Feijóo dice que Galicia no puede avalar el plan de desescalada porque “tiene serias lagunas de eficacia y utilidad” y no “fue negociado”

El titular del Ejecutivo gallego pide al Gobierno que no haga oídos sordos a las comunidades para de manera coordinada y consensuada definir la mejor reactivación social y económica

El titular del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, compareció para evaluar el plan de desescalada anunciado por el Ejecutivo central.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pidió el pasado 29 de abril al Gobierno de España que no haga “oídos sordos” a las comunidades autónomas para, de manera coordinada y consensuada, definir la mejor reactivación social y económica. Durante la rueda de prensa para evaluar el plan de desescalada anunciado por el Ejecutivo central, Feijóo incidió en que las comunidades son colaboradores necesarios e imprescindibles para, entre todos, poder acertar ante la situación más compleja que se recuerda.

“Estamos juntos en esto y compartimos el mismo objetivo, conseguir una desescalada segura, prudente, progresiva y eficaz”, dijo, recordando que las comunidades autónomas demostraron siempre lealtad y responsabilidad y los ciudadanos se comportaron con una responsabilidad histórica; “por lo que el Gobierno no puede actuar de espaldas a los que gestionamos la realidad y somos responsables de los servicios de salud y, en definitiva, de los pacientes”.

“Estamos hablando de un plan que no fue negociado, ni mucho menos consensuado con las comunidades. Un plan que no fue presentado en ninguna de las conferencias de presidentes celebradas y que, desde luego, Galicia no puede avalar porque tiene serias lagunas de eficacia y utilidad”, insistió, abogando por que el documento presentado por el Ejecutivo sea un punto de partida en el que poder avanzar y aprobar un plan definitivo en la próxima conferencia de presidentes, el próximo domingo.

“Entramos en una fase crucial de la respuesta a la pandemia y la mejor manera de afrontarla con acierto es trabajando de forma coordinada y leal, y no a golpe de imposiciones del boletín oficial, con órdenes ministeriales que salen de manera continuada y constante, en una situación de una enorme improvisación”, añadió.

Tratamiento al rural y movilidad provincial

A lo largo de su intervención, Feijóo hizo un primer análisis, asegurando que el plan del Gobierno para afrontar la desescalada cuenta “con algunas luces y con muchas sombras”, echando en falta, primeramente, un tratamiento específico para el rural.

“Estamos hablando de un plan pensado en realidades urbanas y no en realidades rurales”, dijo, exponiendo también la necesidad de replantear la movilidad provincial. Sobre este punto, recordó que 270.000 gallegos residen en municipios que son limítrofes de las provincias gallegas. “Por lo que la clave no es una delimitación administrativa de 1833, sino si los municipios limítrofes tienen la misma situación epidemiológica”, aseveró, sosteniendo que si en las cuatro provincias gallegas la situación epidemiológica es igual, lo lógico es que pueda haber movimientos entre ellas, sin necesidad de esperar hasta el 22 de junio como mínimo.

De este modo, el titular de la Xunta incidió en que se tenga en cuenta el área de salud y no la provincia como unidad de capacidad del sistema sanitario. “Y nos parece que también debería de hablarse de los servicios de urgencias y emergencias, al igual que se habla de la atención primaria, hospitalaria y UCI, porque son a ellos a los que llegan los casos en primer lugar”, añadió.

Asimismo, destacó la indefinición que existe de los criterios de reapertura en distintos sectores económicos como, por ejemplo, en el comercio, en la actividad pesquera o en la restauración; y resaltó la necesidad de despejar las incógnitas sobre la duración del estado de alarma, ya que difícilmente se puede hablar de pasar a la nueva normalidad si tenemos una situación excepcional. “No podemos mantener sine die un mecanismo tan excepcional en la democracia”, recalcó.

El presidente de la Xunta hizo hincapié también en la necesidad de conocer los parámetros y las variables sanitarias a partir de las cuales el Gobierno va a autorizar en cada territorio el paso a la siguiente fase. “Desconocemos cuáles son los criterios sanitarios exactos a los que los territorios nos tenemos que someter para obtener un resultado objetivo e incuestionable y que no dependa de la voluntad de interpretación del Gobierno central; y echamos de menos también un objetivo serológico que ayude al cambio de fase”, dijo, lamentando que el documento no concrete para qué valen los test epidemiológicos.

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