Tres semanas después de que el Gobierno español decretase el estado de alarma por la crisis del coronavirus y se empezaran a cerrar las fronteras y a reducir el número de vuelos, afectando la movilidad internacional, numerosos turistas españoles en México aún siguen buscando alternativas que, según la mayoría de ellos, el Consulado Español no les ha brindado para poder regresar a su país.
Enfrentan situaciones complicadas como la falta de recursos, alojamiento e incluso el vencimiento de la visa que les permite permanecer como turistas en México, hasta casos más urgentes como la falta de medicamentos específicos. Y a esto se suma la preocupación de la mayoría que no cuenta con un seguro médico que los proteja en esta pandemia (hay que recordar que en México el sistema sanitario público no funciona como en España). La mayoría de ellos coincide en haber solicitado apoyo al Consulado y no haber obtenido una respuesta satisfactoria, por lo que se sienten molestos y en cierto modo “abandonados por su gobierno”, ante lo cual han tenido que buscar soluciones por sus propios medios.
Es el caso de Elena M. Suárez, que se encuentra en Mérida, Yucatán, y que como ella misma explica: “Llamé al Consulado español en Mérida, al Instituto de Migración y al teléfono de exteriores que dejó el Ministerio para el asunto de los turistas españoles en el extranjero… Y todos me dieron sus bendiciones y me desearon suerte, porque no me dieron ninguna solución”. Su preocupación ahora es que en unos días se le vence la visa de turista. Respecto a esto, “en Migración me dijeron que mientras ‘no me pillaran’ en la calle… y que en el momento de estar en el aeropuerto para ir a casa, no tendría problema. Por precaución, pregunté al modulo de consultas institucional para saber qué procedía en mi caso. Y, de nuevo, no dieron solución. Así que, bueno, me toca cuidarme como todos los que estamos aquí”. Ella al menos tiene la suerte de que se está quedando con una familia amiga yucateca, que le ha brindado alojamiento hasta que mejore la situación y pueda viajar.
Lo mismo que Axel que es de Barcelona y por fortuna tiene familiares en este país, por lo que no tiene problemas de alojamiento. “Hablé con el Consulado referente a las continuas cancelaciones de vuelos para llegar a España y pregunté si nos iban apoyar de alguna forma. La respuesta fue clara, que me busque la vida pero en palabras bonitas”, explica. Al menos, lo más urgente lo tiene resuelto.
Por su parte, Francisco Javier Lajas Chanca se encuentra en Reynosa, Tamaulipas, y de momento señala que “todo está bien, solo nos informan de 4 casos aquí y un muerto. La Embajada de España, así como el Consulado en Monterrey nos tienen bien abandonados, pero vamos a aguantar sin la ayuda una vez más del Gobierno de España”.
Impotencia
Los casos de cancelaciones de vuelos se repiten una y otra vez y los españoles que siguen aquí se preguntan por qué no se ha enviado un avión especial a recogerlos como se ha hecho en otros países. El sentimiento común se llama impotencia.
Bray Lozano vino a México hace unas semanas para casarse con una mexicana y se quedaron atrapados aquí. “Nos dieron la noticia de que se cerraron las fronteras, se cancelaron los vuelos y todavía no ha habido reembolsos y no recibimos respuesta. Fui al Consulado en Monterrey antes de que pasara todo esto a registrar el matrimonio y de perlas, una semana después fui a pedir ayuda para volver y lo único que nos dijeron fue que nos busquemos la vida”. Por lo pronto, se están quedando en casa de su suegra en el norte del país.
En el caso de Rakel Écija habló enseguida con el Consulado de León, Guanajuato, en donde reside, porque su madre, que estaba de visita en México al momento de la crisis, ya que tenía programado el vuelo de regreso para el 31 de marzo. “Me dijeron que llamara al de Ciudad de México y ahí me dijeron que contactara con la aerolínea, sin ningún interés”, asegura.
Sin medicamentos y sin dinero
Por su parte, Patty Farill tiene una larga bitácora de cancelaciones. En principio, tenía su boleto de regreso para el 31 de marzo, México-Madrid y conexión Bilbao. El 19 de marzo le enviaron un correo cancelando la conexión a Bilbao y unos días después el vuelo de México a Madrid. Sacó un boleto directo a Barcelona y también se lo cancelaron. Consiguió otro para Madrid para el día 3 de abril y ocurrió lo mismo. Finalmente consiguió otro para el 9 de abril, que por cierto “será el último que vaya a Madrid, puesto que en todo el mes no habrá más vuelos”, le advirtieron en la aerolínea. “En estos días hablé con una persona del Consulado y me dijo que ellos no podían hacer nada y que yo me arreglara con la aerolínea en cuestión. A estas alturas de mi vida me encuentro sin mis medicamentos pues ya se terminaron y, obvio, sin dinero. Pero eso les es indiferente. No lo están sufriendo ellos”, concluye enojada.
