Fallece Xesús ‘Miño’ Gómez, gallego en Uruguay que luchó por los derechos de los más desfavorecidos

Natural de la localidad coruñesa de Miño, adoptó a Uruguay como su segunda patria, luchando desde las dos orillas del Atlántico para que los migrantes no sufrieran las injusticias de las fronteras

Xesús Gómez, derecha, con Xosé Monterroso con un ejemplar del libro ‘Gallegos en Montevideo’ publicado en 2019 y en el que aparecen ambos.

Murió el último día del año 2021 en Ferrol, Xesús Gómez Rodríguez, un gallego que adoptó a Uruguay como su segunda patria, luchando desde las dos orillas del Atlántico para que los migrantes no sufrieran las injusticias de las fronteras, y para que la cultura y tradición gallega se continuara construyendo en Montevideo.

Allá por julio de 1956 nacía en la localidad coruñesa de Miño Xesús Gómez Rodríguez quien prontamente se ganaría el apodo de su ciudad natal cuando comenzó a trabajar en los astilleros de Ferrol armando barcos.

Su vida transitó entre la dirigencia sindical y el político a nivel de Galicia, en la CIG y el Bloque Nacionalista Galego, aunque ya desde la época de la dictadura en Uruguay, el acercamiento a los refugiados de dicha república sudamericana le llevaron a adoptar la nacionalidad uruguaya.

Con Miño me unía nuestras ascendencias. Nuestros padres eran de Vilarmaior y de Irixoa y cuando le conocí, allá por fines de los noventa, intercambiábamos las experiencias de un hijo de emigrantes en América y la vida de su juventud en las rías altas, aquellas historias que yo conocía por los cuentos de mis padres cuando se juntaban con los paisanos en Montevideo.

Pero Miño venía ayudando a los migrantes de ambas márgenes del Atlántico a crecer en el camino de su utopía, donde todos debemos ser iguales en un mundo donde no deben existir fronteras, de su propuesta de que la tierra es para el que la trabaja y que ningún hombre o mujer deben ser esclavos de patrón ni estado.

Participó en política gallega militando en el BNG y en la uruguaya en el Frente Amplio, donde fue consejero vecinal y asesor parlamentario. También lo hizo en movimientos sociales, pero particularmente en la ayuda a sus paisanos en Uruguay, donde procuraba “sementar” la cultura gallega, siendo uno de los pilares para que la Diputación de A Coruña estudiara y otorgara una ayuda financiera para construir la actual sede del Patronato da Cultura Galega, motor de la difusión cultural del noreste español en el Río de la Plata.

Su trabajo de bajo perfil le llevó a unir esfuerzos para que trabajadores especializados en el armado de barcos pudieran trabajar y enseñar a sus pares uruguayos, o a ser mediador entre las fuerzas en conflicto para culminar en la firma del acuerdo de paz en Colombia.

En el 2009 visitamos juntos asentamientos del movimiento sin tierra en el estado de Rio Grande do Sul, en Brasil, donde dialogaba en su gallego natal con los campesinos, rescatando la semejanza entre un pueblo y el otro, así como también las vicisitudes que pasaron los emigrantes españoles que vinieron a América a trabajar la tierra o a lo que consiguieran, con estas familias que, expulsadas por las grandes explotaciones rurales, se veían ante la miseria y hambruna por no tener tierras para trabajar y alimentar a su familia.

Hace poco más de un año Gómez Rodríguez estaba viviendo en Uruguay, pero su situación sanitaria se había complicado y en plena pandemia fue necesario solicitar la ayuda del consejero del Consejo de Residentes Españoles (CRE), Miguel Pérez Borba, para que el Consulado español le expidiera con urgencia un pasaporte y le brindara una atención particular para ello, dado que no podía movilizarse dentro de la sede diplomática que no tiene accesibilidad para disminuidos físicamente, como era su caso.

Afortunadamente logramos la documentación necesaria para que pudiera volver a Ferrol y allí reencontrarse con su familia, que le cuidaría hasta esta última mañana del 2021, cuando falleció tras una agonía que se incrementó al perder a su única hija meses atrás.

La colectividad gallega en Uruguay ha dado muestras de condolencia a sus familiares y amigos, así como también organizaciones de migrantes tanto en Galicia como en América, con las que siempre estuvo protagonizando la defensa de los derechos humanos en todos los foros.

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