Exponen en el barrio bonaerense de La Boca dos obras de la artista gallega Maruja Mallo

Forman parte de la serie ‘La cierva humana’ y pueden verse en el Museo de Artistas Argentinos ‘Benito Quinquela Martín’

Una de las dos partes de ‘La cierva humana’.

Dos obras de la artista gallega Maruja Mallo pueden verse por primera vez en el Museo de Artistas Argentinos ‘Benito Quinquela Martín’ del barrio porteño de La Boca, una singularidad en un espacio especializado en arte tradicional figurativo local.

Las dos obras, que forman parte de la serie ‘La cierva humana’, fueron donadas hace cinco años con el legado de la Familia Lecture y se exponen junto a otras obras de prestigiosos artistas de mediados del siglo XX como Guillermo Butler, Adolfo Ollavaca, Pedro de Simone o el arquitecto noruego Alejandro Chistophersen, que permanecían guardadas en la bodega que atesora la colección privada del célebre pintor argentino Benito Quinquela Martín. En total, medio centenar de lienzos que, junto a las obras de Mallo, se exhiben por primera vez y que configuran la exposición ‘Las partes del todo II’ que pueden verse en el Quinquela Martín de martes a domingo hasta el 10 de febrero.

Maruja Mallo es una de las figuras más atractivas de las artes plásticas gallegas. Una mujer pionera y revolucionaria. Nació en Viveiro, Lugo, en 1902 y con 20 años se trasladó a Madrid para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde frecuentó artistas, escritores y cineastas como Salvador Dalí, Federico García Lorca, Margarita Manso, Luis Buñuel, María Zambrano o Rafael Alberti.

Con una beca, accedió al mundo artístico del París de 1932 donde conoció las vanguardias artísticas europeas. Cuando estalla la Guerra Civil española en 1936, Maruja Mallo era docente en las Misiones Pedagógicas en Galicia, desde donde huye, vía Portugal, a Buenos Aires con la ayuda de Gabriela Mistral.

La Asociación de Amigos del Arte porteña la invita a dar una serie de conferencias sobre la temática popular en la plástica española en Montevideo y luego en Buenos Aires, iniciando así su exilio en Argentina donde siguió creando intensamente durante 25 años.

En Argentina recibe un rápido reconocimiento, colabora en la famosa revista de vanguardia Sur y se suceden exposiciones en París, Brasil y Nueva York. En 1939 publicó el libro ‘Lo popular en la plástica española a través de mi obra’ y empezó a pintar especialmente retratos de mujeres, cuyo estilo es precursor del arte pop estadounidense.

En 1942 se publica el libro ‘Maruja Mallo’, con un texto previo de Ramón Gómez de la Serna y donde se reproducen textos de la autora. En 1945 viaja a Chile, junto a su amigo Pablo Neruda, buscando inspiración para realizar el encargo de un mural para el cine Los Ángeles de Buenos Aires, que se inauguraría en octubre de ese mismo año.

En 1949 Maruja deja Argentina y se traslada a Nueva York y, tras veinticinco años de exilio, regresa a España. Ya es casi una desconocida en su tierra y su vida pública desaparece. Por fin, en la década de 1980 le ofrecen varias exposiciones y es distinguida con varios premios. En 1993 tiene lugar una gran exposición antológica en Santiago de Compostela que más tarde se trasladaría al Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Dos años después muere en Madrid, a los 93 años.

‘Las partes del todo II’ podrá verse hasta el 10 de febrero en el Museo Quinquela Martín (Av. Pedro de Mendoza 1835. CABA) de martes a domingo. La entrada al museo es libre y gratuita. Quienes quieran colaborar con la institución tienen la posibilidad de hacerlo con un bono contribución de $50.

Sobre el Museo ‘Benito Quinquela Martín’

Creado en 1938, el Museo Benito Quinquela Martín posee una importante colección de obras de arte argentino figurativo de fines de siglo XIX hasta nuestros días. Quinquela Martín diseñó este espacio para albergar las creaciones de los artistas de todo el país y de los extranjeros con relevancia en el campo cultural local. Allí instaló también su atelier y su vivienda. Cuenta con amplias salas donde se exhibe el patrimonio junto a exposiciones temporarias, unas imponentes terrazas de esculturas y una sala de Mascarones de Proa, con una de las colecciones más importantes de Latinoamérica. En el tercer piso se encuentra actualmente la Casa-Museo de Quinquela Martín, donde se exhiben sus grandes obras y objetos personales.

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