Falta de comunicación
A pesar de que el Consulado español en México desde el inicio de la crisis ha puesto a disposición del colectivo español varios canales de contacto, como un número de servicio de emergencia (limitado exclusivamente a atender a ciudadanos españoles en México que requieran protección consular por asuntos graves, tales como fallecimiento, detención, desaparición, accidente grave, necesidad de documentarse por viaje urgente y obligatorio); un correo electrónico (con.mex@maec.es) y Twitter (@ConsEspCDMX), parece que la comunicación no fluye adecuadamente, o al menos no cómo esperaban los españoles que se quedaron aquí en calidad de turistas.
Varios de los entrevistados aseguran que es muy difícil comunicarse y que cuando lo consiguen sólo obtienen recomendaciones generales. Es el caso de Alejandra, quien señala: “Con esta situación es sorprendente que la línea de teléfono no funcione, deberían de habilitar más líneas. Solo me contestaron un email en el que prácticamente me dijeron que no puedo hacer ni uno ni otro trámite y que lamentan no poder ‘atenderme como desearían’. Esta española requería un alta en el Registro Consular para poder realizar unos trámites para un nuevo empleo en España. “Estamos en una situación extraordinaria y se comprende, pero precisamente por eso hay cosas que, si existiera la voluntad, podrían facilitar a los ciudadanos y de esa forma nos harían este momento un poco menos difícil”, afirma.
Hay otros como Juan Carlos Sánchez que se lo toman más relajado. “Yo estoy como turista en México, estábamos haciendo un viaje en bicicleta de Alaska a Argentina y nos pilló todo esto en Baja California. Ante la situación decidimos parar en La Paz, mejor que cruzar al interior, y esperar un tiempo a ver si todo pasa pronto y bien. Contemplamos el regresar a Europa. Mi novia es francesa, pero pensamos que lo mejor por el momento era no moverse. No me he molestado en hablar con el Consulado ni con nadie ya que vimos que la situación está un poco fuera de control y ya tendrían bastante”.
Y unos pocos, como Alfred de la Rosa que tuvieron más suerte y ya están en casa. Llegó como turista en marzo y estando en Guadalajara acudió al Consulado donde le recomendaron que se pusiera en contacto con la agencia de viajes o aerolínea para adelantar el vuelo lo antes posible. Así lo hizo con Iberia, pagando un suplemento de 250 euros y retornó vía Madrid, de donde tomó un vuelo a Barcelona y llegó tres días antes de lo previsto.
La situación en el país
El Gobierno de México fue uno de los que más tardaron en establecer medidas ante la crisis sanitaria del Covid-19. Fueron los ciudadanos y las empresas los que empezaron a tomar precauciones ante lo que se veía venir. Así, la mayoría de los centros españoles -Centro Asturiano, Real Club España, Centro Gallego, etc.- en donde normalmente se reúnen las familias españolas para hacer deporte y convivir ha cerrado sus instalaciones hasta nuevo aviso desde mediados de marzo. Lo mismo hicieron el Consulado español y las diversas consejerías de la Embajada, dejando sólo la comunicación no presencial.
A día 4 de abril había 1.890 casos confirmados y 79 muertes. Fue el pasado 30 de marzo cuando el Consejo de Salubridad General mexicano declaró la epidemia generada por el coronavirus como una emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor. Sin embargo, se aclaró que esto no significa que habrá toque de queda ni el uso de la fuerza pública para obligar el resguardo domiciliario. Las nuevas medidas son la suspensión inmediata hasta el 30 de abril de actividades no esenciales en los sectores público, privado y social; no realizar reuniones o congregaciones de más de 50 personas y todas las demás medidas de sana distancia (lavado frecuente de manos, estornudar aplicando la etiqueta respiratoria, saludo a distancia). Además, “se exhorta a toda la población que no participe en actividades laborales esenciales y a cumplir resguardo domiciliario. El resguardo domiciliario se aplica de manera estricta a toda persona mayor de 60 años de edad o con diagnóstico de hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardiaca o pulmonar, en estado de embarazo, independientemente de si su actividad laboral se considera esencial. El personal esencial de interés público podrá, de manera voluntaria, presentarse a trabajar.