El Índice de Precios de Consumo (IPC), que mide la inflación general, se situó en diciembre en el 5,7%, mientras que la inflación subyacente -que no tiene en cuenta el precio de los productos energéticos y los alimentos frescos- se fue al 7%, la más alta desde noviembre de 1992. De hecho, el precio de los alimentos se disparó un 15,9% respecto al fin de 2021.