El reconocido historietista e ilustrador Juan Giménez López, que residía en Sitges, España, falleció víctima del coronavirus a los 76 años en la ciudad argentina de Mendoza el pasado 2 de abril.
El dibujante había arribado a Mendoza pocos días antes para asistir a la inauguración de una exposición de sus trabajos y al parecer llegó enfermo por eso desde el 22 de marzo permanecía internado en la unidad de terapia intensiva del Hospital Central de Mendoza con síntomas de coronavirus.
Juan Giménez, descendiente de españoles, había nacido en 1943 en la ciudad de Mendoza. Su padre era trabajador de la industria petrolífera y su oficio lo obligaba a mudarse frecuentemente de lugar, por lo que el pequeño Juan se acostumbró a cambiar de residencia: vivió en Rosario, Córdoba, San Juan, Mar del Plata, Tucumán, Buenos Aires.
Desde niño manifestó un gran interés por el dibujo y empezó copiando portadas de comics españoles y americanos y recreando secuencias de sus películas preferidas.
Cuando tenía 16 años, en Río Cuarto, provincia de Córdoba, comenzó a trabajar como ilustrador para la revista Hora Cero, publicó una historieta basada en otra del destacado dibujante de cómics argentino Héctor G. Oesterheld, titulada El último disparo.
Cuando terminó la escuela secundaria empezó a estudiar Diseño Industrial y también tornería. A través de esos estudios logró crear ciudades impersonales y diseñar máquinas y artefactos tecnológicos, y se acercó al mundo de la ciencia ficción. Después comenzó a trabajar en agencias publicitarias donde aprendió a contar una historia en poco tiempo y planificar una escena con todos los detalles. A partir de 1975 Giménez dejó el mundo publicitario y empezó a dibujar para la revista Skorpio; realizó algunas historietas y en 1977 Editorial Record le propuso el álbum As de pique, en blanco y negro, con guión de Ricardo Barreiro. La serie se refería a las misiones de un bombardero norteamericano durante la segunda guerra mundial. El álbum tuvo mucho éxito no solo en Argentina, sino en España, Italia y Francia, lo que lo llevó a probar suerte en Europa.
Primero se trasladó a Italia y luego a Francia, allí –acompañado por Barriero– presentó una nueva historieta en 1979, L´ Etoile Noire, que fue muy bien recibida por sus seguidores.
En 1981 Giménez viajó a España. Al principio le costó encontrar un lugar, pero se sentía muy a gusto, según sus propias palabras porque España es “un país más cercano para un argentino, casi como si estuvieras en una provincia de tu país”.
Con el resurgimiento del cómic en España, Juan Giménez empezó a trabajar en editoriales españolas, uno de los editores que le abrió las puertas de este país fue Josep Toutain.
Con él realizó Factor límite donde se recopilaron dos historietas publicadas antes en la revista argentina Fierro. A comienzos de los años 80 fue autor de sus propios guiones y produjo reconocidas obras como 1984, Bricolage, Tridisex, Cronología, entre otras, que fueron recopiladas en 1982 en el álbum Cuestión de Tiempo. A ellas les siguieron Juego eterno, Transcooter, La princesa dormida, que dieron origen en 1987 al álbum Juego eterno.
En 1999 Norma Editorial recuperó una historieta que Giménez había realizado años atrás en Francia, y que en España se editó con el título El cuarto poder. Más tarde, la editorial francesa Les Humanoïdes Associés publicó en 1992 la exitosa y extensa obra La casta de los Metabarones, ilustrada por Juan Giménez y cuyo guión fue realizado por el artista chileno Alejandro Jodorowsky.
Entre los reconocimientos que tuvo en su vida profesional cabe destacar que fue votado por los lectores de las famosas revistas 1984 y Comix internacional como el mejor dibujante.
Además, ganó el Premio Gaudí del Salón del Cómic de Barcelona. También obtuvo el prestigioso ‘Yellow Kid’ (el ‘Oscar’ de la historieta) y el ‘Bulle D’Or’ en Francia. Asimismo, llegó a exponer sus dibujos en el Centro Georges Pompidou de París.
El artista fue despedido por varios de sus colegas, tanto argentinos como del exterior, y los miles de fans alrededor del mundo que admiraban su obra.