El equipo del Centro Pontevedrés de Montevideo se proclama campeón de balonmano en Uruguay

“Los gallegos lograron una hazaña” comentó el locutor de televisión tras la final en la que se impusieron al Colegio Alemán

Centro Pontevedrés de Montevideo
Los jugadores del Centro Pontevedrés de Montevideo celebran el triunfo.

“Los gallegos lograron una hazaña”, comentaba el relator de TV Ciudad al terminar la final del torneo Super 4 senior, el más importante de balonmano que se disputa en Uruguay, haciendo referencia a los jugadores del Centro Pontevedrés que hace ocho años recién comenzaron a disputar en la principal competición del país y el pasado 3 de diciembre vencieron en la final al Colegio Alemán por 30 a 27.

Eduardo Alonso recibió a España Exterior en su casa, donde nos deleitó con un archivo fotográfico de más de cincuenta años de su trayectoria en la colonia española, donde participó en directivas de distintas instituciones y hasta como consejero del Consejo de Residentes Españoles (CRE).

Pero queríamos conocer cómo fue la historia de la creación del Centro Pontevedrés y nos explicó que el antecedente de la institución fue un equipo de fútbol que jugaba en la liga española de deportes en las canchas que habían construido en el Campo Español de Montevideo, ubicado en el barrio de Villa Española.

Eduardo había llegado a Río de Janeiro en 1952 pero un año después llegó a Montevideo donde se afincó trabajando en una carpintería. Pero en 1954 trabajó junto a él un pontevedrés recién llegado, Andres Kapamel, quien formó un equipo para jugar en la liga de deportes y participaban representando a la institución Tradición Española que era dirigida por unos emigrantes veteranos que generosamente patrocinaban a este grupo de muchachos que participaban de los bailes del domingo de la sede social.

Sin embargo, Alonso explicó que “a los dos años la institución les dijo que no podían continuar patrocinando el equipo que había tenido problemas disciplinarios en el campeonato y la liga les reclamaba a ellos los daños y perjuicios”.

Así fue como vino Andres Kapamel y le pidió a Alonso que “fuera el delegado del equipo. Precisamos a alguien que no tenga interés en jugar, pero sí que pueda defendernos en la liga. Por un problema en la rodilla no podía jugar por lo que entonces acepté, aunque les dije que yo estaba haciendo horas extras en la mueblería para traer a mi madre y mi hermana desde Galicia” por “lo que fui en primera instancia fui delegado del Club Flavia. Y en aquel entonces nos dimos cuenta de que no había Centro Pontevedrés, había coruñés, lucense y orensano, pero ninguno de Pontevedra”.

Centro Pontevedrés de Montevideo
Bruno Méndez fue declarado jugador del partido.

Y “en una pensión de la calle Democracia y Amézaga en 1960 decidimos fundar una institución a la que le pusimos Centro Pontevedrés”.

Esta historia vuelve a repetirse en el 2015 cuando el equipo de balonmano de su nieto, Gerónimo Goyoaga, le pidió para ver si el Pontevedrés le auspiciaba para jugar federados en la liga uruguaya.

En aquel entonces los jugadores de todas las divisionales apenas llegaban a los 115, pero en ese año fue el equipo masculino de mayores a Galicia donde jugaron y volvieron recibiendo el apelativo de “los gallegos del handball”.

En la actualidad el Pontevedrés está representado en todas las categorías femeninas y masculinas de balonmano con 220 jugadoras y jugadores y ya disputó cinco años consecutivos el título, perdiendo cuatro y conquistando la copa de mejor del Uruguay el 3 de diciembre de este año.

Un equipo que transforma jugadores

El equipo que conquisto el campeonato federado de Uruguay está integrado por los siguientes jugadores: Facundo Villarrueta, Santiago Piedad, Santiago Raña, Giovani Capello, Gastón Negri, Juan Pedro Fernández, Gonzalo Dogliotti, Diego Fallabrino, Bruno Borba, Bruno López, Gerónimo Goyoaga, Facundo Lima, Martín Gallardo, Nahuel Gorosito, Bruno Méndez, Amaru Fernández, Matías Molina, Gastón Herrera, Lucas Acosta, Nicolás Pinatto, Joaquín Ferreyra, Juan Triunfo y Santiago Galán.

