Las actividades por el Día de Galicia en Montevideo culminaron el pasado día 30 de julio con la ofrenda floral al monumento a Rosalía de Castro en la plaza de Galicia y la tradicional misa en lengua gallega celebrada en la Catedral de la capital uruguaya.
Unos 200 gallegos, emigrantes y descendientes, llenaron de música y bailes de su tierra de origen la plaza de Galicia de Montevideo, ubicada junto al río la Plata. En la ofrenda floral ante el monumento a Rosalía de Castro que está allí situado participó la banda de parada de la Armada uruguaya.

Intervinieron en el acto el presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas, Martín Rodriguez, la cónsul general, María Scola, y la delegada de la Xunta, Elvira Domínguez. También estuvieron presentes la consejera de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Isabel de Zulueta, presidentes de los clubes gallegos y de la Federación de Instituciones Españolas.
Desde la plaza algunos peregrinos de la Asociación Uruguaya de Amigos del Camino de Santiago, fueron caminando hasta la Catedral de Montevideo donde, organizada por el Patronato da Cultura Galega, se celebró la misa en lengua gallega que cerró los festejos con una foliada frente al templo.
Antes de estos actos, el día 28 de julio en el club Valle Miñor se celebró el Día de Galicia con la participación de su gran banda de gaitas Irmandade, que luego acompañó a los cuerpos del baile de los presididos por Juan Valverde, a los que se suman desde hace años los que la otra institución miñorana, la Unión Hijos de Morgadanes, otro de los clubes que padeció las trágicas consecuencias de la pandemia y tuvo que renovar casi a pleno su comisión directiva que ahora preside Serafín Alonso y que ha comenzado a reunir a su masa social.

Una fiesta similar se vivió el día 29 de julio en el Centro Ourensán, que ahora está ocupado por la sucesora de la mutua, A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural, que con la presidencia de Ismael Martínez y el ansia de sus compañeros de directiva lograron convencer a muchos socios a mantener vivo el espíritu de aquellos gallegos que fundaron en octubre de 1917 la mutua sanitaria más grande de la diáspora gallega, que dentro de sus estatutos mantuvo hasta su cierre la obligación de continuar con la cultura y las tradiciones gallegas.
Allí fue el ballet folklórico Obradoiro de Casa de Galicia que junto a la banda de gaitas y percusión de la institución llenaron de sonido y aire gallego el salón principal del Centro Ourensán que estaba con entradas agotadas. También acompañaron las pandereteiras de los grupos Xuntos y Fusionados.
Unos días, antes, el jueves 27 de julio, fue una fiesta distinta en otra de las pequeñas instituciones que padecieron fuertemente en lo económico la pandemia: Hijos de Galicia, que también tuvieron renovación casi total de su junta directiva que ahora preside Alejandra Chain continuando con el camino trazado por su padre Aniceto, alma mater de este club.

La fiesta se denominó ‘Galicia en Loop’ y en ella actuaron los coros del centro Alma Gallega, del Patronato da Cultura Galega y los locales de O Son da Ruxidoira, además de pandereteiras, pudiendo comprobar los asistentes, entre los que estaba la delegada de la Xunta de Galicia en Montevideo, Elvira Domínguez, la integración de distintas instituciones y, lo que es más importante, cómo diferentes generaciones participan en actividades en conjunto con la base de las raíces de la ‘terra nai’.
Estas muestras no son más que un resumen de lo que también hacen el Patronato da Cultura Galega con conferencias literarias e históricas sobre Galicia, o el Centro Gallego que también las hace, o los coros de Alma Gallega, Valle Minhor, Patronato da Cultura Galega, de Hijos de Galicia, de A Casa de Galicia, así como los otros aportes que hacen Bergantiños, el Centro Ourensán y la Unión Hijos de Morgadanes, con sus pandereteiras y cuerpo de baile.
Festival a finales de año
Poco a poco la colectividad gallega, muy golpeada por el fallecimiento de muchos directivos, emigrantes de muchos años, y por el duro golpe de haber perdido la mutua sanitaria construida por cinco generaciones de gallegos, la Casa de Galicia, va resurgiendo desde las cenizas como el ave fénix, y seguramente la Federación de Asociaciones Gallegas del Uruguay presidida por Martín Rodríguez Caridad, tendrá la oportunidad de mostrar el avance de la tan ansiada unidad de la colectividad en el festival callejero que preparan para los últimos meses de este año.