El pasado 25 de octubre falleció en Montevideo el ourensano Eliseo Rivero Freire, primer premio Castelao otorgado por la Federación de Asociaciones Gallegas del Uruguay quien, además de ser un benefactor de varias instituciones gallegas y del Hogar Español de ancianos, también creó un barrio alrededor de su empresa al que le puso Valerio, el nombre de su abuelo quien le dijo que tenía que emigrar a América con 17 años y lo alentó confesándole que “con ganas y con esfuerzo uno puede llegar donde la familia y los amigos lo apoyen para llegar”.
Eliseo había cumplido 88 años el pasado 15 de septiembre, pero ya estaba aquejado desde hace un tiempo con la ausencia de su compañera de toda la vida, Elvira, “una moza de Orga” que conoció “en la fiesta homenaje por los 100 años de Curros Enriquez”.
Cuando había cumplido 17 años, su abuelo materno, Valerio Freire, le dijo en Vilanova dos Infantes donde vivían, que “tenía que venirme a la América para poder progresar, y me prestó el dinero para el pasaje”, contaba Eliseo cuando fue premiado como el Emprendedor Galego del año 2014 por la Asociación de Empresarios Gallegos del Uruguay (AEGU).
Una vida dura, como la de la mayoría de los emigrantes, les tocó vivir a esta pareja de orensanos, aunque él se adelantó a construir su futuro emigrando primero a Brasil, donde juntó el dinero para devolverle al abuelo el préstamo que le había hecho, y luego, pasados tres años y tras ahorrar el dinero para pagarles el pasaje trabajando en un bar, pudo conocer a su hija al “reclamarlas” junto a su esposa a Montevideo.
Aquí fue donde laborando construyeron una empresa en el ramo de la construcción, la Barraca Punta de Rieles, en una zona que por la década del sesenta del siglo pasado estaba despoblada y que poco a poco fue creciendo, ayudando Eliseo y su familia a urbanizar esta zona de la ciudad, creando un barrio que vendió en parcelas a familias que compraron el terreno en cuotas y fueron construyendo con la facilidad de los materiales que en cuotas le vendía de su barraca, y así “en lugar de pagar alquiler, se iban pagando su propia casa”, reconocía con orgullo de haber ayudado a cientos de hogares uruguayos.
Su participación en la colectividad estuvo marcada por su trabajo solidario en directivas del Hogar Española, Centro Ourensán, Asociación Española y otras, además de la Asociación de Empresarios Gallegos del Uruguay de la que fue el socio número 5, uno de los diez fundadores de esta.
Justamente, en el 2014, la AEGU le reconoció con el premio al Emprendedor Galego de ese año, en tanto en 2018, la Federación de Asociaciones Gallegas del Uruguay le concedía el primer premio Castelao que desde entonces otorga la institución que nuclea a los clubes gallegos de Montevideo.
