El Gobierno cesó a la directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, el pasado 10 de mayo. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ofreció unas confusas explicaciones que contrastaron con la postura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que aseguró en el Congreso de los Diputados que había sido por un “fallo en la seguridad”. La destitución se interpretó como una cesión a los independentistas catalanes tras conocerse que casi una veintena de ellos habían sido espiados.
Además, el Gobierno reconoció que el móvil del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también había sido infectado con el sistema Pegasus y espiado, como los teléfonos de Sánchez y Robles, y otro intento en el terminal del titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en este caso fallido. Tanto la Generalitat de Cataluña como los partidos soberanistas consideraron insuficiente el cese y reclamaron que se depuren más responsabilidades, mientras que la oposición vio la destitución como un síntoma de debilidad de Sánchez y criticaron que se pliegue a los independentistas.
