso con delitos de sangre.

Así que el candidato del PP no tiene una mayoría absoluta que garantice su elección y, previsiblemente, así se presentará a la investidura mientras que los partidos de la izquierda ya negocian un acuerdo para que Pedro Sánchez continúe al frente del Gobierno tras el fracaso de Feijóo. Y tienen que pactarlo con los nacionalistas vascos del PNV y gallegos del BNG, además de con los independentistas catalanes de Junts y ERC y los vascos de Bildu. Ya cuentan con el apoyo de estos últimos y tienen que ganarse a los demás.

Tanto ERC como Junts reclaman el uso de las lenguas autonómicas cooficiales en las Cortes españolas y el Parlamento Europeo, una amnistía para los implicados en causas relacionadas con el ‘procés’ soberanista y la convocatoria de una consulta de independencia en Cataluña, por su derecho a la autodeterminación, sin descartar Junts la vía de la unilaterialidad.

La candidata de Sumar, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se reunió el 4 de septiembre en Bruselas con el líder de Junts, Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat de Cataluña y fugado de la Justicia española por su participación en el referéndum ilegal y posterior declaración del independencia de Cataluña, para negociar un acuerdo y garantizar su apoyo.

Tanto Sumar como el PSOE analizan una Ley de Amnistía que pueda tener cobijo en la Constitución, lo que ha provocado muchas críticas en la opinión pública y en dirigentes socialistas como Felipe González o Alfonso Guerra.

Además, el PSOE ha llevado a la Justicia el recuento de los votos nulos en la Comunidad de Madrid tras obtener el PP un escaño con los sufragios del exterior. Por último, cabe señalar que el PP ya preside los gobiernos de Aragón y Murcia tras sendos acuerdos con Vox y el PSOE el de Navarra tras lograr la abstención de Bildu.

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