Entre 2011 y 2022 el CERA aumentó un 59% al mismo tiempo que la participación se desplomó

Cerca de 850.000 electores en el exterior más en los últimos once años y medio / Más de un millón de electores podrán votar con el nuevo sistema en las autonómicas de 2023

En enero de 2011 entró en vigor la reforma de la Ley electoral que impuso el voto rogado. Desde ese momento, la participación política de los españoles residentes en el extranjero se hundió hasta límites casi absurdos, por debajo en muchos casos del 5 por ciento de los censados.

En las últimas elecciones generales antes de la introducción del voto rogado, que se celebraron en marzo de 2008, la participación de los españoles residentes en el extranjero ascendió nada menos que al 31,7%. Sobre un censo de 1,2 millones de electores, se escrutaron un total de 382.568 sufragios de los cuales 377.377 fueron a candidaturas, 1.488 en blanco y 3.703 se declararon nulos, según los datos del Ministerio del Interior.

En las elecciones generales de noviembre de 2019 la participación de los españoles en el exterior fue del 6,8%. Sobre un censo de 2,1 millones de españoles, casi el doble que en 2008, se contabilizaron un total de 145.908 votos –y eso que 226.050 emigrantes habían rogado el voto– de los cuales 978 fueron en blanco y 944 nulos.

Las últimas elecciones celebradas en España antes de la entrada en vigor de dicha reforma fueron las autonómicas catalanas de 28 de noviembre de 2010. En ellas participó un 13% de los censados. En el caso de Cataluña cabe destacar que en las elecciones de 2017 votó un 12% del censo. Fue el dato de participación más alto registrado en las 5 elecciones generales, 2 elecciones al Parlamento Europeo y 56 comicios autonómicos que se celebraron en España con el voto rogado en vigor.

Estas cifras, y los ejemplos son tantos como elecciones se han convocado, son una pequeña muestra de lo que ha supuesto para la participación política de los españoles en el exterior la introducción del voto rogado. Viene a cuento recordar aquí el artículo 68.5 de la Constitución, que en muchas ocasiones tanto el poder ejecutivo como el legislativo olvidan y que dice lo siguiente: “La ley reconocerá y el Estado facilitará el ejercicio del derecho de sufragio a los españoles que se encuentren fuera del territorio de España”. Durante casi doce años se ve que la expresión “facilitará” debió quedar en suspenso.

Una vez que las Cortes Generales han aprobado la eliminación del voto rogado y modificado el sistema de sufragio que se aplicará a los españoles en el extranjero, hay que destacar que el número de inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) a fecha 1 de agosto de 2022, el último publicado por la Oficina del Censo Electoral (OCE) asciende a 2.277.179 personas. Esto supone un 59% más que las que había a 1 de febrero de 2011, recién estrenada la anterior reforma de la Ley electoral. En aquel momento se contabilizaban 1.430.856 censados, que son 846.323 menos que ahora.

En la tabla que acompaña esta información aparecen sombreadas las comunidades autónomas que celebrarán elecciones en mayo de 2023. En todas ellas el crecimiento del número de electores en el exterior ha sido notable y suman algo más de un millón de personas, cuando en 2011 sumaban cerca de 590.000.

Cabe destacar el caso de la Comunidad de Madrid donde se ha doblado este número al pasar de 177.422 inscritos en el CERA a nada menos que 358.719, lo que supone un incremento del 102%.

También la Comunidad Valenciana ha tenido un aumento considerable del número de censados al pasar de 64.343 a 122.969, un 91% más a día de hoy que en 2011.

Otras comunidades autónomas que han superado los cien mil electores en el extranjero en los últimos doce años han sido el Principado de Asturias, que suma actualmente 122.421, un 44,5% más que en 2011 cuando registraba 84.721; y las Islas Canarias que ha pasado de 100.549 a nada menos que 159.713, un 58,8% más al inscribirse en este periodo casi 60.000 electores más.

Entre 2011 y 2022 tuvo lugar el proceso de acceso a la nacionalidad propiciado por la aplicación de la Ley de Memoria Histórica por el cual alrededor de medio millón de personas adquirieron la ciudadanía española y, por lo tanto, se incorporaron al CERA. Al mismo tiempo, a raíz de la crisis económica mundial de 2009 el número de emigrantes españoles se incrementó notablemente. Quizás estas dos razones son las que expliquen que en una década el CERA se haya incrementado un 59%.

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