Como consecuencia de la pandemia los socios del Centro Gallego de Montevideo, el más antiguo del mundo, han tenido que esperar siete meses para recibir la rendición de cuentas por parte de la directiva que preside el ourensán Julio Ríos. Así, el pasado 23 de noviembre se realizó la asamblea general de socios –que tenía que haberse celebrado en el mes de abril– bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria.
La Asamblea General de Socios del Centro Gallego de Montevideo, que habitualmente se realiza en el mes de abril, se efectuó este año el lunes 23 de noviembre en el Complejo Polideportivo de Carrasco debido a la pandemia por el COVID – 19.
Cumpliendo con el protocolo sanitario impuesto por el Gobierno uruguayo, al ingresar al Polideportivo de la sede de Carrasco se tomó la temperatura a cada socio, firmaban el protocolo de covid-19, se dispuso de gel hidroalcohólico y era obligatorio permanecer en todo momento con mascarilla.
Se escogió el salón principal para la reunión por ser más grande y de esa forma distanciar las sillas a más de dos metros cada una para evitar cualquier tipo de contagio aéreo de los participantes.

La asamblea estuvo presidida por su el presidente, Julio Ríos Serapio, acompañado por la secretaria de la junta directiva, Beatriz Doldán Montes, y el tesorero de la misma, Jorge Zás Fernández, quienes expusieron ante un buen número de socios la memoria y el balance del ejercicio económico de 1 de marzo 2019 a 29 de febrero de 2020, el cual culminó con un superávit cercano a los 15.000 euros.
Se agradecieron las ayudas recibidas de la Xunta de Galicia y de la Consejería de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.
Tras las exposiciones también de socios sobre la memoria y el balance, finalmente se aprobó la memoria por mayoría y el balance por unanimidad.
Al finalizar se realizó un minuto de silencio por los socios que fallecieron en el correr del año, recordando especialmente al anterior pro-tesorero, David Fernández.
Exelente y fiel nota de la realidad