El cuerpo técnico está integrado por el entrenador Felipe Rebella, su ayudante técnico Yamandú Rodríguez y la especialista en vídeo asistencia deportiva, Candela Perroni.

En el partido decisivo un jugador terminó con muletas festejando el triunfo, ya que debió abandonar en el segundo tiempo al fracturarse el tendón de Aquiles.

Se trata de Gerónimo Goyoaga, el nieto de Eduardo Alonso, que se negó a ser llevado al hospital para ser asistido como requería, porque no podía perderse el final del partido, y siguió alentando a sus compañeros desde el banquillo.

En diálogo con España Exterior en su casa, ya enyesado le consultamos como se sentía: “Alegría y dolor, más alegría que dolor porque por suerte después de tantos años pudimos conseguir el objetivo que siempre anhelamos que era poder dejar al Pontevedrés en lo más alto del handball uruguayo y, bueno, que esto nos sirva también como herramienta para creer que se pueden lograr mejores cosas aún”.

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Los jóvenes que comenzaron hace ocho años.

Gerónimo recordó aquel 9 de marzo del 2015 “cuando se nos abrió la puerta del Pontevedrés, donde nos sentimos como parte de la casa. Uno no dice que está acá por el handball sino que uno dice que está aquí por el Ponte, y creo que eso es lo más lindo que pudimos haber creado en estos ocho años. Pasamos de no tener un lugar que nos identifique, no tener un escudo que nos represente, no tener una institución que nos resguarde, a hoy en día pensar en que damos hasta lo imposible por defender el escudo del Ponte, la remera del Ponte y ese club que está en Francisco Gómez”.

Recordó también la gira por Galicia en 2015 con el primer equipo masculino “donde jugamos ocho partidos. Fue una experiencia única, el primer ladrillo de este camino en el Pontevedrés, y esperemos que en los próximos años podamos tener oportunidades parecidas para que los jóvenes de formativas, los más chicos, puedan tener esa experiencia de ir a jugar a España y más que nada a Galicia”.

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Gerónimo Goyoaga y su abuelo Eduardo Alonso.

El relator de TV Ciudad en la transmisión de la final y el comentarista, se pasaron saludando los goles de los gallegos y afirmando que habían logrado un hecho histórico venciendo a uno de los dos máximos goleadores de la copa federada uruguaya.

Al respecto reflexionó acerca de la quina final que les tocó disputar, que “más allá de que nosotros lo sabemos, quizás a algunos le cuesta ver el mérito de lo conseguido. No es fácil salir campeón federal en una historia del balonmano uruguayo donde siempre predominaron el Colegio Alemán y la Scuola Italiana. Meternos en esa historia, codearnos desde hace cinco años con ellos, perder las finales que hemos perdido, nos ha hecho crecer para hoy en día poder decir que somos los mejores de Uruguay”.

Sobre el futuro en el balonmano, “me ha tocado vivir no solo la parte de jugador, sino como técnico. Espero que en un par de años más pueda seguir jugando y si no pasaré a tener los roles como ayudante técnico o donde me toque, pero siempre en el Pontevedrés”.

Jugar por la camiseta

Felipe Rebella comenzó a jugar en el Centro Pontevedrés en el primer equipo hace ocho años y tuvo la oportunidad en el 2015 “de ir a representar al Pontevedrés en Galicia”, afirmando que “ese momento fue clave con el sentido de pertenencia, conocer las tierras gallegas, sus costumbres, sus personas”.

Emocionado reconoce que el Pontevedrés “en mi vida es mi segunda familia. Deportivamente me abrió las puertas como entrenador hace unos cuantos años, supe defender su camiseta como jugador y como hincha”.

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Felipe Rebella, entrenador del equipo.

Pero el primer domingo de diciembre dirigió al equipo que por primera vez coronó al Pontevedrés como campeón federado, un título que en Uruguay estaba reservado para dos equipos, el Alemán y la Scuola Italiana y justamente al primero le ganaron la final por tres puntos.

“La verdad que es difícil de explicar la felicidad de ese momento”, reflexionó Rebella, quien dijo sentirse “realizado, mirar para atrás y ver todo el camino que recorrimos como equipo”.

Finalmente precisó que “la victoria deportiva del domingo viene de años de trabajo, y en particular este año fue muy especial”, asegurando el orgullo que les da ser “los gallegos del handball”.

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