El Gobierno necesita disponer de unos Presupuestos Generales del Estado adaptados a la situación actual de crisis sanitaria y económica derivadas de la pandemia que trasladen confianza a la Unión Europea, cuando van a llegar miles de millones de euros, para afrontar además la mayor recesión de los países de la OCDE con un 18,5%, solo por detrás del Reino Unido, que es el del 20,4%. Y es que Pedro Sánchez sigue gobernando con las Cuentas aprobadas por el PP, escasos días antes de la moción de censura que le llevó al poder, tras ser incapaz de recabar los apoyos suficientes para disponer de presupuestos propios.
Por ello, el presidente del Gobierno comenzó la semana pasada las reuniones con las fuerzas de la oposición, comenzando con el líder del Partido Popular, Pablo Casado, con quien intentó pactar también la renovación de los órganos constitucionales pendientes de nombramientos. Casado rechazó negociarlos mientras Podemos esté en el Gobierno y, en cuanto a los Presupuestos señaló que no aceptará un ‘trágala’ al no conocer ni una sola línea del proyecto.
Por el contrario, llevó 10 pactos de Estado y una propuesta para crear una agencia independiente que reparta los fondos de la UE, que evitó Sánchez. El Gobierno le acusó de frentista y obstruccionista por negarse a negociar, al contrario que con la líder de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas, la siguiente en pasar por Moncloa, donde mostró una “voluntad firme y real” de pactar unos presupuestos moderados con el objeto de frenar la ideología de Podemos.
Del resto de partidos, el Ejecutivo cuenta con convencer al PNV y partidos minoritarios que le darían los votos a expensas del acuerdo con Cs o ERC, incompatibles entre sí, por lo que Sánchez deberá decidirse, con la presión de Pablo Iglesias y de Unidas Podemos de repetir el frente de la moción de censura con nacionalistas e independentistas.
