Frente al crucero donado por los hermanos Fernández situado en el Cementerio Central de Montevideo, el Patronato da Cultura Galega y la Federación de Asociaciones Gallegas del Uruguay (FAG) dieron inicio a los actos de un nuevo Mes de Galicia.
En 1835, los hermanos Luis y José Fernández Bermello, emigrantes ourensanos, plantaron un cruceiro gallego que dominaría el segundo módulo del Cementerio Central de Montevideo, justamente donde comenzaban a ser enterrados la clase media de la recién nacida república.
Ya en 1800 habían traído a su tierra de acogida otro cruceiro que instalaron a la vera del camino que unía a la capital uruguaya con el este del país, justamente en el medio donde años después se construirían la Facultad de Derecho y la Biblioteca Nacional. Este cruceiro fue trasladado al frente de la iglesia del Cordón, donde hoy se puede ver.
En su momento, una década después de ser instalado en su primaria ubicación, ha servido para ser un homenaje a las víctimas hispanas y criollas de las invasiones inglesas.
El pasado 3 de julio, junto al cruceiro donde se guardan los restos de los ourensanos Fernández Bermello, se recordó a todos los emigrantes que murieron en esta tierra de acogida en un acto organizado por el Patronato da Cultura Galega que contó con la adhesión de la Federación de Asociaciones Gallegas del Uruguay.
Como siempre, la gaita de Juan Sánchez llama a los presentes al recogimiento de los sufrimientos que han padecido los emigrantes de Galicia por estas tierras a miles de kilómetros de la suya, pero que a gran cantidad de ellos les dio un futuro para ellos y su familia.
En esta oportunidad, la oratoria corrió a cargo de Carmen Lorenzo, representando al Patronato, la presidenta de la FAG, María ‘Charo’ Gil, y la cónsul general española María Victoria Scola.
Después se colocó una ofrenda floral al pie de este símbolo gallego que representa a todos los emigrantes que han dejado su vida en estas tierras de acogida, muchos de ellos sin poder regresar nunca a su Galicia natal.
Premio Castelao
Durante el Mes de Galicia tiene lugar una jornada de unión de todas las instituciones y socios de la colectividad gallega que en esta ocasión se celebrará el domingo 24 de julio con la ceremonia en la plaza de Galicia, la misa celebrada en idioma gallego en la Catedral de Montevideo y el ‘xantar de irmandade’ que organiza la Federación de Asociaciones Gallegas en el Centro Pontevedrés, donde se entregará el reconocimiento Castelao 2022.
Tras la votación de todos los clubes federados, tras ser analizado sus votos secretos por la comisión que integra la presidenta de la Federación, María Gil, un representante de los delegados, Héctor Henry, y el último premiado, Eduardo Alonso, se decidió entregarle la distinción a Manuel Losa Rocha, un emigrante santiagués.
Losa ha integrado varias directivas de la colectividad gallega, desde el Centro Gallego hasta el Hogar Español de ancianos, pasando también por la Asociación de Empresarios de este colectivo, donde ingresó desde sus inicios como propietario de su librería especializada del barrio del Cordón de Montevideo.
Llegado sus años de retiro, comenzó a cumplir su sueño de escribir la historia de la colectividad gallega que tanto conocía, tanto por ser protagonista, como también por los cuentos de sus paisanos que llegaron hace un par de siglos a tierras del Río de la Plata sembrando desde la solidaridad de los clubes hasta la mutualidad imprescindible para atender las necesidades sanitarias de los emigrantes.
La presidenta de la FAG, María ‘Charo’ Gil, junto al secretario de la misma, Martín Rodríguez Caridad, han emitido un comunicado donde confirmaron que “fue aprobado por unanimidad distinguir a Manuel Losa Rocha con el Reconocimiento Castelao 2021-2022, atendiendo a su relevante y reconocida trayectoria en varias áreas, en especial la literaria, vocación dedicada en buena parte de su obra a dar a conocer a Galicia y su emigración a Uruguay en sus más variados aspectos, personas e instituciones, así como vivencias personales tanto en la tierra natal como en la de acogida”.
También destacaron para esta distinción “la actividad cumplida en varias instituciones, formando parte de sus cuadros directrices, dejando una impronta viva, ejemplo a seguir por las futuras generaciones”, aseguró la mesa de la Federación.
