El Centro Gallego de Montevideo conmemoró sus 141 años

A través de un encuentro virtual en el que participaron directivos, socios, autoridades gallegas y españolas y dirigentes de otras entidades de la emigración

Brindis por el 141 aniversario del Centro Gallego de Montevideo.

El Centro Gallego más antiguo del mundo celebró sus 141 años de vida en una ceremonia virtual, todos juntos pero separados, a través de una videoconferencia en la que los directivos y socios fueron arropados desde España por el consejero de Trabajo y Seguridad Social, Vicente Pecino Medina, y el delegado de la Xunta de Galicia para el Río de la Plata, Alejandro López Dobarro, desde Buenos Aires.

La joven República Oriental del Uruguay, nacida en 1830, estaba sumida aún en las luchas internas entre los partidos políticos blancos y colorados para encaminar al país en lo que se consagraría dos siglos después como un ejemplo democrático en la región. En ese momento, en el transcurso de luchas armadas y políticas para detentar el poder, los gallegos emigrantes que descendían en el puerto de Montevideo encontraban en la colectividad cierta protección en todo el país donde se habían formado sociedades españolas de ayuda mutua que, además de dar cobijo, también aseguraban la protección sanitaria a los compatriotas más necesitados.

Así es como un grupo de gallegos comandados por Francisco Vázquez y los hermanos Benigno y Tomás Salgado se reunieron en la casa de José María Quintana para formar la primera junta directiva presidida por el abogado compostelano Antonio Varela Stolle, fundando así el 30 de agosto de 1879 en la capital uruguaya el Centro Gallego de Montevideo que se convertiría, con su sede en una casa de la céntrica calle Paraguay, en el primero de todo el mundo.

Los socios, además de ayudar a sus paisanos buscándoles trabajo, enseñándoles oficios y hasta a hablar y escribir el castellano, también fueron juntando dinero para adquirir un terreno en la calle San José casi Andes donde en 1923 comenzó a construirse el proyecto del arquitecto uruguayo de origen coruñés, Alfredo Campos, que hoy pertenece al patrimonio histórico de Galicia y de Uruguay.

Fachada de la sede central de la entidad.

Esta sede fue la primera realizada en el país con destino a un club social con la tradición y la estética española: un espacio para recordar, practicar, compartir y difundir las costumbres y tradiciones gallegas.

Distribuidas en tres plantas se encuentran varias salas dedicadas a personalidades, como por ejemplo la Sala de Honor a Rosalía de Castro; la Sala Teatro Ramón del Valle Inclán; la Biblioteca Concepción Arenal y la Sala de Lectura Castelao. En ella se encuentra el busto en honor al padre del galleguismo.

Los azulejos que adornan sus paredes, así como las baldosas que engalanan los pisos de toda la planta baja, tienen azulejos que fueron traídos desde España para adornar y marcar la “presenza dun pouco da miña amada terra”, según confiesan los directivos en las actas de aquella época.

El Centro Gallego preserva un rico patrimonio que recoge bienes materiales e inmateriales a través de sus cuerpos artísticos: el Ballet Folklórico Alborada, la Escuela de Danzas, el Grupo Raigames, el Ballet España.

Entre las celebraciones más señaladas que organiza están el Día das Letras Galegas, la Festividad de Santiago Apóstol, el Homenaje a Castelao, el Día de Rosalía de Castro en Honor a la Mujer y el Fin de Semana del Patrimonio que ofrece visitas guiadas, además de su tradicional romería en su complejo polideportivo que da inicio a las actividades de la colectividad tras el receso de verano, además de ser también la sede de la Asociación Amigos del Camino de Santiago.

En una sala del subsuelo está resguardado el Archivo Histórico del Centro Gallego, un registro de parte de la emigración en Uruguay, creado con apoyo del Consello da Cultura Galega que permite a los investigadores descubrir cómo era la vida de los emigrantes hace tres siglos.

Pero los emprendimientos de aquellos gallegos que fundaron la institución, y que posteriormente construyeron su sede, no se quedaron ahí y a mediados del siglo pasado compraron casi 30.000 metros cuadrados en el barrio más noble de la capital uruguaya, Carrasco, donde poco a poco fueron construyendo un parque polideportivo con el objetivo de atraer a los jóvenes descendientes, con cancha de fútbol ‑donde hace de local el club en la liga universitaria‑, además de un gimnasio cerrado, una cancha de fútbol 5, el salón de fiestas y eventos más grande que tiene la colectividad en Montevideo, así como también una piscina donde funciona además un centro de rehabilitación cardiológico.

