El Patronato da Cultura Galega de Montevideo celebra el día de las artes

En este jornada se recordó al artista argentino-gallego Luis Seoane

Monterroso escucha atentamente el poema de Seoane en la voz de Consuelo Villar.
Un momento de la charla.

El Patronato da Cultura Galega de Montevideo celebró el pasado 1 de abril el día de las artes gallegas con un homenaje al argentino-gallego Luis Seoane López de quién atesoran un emblemático dibujo y varias tapas de libros diseñadas por él.

El acto del día de las artes gallegas tuvo un significado particular para el Patronato que preside Ana Lorenzo ya que recayó en una personalidad especial, un gallego nacido en el Río de la Plata, en Argentina en 1910, y que estuvo relacionado con esta institución montevideana, colaborando de forma totalmente desinteresada en diversas actividades.

La fiesta de las artes gallegas en la sede de la calle Rondeau comenzó pasadas las 19 horas, cuando el tacuaremboense-gallego, José María Monterroso Devesa, ofreció una charla que tituló ‘Luis Seoane, un imprescindible en la cultura gallega’.

Bajo su relato, Monterroso hizo un repaso de la vida de Seoane, además de su relación personal con el artista y con su esposa, Maruja, destacando también la relación de Seoane con el Patronato da Cultura Galega de Montevideo.

Sobre este punto recordó que diseñó varias tapas de libros editados en aquel entonces por el Patronato, ya que en Galicia era imposible ante la dictadura de Franco, así como también participó en mesas redondas y ofreció charlas en las Jornadas de Cultura Gallega organizadas por el Patronato en la segunda mitad del siglo pasado.

Participaron también en esta celebración los integrantes del taller de declamación del Patronato que dirige la coruñesa Maribel Calderón que declamaron tres poemas de Seoane: ‘Adicatoria’, por Consuelo Villar; ‘Basallo Gómez, emigrante, vive nun cano’, por Cristina Venturini; y ‘Oración do artista que volta’, por José Mata.

De esta forma, además de las imágenes visuales que recorrieron parte de la obra del artista, los asistentes pudieron reconocer a un hacedor de arte como lo fue el argentino que a los cinco años marchó para la Galicia, se formó allí y tuvo que volver a emigrar por su militancia política, para morir con 68 años en A Coruña dejando un legado cultural y político que sobrevive aún en este siglo tan diferente al suyo.

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