El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) ganó las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero al imponerse la candidatura del exministro de Sanidad, Salvador Illa, en número de votos en unos comicios marcados por la pandemia del Covid-19, que obligó a modificar la organización de la jornada, y por el alto índice de abstención, derivado fundamentalmente de lo anterior: la crisis sanitaria. A falta del recuento del voto de los residentes en el extranjero, la participación quedó reducida a un bajísimo 53,55%, frente al 79,09% de las anteriores autonómicas catalanas del 21 de diciembre de 2017 convocadas de forma extraordinaria por el Gobierno de España tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución a raíz del referéndum ilegal secesionista del 1 de octubre (1-O). Un incremento de la abstención de más de 25 puntos.
El PSC logró 652.858 votos frente a los 606.659 de 2017, un 23,04% ahora en comparación con el 13,86% de hace cuatro años, y 33 escaños frente a los 17 de la anterior cita con las urnas. La victoria socialista sólo se produjo en cuanto a número de sufragios puesto que en actas de diputados empató con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a 33. El partido liderado por Oriol Junqueras, preso por los delitos relacionados con el 1-O y que presentaba como candidato a Pere Aragonès, se hizo con 603.607 votos (frente a 935.861), el 21,30% (porcentaje muy similar a 2017 en que obtuvo el 21,38%), y 1 escaño más que hace cuatro años.
Los independentistas de izquierdas se impusieron por primera vez desde 1936 a los de centro-derecha al registrar Junts per Catalunya (JxCat) 568.002 votos, el 20,04%, y 32 escaños. En este caso, los herederos de la antigua Convergencia i Unió (CiU) se presentaron divididos en esta candidatura afín al expresident huido de la Justicia, Carles Puigdemont, y el PDeCat, con el también expresident Artur Mas detrás, que se quedó finalmente sin representación. En los anteriores comicios ambos grupos se presentaron como JuntsxCAT y habían logrado 948.233 votos, el 21,66%, y 34 diputados.
En cuarta posición, una de las grandes sorpresas de la jornada: Vox, que irrumpe por primera vez con fuerza en el Parlament con 217.883 votos, el 7,69%, y 11 escaños que son más que la suma de sus competidores del centro-derecha constitucionalista, Ciudadanos y el Partido Popular. Tras ellos, la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) alcanzó 189.087 sufragios, el 6,67%, y 9 diputados frente a 195.246, el 4,46% y 4 en 2017. Con el mismo número de escaños que en la anterior convocatoria se quedó En Comú Podem (ECP): 8 y 194.626 votos, el 6,87%, frente a los 326.360, el 7,46%, de hace cuatro años.
Ciutadans-Ciudadanos (Cs) fue el gran perdedor pues bajó a 157.903 sufragios, el 5,57%, y 6 diputados, tras haberse impuesto en 2017 con 1.109.732 votos, el 25,36%, y 36 actas. El otro fracaso fue el obtenido por el Partido Popular (PP) que redujo su apoyo a 109.067 votos, el 3,85%, y 3 escaños frente a los 4 diputados de la anterior cita con las urnas, con 185.670 votos, el 4,24%.
Por tanto, todos los partidos obtuvieron menos votos que en 2017, por la escasa participación, excepto el PSC que sí crece y Vox que no se había presentado en esa ocasión. La victoria socialista, sin embargo, no evita que los partidos que apuestan por la independencia amplíen su representación en escaños y sumen de nuevo mayoría absoluta.
El otro hecho destacado del día fueron las medidas sanitarias en los colegios electorales y para los miembros de las mesas ante la situación de la pandemia de Covid-19 y puesto que estaba permitido el voto de los positivos por coronavirus y de los pacientes en cuarentena.
Illa se presentará a la investidura y ERC apuesta por fuerzas soberanistas
El candidato ganador de las elecciones, Salvador Illa (PSC), anunció tras conocerse los resultados que se presentará a la investidura como president de la Generalitat. Los datos permitirían un tripartito de izquierdas con ERC y En Comú Podem, pero los partidos independentistas -incluido Esquerra Republicana- firmaron en la última semana de la campaña un documento según el cual se comprometían a no pactar con el PSC. De hecho, la gobernabilidad de Cataluña pasa por lo que decida ERC ya que los números también alcanzan para un Govern secesionista con JxCat y la CUP.
Sin embargo, el candidato de Esquerra, Pere Aragonés, señaló que aspira un “gobierno amplio” con las fuerzas que están a favor de la autodeterminación y la amnistía (JxCat, la CUP y los comunes). Además, ERC instó al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a negociar una salida a lo que denominan un “conflicto político”. Laura Borràs (JxCat) destacó, por su parte, que “el independentismo resiste y nos tenemos que entender”. La situación de los políticos presos y un nuevo referéndum de independencia pueden ser factores claves para los acuerdos.