España comienza la ‘gripalización’ del covid a pesar de rozar de nuevo el nivel de riesgo extremo

Adopta una nueva estrategia de vigilancia y control centrada solo en los más vulnerables

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que agrupa al Gobierno central y a las comunidades autónomas, aprobó el 22 de marzo el cambio en la Estrategia de Vigilancia y Control del coronavirus, tras la fase aguda de la pandemia, que contempla una vigilancia de la expansión del coronavirus centrada únicamente en los ámbitos y grupos vulnerables, en el control de la gravedad y en la detección de nuevas variantes. Como sucede con otros virus como el de la gripe, de ahí que se hable de proceso de gripalización en el seguimiento de la covid-19.

La estrategia diagnóstica estará dirigida a la realización de pruebas en personas con síntomas compatibles con covid grave o con factores de vulnerabilidad y personas que tienen contacto con éstos (trabajadores sanitarios y sociosanitarios). El cambio en la vigilancia implica una modificación de los indicadores de seguimiento que se centran en los asociados a la presión asistencial y se suprimen los indicadores de incidencias acumuladas, excepto los de mayores de 60 años. Así, desde el día 28 se establecen 5 niveles de alerta (del 0 al 4), basados en los indicadores de utilización de los servicios asistenciales.

Y todo ello, mientras el Ministerio de Sanidad elevó, en los últimos datos oficiales al cierre de esta edición, del 25 de marzo, la cifra total de contagios por covid-19 en España desde el inicio de la pandemia a 11.451.676. Son 227.702 más respecto al 11 de marzo. La incidencia acumulada (IA) a 14 días pasa a 461,86 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 430,10 de dos semanas antes. El tope de la sexta ola se alcanzó el 21 de enero, con 3.418. España se mantiene por poco en el nivel de riesgo alto (entre 300 y 500 casos de incidencia a 14 días por cada 100.000 habitantes) al que regresó el 2 de marzo, tras abandonar el nivel de riesgo extremo o muy alto (con más de 500 casos) en el que llevaba desde antes de Navidad.

De hecho, sólo Melilla, Comunidad de Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Cantabria, Aragón, País Vasco y Cataluña están en nivel alto y el resto ya en extremo, aunque las comparaciones quedaron desvirtuadas en la sexta ola porque hay comunidades que computan los positivos por autotests y otras no.

Por edades, el grupo ahora más afectado es el de los comprendidos entre los 30 y los 39 años (534,33), mientras que en el lado opuesto están los menores de 11 años (326,01). La tasa de positividad se sitúa en el 18,17% del total de las pruebas diagnósticas realizadas, frente al 17,22% de dos semanas antes, cuando la Organización Mundial de la Salud considera que a partir del 5% está descontrolada la transmisión del virus.

1.250 fallecidos más

Según los datos del Ministerio, 102.392 personas con prueba diagnóstica positiva han fallecido desde que el virus llegó a España; son 1.257 más en las dos últimas semanas y una media diaria de casi 90. Hay que recordar que las cifras del Gobierno no incluyen las muertes con síntomas compatibles pero sin prueba diagnóstica ni los decesos de las residencias, que podrían llevar la cantidad total a más 160.000 víctimas, como reconocen otras fuentes oficiales o estudios.

Actualmente, hay 4.497 pacientes ingresados por el virus (frente a los 4.777 de hace dos semanas) y 510 en UCI (689). La presión hospitalaria se sitúa en el 3,62% (frente al 3,84%) y en un 5,59% de las camas UCI (era del 7,55%).

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