Más de mil personas se dan cita en la romería del Centro Gallego de Montevideo

La gran fiesta gallega en la capital uruguaya vuelve tras al parón de la pandemia

Centro Gallego de Montevideo
Actuación de uno de los grupos folclóricos del Centro Gallego de Montevideo.

Más de un millar de romeros se hicieron presentes en el complejo polideportivo del Centro Gallego de Montevideo en el barrio de Carrasco para degustar la gastronomía gallega y uruguaya, así como también descubrir, escuchar y bailar con el tradicional arte de Galicia que fue presentado por cuerpos estables de la institución y de otras, conformando así una unión que venció al asfixiante calor de más de 40 grados que soportó la capital uruguaya el pasado 12 de marzo.

La cita era a las once de la mañana en el Centro Gallego de Montevideo, en su complejo polideportivo en las afueras de la capital uruguaya, en el barrio más residencial de la capital uruguaya, Carrasco.

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El grupo de gaitas que recorría las instalaciones del Centro Gallego haciendo las delicias de los romeros.

Allí comenzaron a llegar los más veteranos de la colectividad gallega, acompañados por sus hijos y nietos, pero también lo hicieron uruguayos invitados a degustar la gastronomía gallega y conocer su cultura a través de los bailes y su música que prometía presentarse con la actuación en vivo de los cuerpos artísticos de la institución: Raigames, Enxebre y Alborada, así como también de invitados como lo son el ballet Alhambra, el grupo Treboada y la banda de gaitas Irmandade del Valle Miñor.

Había dos escenarios para disfrutar de estos espectáculos, uno a rayo del sol frente a las mesas distribuidas bajo los árboles del extenso predio de 28.000 metros cuadrados donde los romeros disfrutaban de la comida y bebidas, y otro en el salón de fiestas principal donde los que escapaban de la sensación térmica de unos cuarenta grados estaban instalados en cómodas mesas redondas que permitían alojar a una docena de conocidos y desconocidos, que culminarían la jornada siendo todos amigos.

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No faltó el pulpo a feira.

Desde las más pequeñas bailarinas, incluyendo al músico que apenas supera el medio metro de altura y que con su flauta emocionó a todos los presentes junto a los gaiteros del Centro Gallego, todo fue una sorpresa detrás de otra en el arte, que sumado a las gastronomía criolla (asado con cuero, chorizos y carnes a la parrilla de leña), y la española con dos paellas gigantes, sardinas asadas, pulpo ‘a feira’, y las más variadas minutas, colmó las expectativas de los más de mil asistentes que pagaron una entrada simbólica de un euro para ingresar a la romería.

Esperanza renovada

Elegimos a tres protagonistas para reflexionar acerca de esta jornada, la primera romería que se realiza luego de tres años de pandemia, y que será seguida en los próximos meses por la postergada romería del Hogar Español.

Una de ellas la presidenta de la Federación de Asociaciones Gallegas del Uruguay, María Charo Gil, a quien encontramos junto al puesto de la Xunta de Galicia que, mostrando vestimentas típicas, promocionaba el turismo y los distintos planes de retorno y asistenciales que tiene el Gobierno gallego para la diáspora.

Charo está culminando su mandato en la FAG, pero aún sigue siendo la vicepresidenta del Centro Gallego y nos aseguró que “es una alegría encontrarnos con tanta gente luego de estos años de pandemia. Es un gran desafío del Centro Gallego después de todo lo que ha pasado y es un éxito en convocatoria de gente, en diversidad gastronómica y cultural”.

Subrayó que “me siento feliz de que esta pandemia no nos haya afectado, sino que continuemos con más fuerza y con más espíritu gregario hacia la galleguidad”.

También nos anunció que esta unión que se observaba entre todos los presidentes y directivos que han concurrido a la romería, se ha visto también “en mi gestión al frente de la Federación”. “En la última reunión hubo un acuerdo de todos los presidentes y tenemos planificado para octubre de este año realizar algo que seguramente se hará aquí que es donde hay espacio físico”, recalcando que “estuvieron en un acuerdo total de ir empezando a hacer la unión a través de actividades en conjunto”.

