El Instituto de Cultura Hispánica de Córdoba conmemoró el Día de la Hispanidad con un emotivo acto

Se depositó una ofrenda floral ante el monumento a la reina Isabel la Católica

Miembros del Instituto y representantes de Casa de España, Centro Andaluz, Comunidad Andaluza y Centro Vasco de Córdoba durante la conmemoración.

El Instituto Argentino de Cultura Hispánica de Córdoba celebró el Día de la Hispanidad con un tradicional acto ante el monumento a la Reina Isabel la Católica en el Parque Sarmiento de esta ciudad. Entre los asistentes al mismo se encontraban el general de División retirado veterano de la guerra de Malvinas, Carlos Alberto Quevedo, autoridades del Instituto e integrantes de Casa de España. También estuvieron presentes dirigentes del Centro Andaluz, de la Comunidad Andaluza y del Centro Vasco de Córdoba y socios y amigos de la entidad organizadora.

Al comienzo del mismo, Gustavo Ramos, presidente del Instituto, se dirigió a la concurrencia expresando que “la substitución del término ´raza´ en 2010 por iniciativa de la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner, en favor del Día del Respeto a la Diversidad Cultural, se fundó, según sostuvo ella, en que el decreto del presidente Hipólito Yrigoyen que estableció la conmemoración, era un decreto racista. Craso error: en 1947, el presidente Juan D. Perón, en discurso pronunciado en la Academia Argentina de Letras, aclaró que cuando aquí usamos el término ‘raza’, no lo hacemos en un sentido biológico sino cultural, y de ese modo reafirmó la memorable iniciativa de Yrigoyen. El presidente Arturo U. Illia repuso la conmemoración, reforzándola y dándole nuevo impulso”.

Además, señaló que “hay algo más grave: se trata de la Leyenda Negra Antiespañola, ya largamente denunciada desde fines del siglo XIX a partir de la escritora Emilia Pardo Bazán. La misma, originada en el padre De las Casas, fue urdida en Holanda, en el siglo XVI, por emigrados españoles, interviniendo también algunos alemanes. Pero fue Inglaterra la que hizo uso estratégico de la misma a gran escala, para desacreditar a España, en pos de usufructuar los restos del Imperio Español. De allí viene también, en buena medida, el indigenismo actual, renacimiento del antiguo mito del buen salvaje, utilizado con propósitos estratégicos”, sostuvo.

Entre las cosas que nos unen como hispanidad, indicó que “Pablo Neruda reconoció que los españoles nos dejaron el oro de las palabras, ningún integrante de la ‘diversidad cultural’ poseía lenguaje escrito articulado. Bien advirtió Jorge Luis Borges, tanto en la obra El Idioma de los Argentinos como en El oro de los tigres, que el lenguaje no es un mero conjunto arbitrario de signos, sino un modo de sentir, de captar la realidad. Y ese modo nos une profundamente a todos los hispanoparlantes”.

También destacó que “en el orden sobrenatural, España legó a los creyentes el cristianismo católico: Dios principio y fin de la creación. En el orden natural, para creyentes y no creyentes, la cosmovisión de influencia católica, la ley moral y jurídica naturales en sentido clásico: principios, deducción y adaptación a circunstancias. Con el Derecho Natural clásico, España trajo reglas del proceso judicial, el principio de inocencia, el del juez imparcial, el de la defensa en juicio, el poder litigar contra las autoridades”.

Asimismo, remarcó que “España aportó al mundo el Derecho Internacional moderno como modo de convivencia entre los diversos pueblos, hijo de la teología católica, por obra del fraile dominico Francisco de Vitoria y de la Escuela de Salamanca. Este Derecho es un auténtico respeto a la diversidad cultural porque se ciñe a los estrechos límites de la ley moral y jurídica natural.  Además, la Madre Patria impulsó la integración de indios y españoles. Desde el inicio, la Reina Isabel propuso, expresamente, que se casaran españoles con indias e indios con españolas, para que todos fueran hombres de razón”.

El dirigente explicó que la independencia de los pueblos iberoamericanos fue “un fenómeno de guerra civil dentro de la hispanidad, a causa de los Borbones, las convulsiones en Europa y sobre todo, de la política de conveniencia, impuesta por Inglaterra a partir de la Paz de Utrecht en 1713, por la cual se entregaban naciones y reinos como mercaderías. El peligro de ser entregados es lo que motivó la revolución y luego la independencia, como advirtió Tomás Manuel de Anchorena, secretario de Manuel Belgrano y que formó parte del Congreso General Constituyente de 1816 en Tucumán que declaró la independencia de las Provincias Unidas en Sud América”.

Por último, Gustavo Ramos expuso el pensamiento de quienes conforman el Instituto sobre la Nación Hispana: “Diversos estados, pero una única nación, unidad iberoamericana o disgregación hacia la nada, con la consecuente servidumbre a culturas extrañas. Como bien advirtió el General San Martín, que pensaba en la patria grande: “Serás lo que hay que ser, y si no, eres nada”.

Para concluir el acto, los miembros del Instituto depositaron una ofrenda floral en el monumento a Isabel la Católica y, minutos después, los asistentes compartieron un ágape.

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