RETORNAD@S

El 14% de los científicos retornados regresa sin empleo e incluso sin haber cotizado lo suficiente para recibir ayudas

Solamente uno de cada diez con contrato a jornada completa siente que tiene estabilidad laboral

La junta directiva de la Asociación de Científicos Retornados a España (CRE) durante la asamblea general de la agrupación en 2016.
El presidente de CRE, Fernando Josa (dcha), con el entonces embajador de Reino Unido en España.
Una de las actividades desarrolladas en los institutos por la Asociación de Científicos Retornados a España.

El 14% de los científicos e investigadores españoles que retornan a nuestro país tras haber emigrado al extranjero lo hacen sin empleo y de estos algo más de la mitad sin haber cotizado lo suficiente como para recibir ayudas o prestaciones por desempleo, según el ‘Informe sobre el Retorno e incorporación de científicos e investigadores a España’ (IRICIE) de la Asociación de Científicos Retornados a España (CRE).

El informe, publicado en abril de 2019, se divide en dos partes: una primera sección en la que se analiza el resultado de una encuesta anónima realizada desde noviembre de 2014 hasta octubre de 2018 a investigadores retornados a España, con 227 respuestas válidas, y una segunda donde se evalúa el estado actual de la incorporación de investigadores desde el extranjero, mediante la agregación de comentarios individuales de algunos de ellos.

El IRICIE es un primer paso para poder establecer una lectura certera de la actualidad, las barreras y los desafíos a los que se enfrentan los investigadores que se incorporan al tejido de I+D+i español tras realizar parte de su carrera científico-investigadora fuera de ella. Se espera que pueda actualizarse periódicamente y sirva de herramienta para seguir el estado de la incorporación de investigadores a España.

El 65% de los investigadores que respondieron a la encuesta y estaban desempleados eran mujeres. Según el IRICIE, los científicos que llegaron en situación de desempleo pero obtuvieron un contrato en ciencia posteriormente tardaron una media de 12 meses en encontrar trabajo.

Por otro lado, de aquellos que retornaron en situación de desempleo, el 15% llevó a cabo otra actividad profesional remunerada antes de obtener un contrato en ciencia y un 11% lo hizo de manera no remunerada. En este sentido, el 3,5% de los encuestados respondieran que habían cambiado su carrera profesional.

Alrededor del 72% de los investigadores no habían cotizado en la seguridad social española durante sus años de trabajo en el extranjero. La media de años cotizados en el exterior para aquellos que sí lo habían hecho era de 2,2. Además, el 10% de los investigadores incorporados a España desconocían si habían cotizado o no durante esos años.

En cuanto al tipo de contrato que tenían en el momento de contestar la encuesta, en el 92,8% de los casos se trataba de un contrato a jornada completa y de ellos tan solo el 9,6% indican que han conseguido estabilidad laboral.

El 67,3% de los investigadores manifiesta su intención de continuar su carrera profesional en ciencia, investigación o docencia en la educación superior, lo que supone que uno de cada tres no lo ve nada claro. Por otro lado, el 6,7% de los encuestados tienen pensado volverse a ir al extranjero cuando finalice su actual contrato.

El 95% de los científicos e investigadores incorporados a España encuestados poseía un doctorado en el momento de realizar la encuesta, mientras que el 2% tenía un máster. El 51% son hombres y el 49% mujeres. En cuanto a la edad, la mayor parte de los investigadores incorporados (55%) tenían entre 35 y 45 años, siendo el 96% mayor de 30 años y el 69% mayor de 35 años.

El estudio pone también de manifiesto que estos científicos estuvieron trabajando en 25 países diferentes y que los países desde los que regresaron más encuestados fueron Estados Unidos (27,5%) y el Reino Unido (25,7%), seguidos por Francia (12,6%) y Alemania (10,4%). La media de años de estancia en el extranjero fue de 5,1.

Madrid, principal destino

La comunidad autónoma que incorporó un mayor número de investigadores encuestados fue Madrid (30%), seguida de Cataluña (18,9%), Andalucía (13,7%), País Vasco (8,4%) y la Comunidad Valenciana (7,5%).

En el 52% de los casos, los investigadores han retornado a la ciudad donde realizaron la tesis doctoral, y en el 33,2%, a la misma institución donde la desarrollaron. Se constata una fuerte tendencia endogámica a volver al lugar de origen de los científicos e investigadores.

Las principales instituciones receptoras de los investigadores encuestados que llegan a España desde el extranjero son las universidades (34,9%) y los Organismos úblicos de Investigación (OPI) (23%), dentro de los cuales la agencia estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) constituye un alto porcentaje (16,8%).

El 49% de los encuestados que contestaron sobre el tipo de contrato obtenido tras el retorno consiguieron alguno de los promovidos dentro de los programas estatales o autonómicos de atracción o promoción del talento investigador. En concreto, el 21,8% son contratos dentro del Programa Ramón y Cajal.

Un 7,3% total de los encuestados fueron contratados mediante programas europeos.

Plazos de solicitud cortos, contratos breves y carga burocrática, entre las principales barreras para volver

En el IRICIE se denuncia que “muchas son las trabas comunes que encuentran los investigadores para incorporarse a instituciones investigadoras en España y realizar su labor profesional de manera satisfactoria”, señalándose las siguientes como las principales.

Los contratos de incorporación suelen ser breves y no indefinidos. En muchos casos las posiciones ofertadas para el retorno/incorporación al sistema español implican un empeoramiento de las condiciones laborales, tanto en la categoría profesional como en la salarial.

