El Centro Asturiano Casa de Asturias de Uruguay conmemoró el Día Internacional de la Mujer

Organizó un ciclo sobre ‘Mujeres pioneras en el Uruguay’

Centro Asturiano Casa de Asturias del Uruguay
Integrantes del grupo SonFlamenco que actuó en el acto.

‘Mujeres pioneras en el Uruguay’ es el nombre del ciclo que se inició el pasado 8 de marzo en el Centro Asturiano Casa de Asturias de Montevideo coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer.

La Comisión de Cultura del Centro Asturiano Casa de Asturias del Uruguay siguió en forma entusiasmada la idea de una de sus integrantes, Ana Laura Díaz, que impulsó esta iniciativa para rescatar a esas mujeres que han aportado su huella en la historia uruguaya.

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Ana Laura Díaz.

Fue escogido el 8 de marzo como fecha de inicio de este ciclo que tuvo como disertante a Maritere Villarmarzo, Ligia García y Ana Laura Díaz, quienes narraron un resumen de la vida de la artista sordomuda Petrona Viera, la científica Ida Holz y la poetisa Juana Fernández de Ibarbourou.

Petrona, uno de los once hijos del presidente uruguayo Feliciano Viera, fue una de las primeras mujeres de las artes plásticas de Uruguay, y a pesar de haber sufrido a los dos años una meningitis que la dejó sorda, aprendió desde pequeña con una maestra especializada a leer los labios y a comunicarse por lengua de signos.

Fue una de las reconocidas artistas del movimiento planista y con 31 años realizó su primera exposición individual pintando, a diferencia de sus compañeros del planismo, escenas cotidianas de su casa, de niños jugando y estudiando, de los sirvientes, del trabajo de sus hermanas con el tejido, para luego incursionar en los paisajes en los que los planistas se destacaron mucho.

La otra mujer destacada en la ocasión fue la científica Ida Holz, una ingeniera, informática, profesora e investigadora uruguaya pionera en el campo de la computación y de internet.

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Un momento de la misa.

Ida volvió a Montevideo con 21 años, luego de servir en el ejército israelí en una comuna agrícola del recién creado Estado, y terminó estudiando matemáticas porque, como trabajaba, no podía concurrir a la Facultad de Arquitectura, descubriendo allí un profesor su capacidad para la computación, desarrollándose en el área.

Uno de los llamados padres de internet, Vint Cerf, quien es miembro del consejo asesor internacional del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer de Avilés, Asturias, consultado en el 2015 afirmó que “si existe una madre de internet, ella se llama Ida Holz”.

La tercera mujer destacada por la Comisión de Cultura fue la poetisa Juana Fernández de Ibarbourou, hija de un emigrante lucense de Lorenzana, Juan Fernández, que transmitiendo su “lengua de berce” le leía desde pequeña los poemas de Rosalía de Castro, iniciando en ella una llama que la acompañaría en toda su vida.

Juana recibiría a sus 37 años el título ‘Juana de América’ en el salón de los pasos perdidos del Palacio Legislativo de Montevideo.

Está considerada una de las voces más destacadas de la lírica hispanoamericana de principios del siglo pasado, con poemas que tienden a la exaltación sentimental de la entrega amorosa, de la maternidad, de la belleza física y de la naturaleza.

Fue elegida en 1947 para sentarse en un sillón de la Academia Nacional de Letras y en su discurso de ingreso confesó que “nunca conocí fiesta mayor que cuando mi padre recitaba, bajo el rico dosel del emparrado, versos de Rosalía. De ahí mi vocación”.

Las huellas de estas tres mujeres escogidas, ha dejado una ruta a seguir por muchas que, bajo otras realidades y circunstancias, le siguen hasta estos días.

Para cerrar el acto, una misa del padre Fernando en el altar de la Virgen de Covadonga, y la actuación del grupo de danza SonFlamencas, dieron lugar a la comunión entre los emigrantes y descendientes asturianos en su sede del Prado de Montevideo.

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