La ‘número dos’ del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana como secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, y el presidente de Renfe, Isaías Táboas, dimitieron de sus cargos tras la polémica derivada por unos trenes que no entraban por los túneles de Cantabria y Asturias por un error de cálculo en el diseño de los convoyes.
Renfe sabía desde hace dos años que los nueves trenes de Cercanías que se proyectaban para Cantabria y Asturias, principalmente, no cabían por los túneles que hay en ambos territorios sin que este hecho trascendiese a la opinión pública hasta hace unas semanas. Un error que provocará que los trenes se retrasen dos o tres años más. Mientras el Gobierno anunció la gratuidad de los Cercanías en Asturias y Cantabria hasta la llegada de los trenes.
Además, los nuevos trenes de la línea que une Dénia con Alicante no pueden circular por los puentes metálicos entre Teulada y Benidorm por exceso de peso, lo que obliga a hacer dos transbordos hasta que esté finalizado un puente en construcción. En total, tardan tres horas en recorrer 100 kilómetros, algo que en coche se hace en poco más de 50 minutos.