También tiene un amplio parque y parrilleros que dan cobijo a distintas fiestas privadas de sus socios.

Festejos y reflexiones

En la actualidad el emigrante orensano Julio Ríos Serapio, llegado a Uruguay en 1959 con apenas veinte años desde la aldea Herdadiña de la parroquia de Torno en el concello ourensano de Lobios, que no había visto el inmenso mar hasta atravesarlo desde Vigo para reencontrarse con su padre, es el presidente del Centro Gallego de Montevideo y con ese mismo orgullo también es vicepresidente de la Sociedad Criolla Elías Regules, donde es conocido como el ‘gallego gaucho’.

Ríos, que empezó como ayudante en un bar de Montevideo y de allí junto a su patrón, comenzó su carrera de empresario que lo ha llevado a destacarse tanto en los servicios alimentarios como hoteleros, pero buscando junto a su actual esposa, Mariela Zilli, en el campo uruguayo la inversión y su forma de disfrutar la vida en la naturaleza del campo uruguayo y sus tradiciones camperas.

Si bien la pandemia lo ha alejado de la participación activa en la colectividad, igualmente desde su estancia se hace presente como lo ha hecho en toda su trayectoria porque “no es necesario que me convoquen, allí estoy siempre para colaborar” reconocía Ríos.

Pero la fiesta del 141 aniversario ha sido distinta, a través de las redes, y por allí el presidente de la Federación de Instituciones Españolas del Uruguay y último contendiente en las elecciones con Julio Ríos por la presidencia del Centro Gallego, el actual vocal Jorge Torres Cantalapiedra, reflexionó que “en un día tan especial y en medio de esta pandemia, lamento no poder festejar como debemos haberlo realizado”.

Subrayó que era necesario “festejar por todo lo alto este 141 aniversario del Centro Gallego de Montevideo (el más antiguo del mundo), ya pasamos un 140 modesto, esperemos al 142 tal vez la suerte nos acompañe”. Torres concluyó que “de igual modo levanto la copa para que el Centro Gallego vuelva al sitial que nunca debió dejar”.

En la ceremonia, Torres, como vocal del Centro Gallego, expresó el pensar que también confirmó toda la directiva, “del deseo de éxito en su nuevo período que asumirá el próximo 5 de septiembre al reelegido presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, así como un buen trabajo para el secretario xeral da Emigración y todo su equipo”.

Por su parte, el consejero de Trabajo y Seguridad Social, Vicente Pecino Medina, que se encuentra en España, expresó también la alegría de haber recibido la invitación y afirmó que “no podía dejar de estar presente” aunque sea de forma virtual. Agregó también su esperanza de “la unión de todas las instituciones gallegas para tener más fuerza”.

También el delegado de la Xunta de Galicia, Alejandro López Dobarro, agradeció la invitación y el placer que le da poder tener este encuentro, auspiciando en un futuro próximo estar juntos como en el pasado para celebrar.

Desde Galicia, el músico Xavier Díaz se hizo presente con un mensaje y su música. Mientras que también hablaron el secretario de la Federación de Sociedades Gallegas del Uruguay, Héctor Horacio Henry, y directivos de otras instituciones, expresando la vicepresidenta, María ‘Charo’ Gil, quien sintió “arropado al Centro Gallego por las instituciones amigas presentes en esta videoconferencia, por las autoridades que podemos ver en pantalla, Alejandro López Dobarro y Vicente Pecino, además de los mensajes recibidos desde Galicia de Antonio Rodríguez Miranda”.

Aseguró que “estamos recordando un pasado, pero también estamos construyendo el futuro, y el futuro es ahora que ya está siendo pasado, pero el Centro Gallego se ha propuesto trabajar mucho y, aún frente a la pandemia, continuar haciendo obras como por ejemplo la sede de la calle San José que se está reciclando a nuevo y otras que vamos a ir contándoles por la web”.

El músico Xavier Díaz participó desde Galicia.

Asimismo, informó que los jóvenes del Centro Gallego están digitalizando las fotos antiguas que los socios de la institución tienen en sus casas, que ya son más de seiscientos, agradeciendo a “todos los directivos, a la juventud que se está sumando al Centro, en unos pocos meses sumamos medio centenar, y a todos los que hacen posible seguir construyendo el Centro Gallego”.

Finalmente, el presidente del Centro Gallego del Uruguay despidió a todos los que participaron de esta ceremonia virtual que celebró los 141 años donde también se recuerdan a todos los que construyeron el primer centro gallego del mundo, alzando las copas y cantando todos el feliz cumpleaños.

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