Las plazas privadas y públicas vacantes no suelen llegar a conocimiento de los investigadores en el extranjero por la inexistencia de un medio de comunicación adecuado y eficaz.

Las convocatorias de plazas dan unos plazos de solicitud muy breves, lo que hace en muchos casos imposible la tramitación desde el extranjero.

El actual sistema de homologación y traducción jurada de títulos dificulta enormemente la solicitud de plazas por parte investigadores en el extranjero.

La carga burocrática cotidiana que el investigador tiene que resolver en España es mucho mayor que la que existe en otros países.

Los sistemas curriculares digitales como el Currículum Vitae Normalizado (CVN) de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT), la acreditación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) y otros están desvinculados, lo que hace que los candidatos tengan que duplicar, triplicar, etc., el tiempo invertido en volver a rellenar todos los formularios de méritos requeridos en estos sistemas y otras convocatorias.

Las continuas demoras tanto en las convocatorias como en las resoluciones de ayudas a la investigación imposibilitan la programación de la carrera científica de los Científicos e Investigador Retornado e Incorporados a España (CIRIE).

El éxito de un CIRIE depende en la gran mayoría de los casos del apoyo y el mentorazgo de un investigador sénior en la institución receptora.

Algunos contratos a CIRIE tienen definiciones vagas de las obligaciones del investigador.

Los investigadores que cuentan con un receso de más de 12 meses en su carrera investigadora observan una gran dificultad para volver a investigar en laboratorios públicos y/u obtener financiación competitiva.

Tras señalar esas dificultades comunes, el informe recoge los problemas específicos para el retorno e incorporación de dientíficos e investigadores a diversos tipos de instituciones.

Respecto a la incorporación a los hospitales, se dice que la dificultad más preocupante es “la falta de reconocimiento por parte del colectivo médico”, sobre todo en los hospitales eminentemente asistenciales, “donde se da por implícito que la investigación se debe realizar fuera del horario laboral”.

En cuanto a la incorporación a la empresa privada, uno de los mayores problemas es “la falta de cultura científica de los gestores, con la consecuente dificultad para introducir nuevas líneas de negocio en empresas”.

En la universidad privada, “los contratos suelen ser de profesor asociado a tiempo parcial, con la consecuente pérdida de competitividad a la hora de reclutar investigadores desde el extranjero”, y “las convocatorias son insuficientemente publicitadas y de difícil acceso para los investigadores que no están dentro de la institución”.

Respecto a la incorporación a la universidad pública, “durante el último cuarto del XX, la creación de nuevos departamentos y universidades permitieron la oferta de numerosos contratos para personal docente e investigador; sin embargo, esta tendencia ha desaparecido desde 2010”, a lo que hay que añadir “la insuficiente diferenciación de los perfiles docente e investigador del profesorado en el momento de la selección de nuevo personal contratado”.

En los Organismos Públicos de Investigación (OPI) nacional, “dados los recortes presupuestarios en I+D+i, existen muy pocas plazas ofertadas”.

En cuanto a la incorporación a un OPI regional, los problemas princpiales son la “duplicidad de procesos burocráticos, que eternizan cualquier solicitud” y el “no reconocimiento de los permisos para estancias en el extranjero”.

Por otro lado, “la actual deriva en la gestión de la I+D hacia criterios mercantilistas y de rendimiento económico que se aplican a todos los ámbitos de la investigación está produciendo una reducción creciente en la financiación de la investigación en Humanidades, lo que plantea dudas sobre su sostenibilidad en el tiempo”.

Este apartado de dificultades termina con unas consideraciones sobre la Ikerbasque (Fundación Vasca para la Ciencia) y la ICREA (Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados). De la primera se dice que “las condiciones económicas no llegan a cubrir las necesidades de aquellos investigadores que se trasladan con su familia”. De la segunda, que “tanto en el proceso de selección como el de evaluación no se hace público qué personas han participado en los paneles de selección y evaluación para cada caso individual, aunque sí se sabe que los panelistas son de fuera de Cataluña”.

Recomendaciones: contratos indefinidos, ofertas más transparentes y trámites más simples

El Informe sobre el Retorno e Incorporación de Científicos e Investigadores a España (IRICIE) de la Asociación de Científicos Retornados a España (CRE) termina con una serie de recomendaciones:

–Trabajar hacia la homogenización de la estructura de las escalas profesionales de investigadores entre diferentes instituciones. Promocionar y reconocer el valor del doctorado en la sociedad.

–Adecuar la formación doctoral y postdoctoral enfocándolas a la dotación de competencias transversales útiles para la integración de los doctores en trayectorias profesionales no académicas y el conocimiento mutuo con el sector privado.

–Fomentar la proyección profesional y la estabilidad de los distintos programas de incorporación de investigadores mediante contratos indefinidos ligados a evaluación. Generar una cultura de apertura en la publicitación de las ofertas laborales.

–Simplificar los trámites burocráticos para solicitar puestos de trabajo para investigadores, así como los procedimientos para la conexión con nuevas vías de financiación en las instituciones públicas.

–Fomentar la adaptación de la ley de mecenazgo de manera que facilite la relación entre mecenas e instituciones de investigación y científicos.

–Concienciar sobre la necesidad de incorporar hábitos de contratación que favorezcan la excelencia investigadora. Minimizar los hábitos endogámicos en los procesos de selección de personal docente e investigador y sustituir el modelo de contrato funcionarial por otro de contratación indefinida sometida a evaluación.

–Realizar una evaluación explícita y anónima de los centros como el Ramón y Cajal por parte de sus beneficiarios. Potenciar la actividad investigadora de calidad en centros universitarios privados.

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