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Ramón Lorenzo, de pie, con el expresidente del Centro Gallego, Julio Ríos.

Al presidente del Centro Gallego, Ramón Lorenzo, le habíamos entrevistado en su primer mandato allá por los primeros años de este siglo, donde se había propuesto unir a toda la colectividad gallega del Uruguay. Hoy en plena romería, cuando estaba trabajando junto a todos sus compañeros de directiva en los puestos de comida, le consultamos acerca de aquella idea: “Yo pienso particularmente igual. El Centro Gallego debería aglutinar a toda la colectividad porque no identifica a ninguna provincia o comarca en particular sino a toda Galicia. Esta institución se forjó con la ayuda de gallegos de Coruña, de Ourense, de Lugo y de Pontevedra, por lo tanto, estamos todos representados en la historia de este Centro Gallego más antiguo del mundo, lo que le da un valor cultural muy importante. Y además, tenemos este predio de 28.000 metros cuadrados que daría perfectamente para aglutinarnos a todos y no estar diseminados e inclusive poniendo fechas que se superponen”.

Lorenzo aseguró que “para eso hay que tener un espíritu muy amplio”, aunque destacó que “no es fácil porque yo entiendo que cada uno quiere mantener su lugar, pero creo que de esa forma será imposible coordinar todos juntos”.

Confesó que piensa que “con buena voluntad, con ideas que sean hacia adelante y no mirando atrás, podría ser un punto de partida que aquí, por lo menos como un inicio, conformáramos (en el complejo polideportivo del Centro Gallego) el lugar para festejar todas las fiestas de la colectividad. Creo que por ahí nadie tiene que prescindir de su sede, pero de a poco encontrar un lugar en común, que es lo que nos conviene porque juntos podemos encontrar algo, diseminados es muy difícil”.

Acerca de aquella idea de principio de este siglo recalcó que “es la misma, la voluntad también ahora depende de todos y no de uno solo”. Precisó que “la colectividad es del futuro, no es de nosotros. Hoy no hay emigración por suerte para Galicia, y creo que nosotros lo que tenemos que pensar es en la gente joven que pueda continuar con esta obra”.

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La delegada de la Xunta de Galicia en Uruguay, Elvira Domínguez, con veteranos directivos de la colectividad.

Por otra parte, sobre la fiesta en particular aseguró que “hacía tres años que no se hacía esta fiesta, eso nos daba una ventaja, porque había interés de la colectividad en juntarse y disfrutarla. Pero, además, buscamos actividades para todas las edades, pusimos juegos para niños (en la cancha techada de fútbol) para que las familias puedan dejar sus niños ahí y salgan a disfrutar el parque”.

Precisó que “apostamos fundamentalmente a que todo el mundo pueda participar de algo que para nosotros es una tradición y queremos que se mantenga ampliándose cada año”.

La delegada de la Xunta

También estuvo presente disfrutando de la fiesta la delegada de la Xunta de Galicia en Uruguay, Elvira Domínguez, que confesó que siente “un orgullo, una emoción enorme y preciosa” y aseguró que “me siento como si estuviera en Galicia”, felicitando a la organización del Centro Gallego “porque considero que es un éxito, con más de mil personas después de la pandemia que no sabíamos cómo respondería la gente”.

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Otra de las actuaciones.

Recordamos junto a la delegada las vivencias que teníamos los hijos de gallegos que de pequeños ya disfrutábamos de aquellas romerías que sucedieron a las multitudinarias que se vivían todos los fines de semana en el Campo Español que pertenecía a la Asociación Española de Socorros Mutuos. “Vaya si nos trae morriña, se me pone la piel de gallina a pesar de los 40 grados de temperatura”, interrumpió emocionada Domínguez quien indicó que “es un placer ver la gente circulando, saludándonos unos con otros, están de todas las instituciones que conforman la colectividad gallega”, augurando “por muchas más romerías que unan a los uruguayos con los gallegos”.

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