RETORNAD@S

Eva Ortega: “El sistema español de ciencia tiene que retener el talento, no solo atraerlo”

La secretaria general de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (RAICEX) considera "indispensable" un pacto de Estado por la ciencia

Eva Ortega Paíno es secretaria general de RAICEX desde julio de 2019, un mes antes de retornar de Suecia.

Eva Ortega Paíno es desde julio de 2019 secretaria general de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (RAICEX), cuya labor -destaca- es realizada exclusivamente por voluntarios. Doctora en Ciencias Químicas, especialidad de Bioquímica y Biología Molecular, ha vivido durante 17 años en Suecia, a donde se fue a los 29 años y donde ha trabajado en la Universidad de Lund investigando el cáncer y gestionando bancos de muestras biológicas. Allí se implicó activamente en el movimiento asociativo español, tanto en la Asociación de Científicos como en el Consejo de Residentes, del que fue presidenta, además de consejera por Suecia en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior. En agosto del año pasado regresó a España. Actualmente es directora del biobanco del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, en Madrid.

¿Cuándo y cómo se formó RAICEX?

Se fundó el 9 de julio de 2018, pero desde 2015 las asociaciones existentes venían haciendo reuniones conjuntas en la Fundación Ramón Areces.

¿A cuántas asociaciones agrupa?

Las asociaciones fundadoras fueron 15, pero ahora ya somos 17: Reino Unido, Irlanda, Alemania, Francia, Países Bajos, Bélgica, Italia, Suiza, Suecia, Noruega, Dinamarca, EEUU, México, Sudáfrica, Japón, China y Australia-Pacífico. Las dos últimas en sumarse han sido Países Bajos y Sudáfrica, con lo que ya estamos en los cinco continentes. La primera fue Reino Unido. Donde mayor masa crítica de españoles científicos hay es en Reino Unido, EEUU, Alemania y -sospechamos- Francia, lo que pasa es que la asociación se acaba de formar.

¿A cuántas personas representa?

A unas 4.000, pero creemos que solo representamos un 20% de los científicos en el exterior. No tenemos cifras exactas, pero calculamos que fuera de España debe de haber unos 20.000 científicos.

¿Cuáles son los objetivos de RAICEX?

Nuestra misión es favorecer el intercambio de experiencias y conocimientos entre los investigadores y científicos españoles fuera de España y todos los agentes del sistema español de ciencia, tecnología e innovación, sirviendo como órgano asesor, contribuyendo así al progreso de la ciencia. El objetivo global es generar una voz única que, respetando la independencia de cada asociación, englobe en un foro común a los científicos e investigadores españoles en el exterior, lo que se traduce en cuatro objetivos: 1) apoyar a los investigadores y científicos en materia de movilidad y desarrollo profesional; 2) dar prestigio y visibilidad al valor de la ciencia y la labor de los investigadores y científicos; 3) favorecer las relaciones internacionales y la cooperación entre científicos, organizaciones y organismos públicos y privados; y 4) compartir la experiencia y los conocimientos adquiridos en los diferentes sistemas de investigación y ciencia en el exterior.

¿Cuáles son los principales problemas de los científicos españoles en el exterior?

Los típicos de la emigración: el idioma, la idiosincrasia del nuevo país… No son problemas profesionales, porque las posibilidades que se nos ofrecen son en general mejores que aquí, incluso en Sudáfrica. Solemos pensar que las condiciones en un país africano van a ser peores, y no es verdad.

Algunos de los científicos españoles que retornan se vuelven a ir.

La cifra exacta no la tenemos, porque nos falta por averiguar la tasa de retorno. Ese es uno de los retos principales que tiene el sistema español: retener el talento, no solo atraerlo. En los últimos años, las comunidades autónomas han fijado planes de retorno y se ha visto un crecimiento claro en la intención de que el talento retorne, pero el problema es que retornar es más fácil que retener. Uno no se atreve a retornar si no le dan las mínimas condiciones de estabilidad.

¿Y qué se puede hacer parar retener?

Proporcionar continuidad e independencia al investigador, darle medios materiales y administrativos adecuados para que pueda realizar su función, ayudar también al retorno y la adaptación de la familia, desarrollar programas a tiempo parcial de modo que el investigador pudiera realizar a un 50% su función tanto en el centro que deja como en el que se le recibe… Son medidas que citamos en el informe ATRAE. Además, nosotros defendemos no solo el retorno del talento, sino hacer un sistema español lo suficientemente atractivo para que no sea necesario irse y atraiga también a quienes no son españoles. 

En ATRAE abogan también por impulsar un pacto de Estado por la ciencia.

Es básico e indispensable, porque posibilitará un sistema científico atractivo, estable y de calidad, al margen de los vaivenes políticos. Se habla mucho de este pacto, pero aún no ha calado. Esperemos que en esta nueva andadura política empiecen a poner en valor la ciencia. Por lo menos han empezado a escuchar. Cuando el PSOE estaba haciendo su programa “progresista”, llamaron a un colectivo de ciencia en el que estábamos incluidos y compartimos nuestro decálogo del informe ATRAE.

¿Qué le parece el desgajamiento de Universidades del Ministerio de Ciencia?

La cooperación es más fácil si Ciencia y Universidades están dentro del mismo ministerio. Supongo que será porque lo habrán valorado y habrán visto que hay más ventajas que inconvenientes, pero personalmente yo no habría dejado solo Universidades; lo habría puesto al menos con Educación.

¿Qué opina del Plan de Retorno del Gobierno español?

Fue una buena idea ver cómo se podían poner distintos ministerios a trabajar en conjunto para hacer un plan de retorno, pero a nivel científico no hay grandes novedades. Estuve en el nombramiento de Pedro Duque como ministro de Ciencia y parece que ha incluido en su política no solo la atracción sino también la retención, así como medidas de diplomacia científica, que son importantísimas: establecer una red de diplomacia científica en las embajadas que ponga en contacto a los investigadores con los representantes de la administración. Por lo menos se ve una disposición a la mejora.

¿Qué le parecen los planes autonómicos de retorno del talento? ¿Destacaría alguno?

El ICREA de Cataluña es muy bueno y el Ikerbasque también. El GenT de la Comunidad Valenciana tiene bastantes buenas medidas y un salario bastante competitivo, y parece que Aragón también se suma a este tren. Poco a poco se van oyendo las voces de lo que se necesita y las medidas se van tomando en la medida de lo posible.

¿Puede resumir su experiencia personal como investigadora en el exterior?

Terminé la tesis en 2002 y decidí hacer una estancia postdoctoral en el extranjero. Fui a Suecia por un año que se convirtió en 17. Viví también en Noruega. Nunca pensé en retornar, a pesar de enviudar y de quedarme sola con tres niños, pero surgió la oportunidad de venir al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas como directora del banco de muestras biológicas, y dije ¿por qué no? No volví por una cuestión profesional, sino más bien personal. Mis padres se estaban haciendo mayores, mi nueva pareja vivía también aquí… No tenía nada que perder, poque tenía una plaza en propiedad y podía coger una excedencia.

¿Ha sido difícil el regreso?

Sabía que iba a ser un nuevo choque cultural, pero tiene de enriquecedor que uno no es de ningún sitio y es de todos. Tienes que aprender a disfrutar de lo que es bueno de tu país y que hay otros países que tienen otras cosas muy buenas, y también saber exportar lo que es bueno de tu país.

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