Una vez más, las restricciones que impone el sistema de voto rogado para que los ciudadanos españoles que residen en el exterior puedan ejercer su derecho a elegir a las autoridades que los gobiernen en igualdad de condiciones con quienes residen en España se tradujo en un paupérrimo nivel de participación, tal como lo demuestran las cifras de los electores madrileños residentes en la demarcación consular de Buenos Aires.
Finalizado el período ordinario el domingo 2 de mayo, tan sólo 102 madrileños concurrieron a depositar su voto en la única urna dispuesta a tal fin en la sede consular de la calle Guido en la capital argentina, votos que deben sumarse a los 87 recibidos por correo. En definitiva, de los escasos 390 electores que rogaron el voto sobre un total de 10.744 madrileños inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA), finalmente pudieron votar 189 personas.
A lo largo de las tres jornadas (tanto el viernes 30 de abril como el sábado 1 de mayo los horarios habilitados para poder votar en urna fueron de 10 a 14 horas y de 15 a 19, mientras que el domingo 2 de mayo el horario fue de 10 a 15) el proceso de vivió con total normalidad y tranquilidad, sin producirse colas y con largos períodos en los que ni un sólo madrileño se presentó para ejercer su derecho a voto.
A las ya denigrantes trabas que supone el sistema de voto rogado, que desde que se implementó en 2011 provocó el desplome absoluto del porcentaje de participación de la ciudadanía española en el exterior en todos los procesos electorales, en esta ocasión también debe sumarse a las dificultades habituales el contexto provocado por la pandemia del Covid-19.
Las elecciones a la Asamblea de Madrid coincidieron con el momento de mayor número diario de contagios y muertes por coronavirus en Argentina, lo que provocó que el Gobierno argentino vuelva a implementar restricciones a la circulación de personas y que solamente puedan usar los sistemas de transportes públicos aquellos trabajadores que realizan tareas consideradas esenciales, luego de gestionar un permiso especial.
A menos de que viviera a pocas cuadras de la sede consular, cualquier madrileño que quisiera votar en urna tendría que recurrir a un automóvil propio o de un familiar, en el caso de que lo tuviera. A esta dificultad cabe también agregar la cuestión lógica de que la mayoría de los electores que prefieren votar en urna son personas que ya superaron los 60 años, y por lo tanto considerados como población de riesgo en caso de contagiarse.
En definitiva, todo conspiró para que un exiguo porcentaje de madrileños se allegaran hasta la sede del Consulado General de España en Buenos Aires para ejercer su derecho a voto de manera presencial. A lo largo de la hora en la que el corresponsal de España Exterior en Buenos Aires permaneció en la sede consular el sábado 1 de mayo, tan sólo tres madrileños fueron a dejar su voto en urna, dos de ellos mayores de 60 años y un joven de unos 30 años.
Miguel Ángel Gañán es un madrileño de 66 años que emigró a Buenos Aires en 1998 para abrir una oficina de su empresa pero que decidió quedarse en Argentina luego de conocer a su esposa, junto a quien tuvo una hija que hoy tiene 21 años. Siempre muy al tanto de lo que sucede en la actualidad tanto de Madrid como de España en general, comenta que, siempre que puede, prefiere votar de manera presencial a hacerlo por correo. “Ya es una tradición para mí”, comentó con orgullo.
Su testimonio es un fiel reflejo del sentir de la gran mayoría de la colectividad española residente en el exterior. Al ser consultado sobre qué opinión le merece el sistema de voto rogado, expresó: “Es una auténtica barbaridad lo que hicieron, porque yo tengo el mismo derecho a voto si vivo aquí o si vivo en España y no tengo por qué estar rogando que quiero votar”.
Además, no se mostró muy optimista respecto a una pronta modificación del sistema electoral actual: “No entiendo por qué no lo han cambiado, porque todos los partidos están diciendo que hay eliminar el voto rogado, pero al final parece que nadie se atreve a hacerlo”, concluyó con indignación.
No soy madrileño pero en Argentina todo se hace más difícil, el voto rogado y la pandemia que está en un punto alto
El sobre para solicitar el inmoral «Voto Rogado» llego tarde y no pude votar. Me imagino que algo parecido debe haber pasado en otros paises, para que exista tan baja cantidad de votantes. Nunca supe a quien se le ocurrio la abominacion del Voto Rogado, pero si se que desde su creacion todos los politicos se indignan con el procedimiento pero todo sigue igual. Sean honestos y de una vez por todas dejen votar a la gente como en los paises civilizados, sin necesidad de Rogar por el Voto.!!!