El Ateneo Español de México celebra el Día de la Mujer con representantes del exilio español

Cuatro mujeres que llegaron al país huyendo del franquismo contaron su experiencia

Ateneo Español de México
Josefina Tomé, María del Carmen Sahagún, Geogette Caamaño, Carmen Tagüeña y Angelina Muñiz-Huberman.

Bajo el título ‘Agua de Memoria. Huellas del exilio femenino’, se llevó a cabo un interesante conversatorio el pasado 7 de marzo en las instalaciones del Ateneo Español de México. A propósito del Día Internacional de la Mujer, la institución española organizó una charla en la que participaron cuatro mujeres que compartieron su experiencia de vida en el exilio. Josefina Tomé, vicepresidente del Ateneo, ejerció como moderadora.

Las cuatro llegaron a México siendo muy jóvenes procedentes de diversos puntos, como Francia o Rusia, a donde sus familias habían tenido que ir a consecuencia de la Guerra Civil Española. A través de una interesante charla, compartieron con los presentes sus recuerdos de aquella época.

“Recuerdo mucho la importancia que tenían los cafés en aquella época, donde los exiliados, como mis padres, se reunían para discutir de todo”, señaló Angelina Muñiz-Huberman, reconocida escritora nacida en Francia, que llegó a México en 1942. Estudió en la Universidad de Nueva York (CUNY) y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde dio clases de literatura muchos años. Ha recibido numerosos reconocimientos como el Premio Xavier Villaurrutia (1985), el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (1993) y el Premio Nacional de Lingüística y Literatura (2018), entre muchos otros. Forma parte de la Academia Mexicana de la Lengua desde 2021.

Por su parte, María del Carmen Sahagún viajó desde Santander en 1947, lugar en donde su padre estuvo preso ocho años. Cuando al fin pudo salir, vino a México en donde ya residía un hermano suyo. Al año siguiente se trajo a su familia. María del Camen tenía siete años, “y por primera vez vi una televisión y una tina de baño”, recuerda sonriendo.

Georgette Caamaño llegó de Francia en 1958, con su padre y sus hermanos, cuando tenía nueve años. Hablaba poco español, pero “me sabía bien todas las canciones y poemas de García Lorca”. Gracias a unos amigos de su padre, abogado del gobierno republicano, pudieron venir a México. Su madre ya había muerto. “A mí no me hacía mucha gracia venir aquí, pero tuve la fortuna de tener una acogida muy cálida y la suerte de tener el Ateneo cerca, en donde podía tomar libros y aprender la cultura hispana”.

Ateneo Español de México
Un momento del acto.

La cuarta ponente, Carmen Tagüeña Parga, nació en Moscú y pasó por una larga travesía por Yugoslavia y Checoslovaquia antes de llegar a México. Al final, eligieron el país centroamericano porque tenían familia aquí. Estudió Física en la UNAM, aunque se dedicó principalmente a la Historia, su verdadera pasión. Sus padres eran conocidos, Carmen Parga, profesora y activa exiliada republicana, y Manuel Tagüeña, coronel del Ejército republicano durante la Guerra Civil. En 1939 abandonaron España a través de los Pirineos y poco después llegaron a Leningrado. Se instalaron en Moscú, ciudad en la que nacieron Carmen y su hermana. En 1945, se trasladaron a Yugoslavia, país al que el padre había sido destinado como técnico militar y tres años después, en 1948, se mudaron a Checoslovaquia. Finalmente, se trasladaron a México, a cuya capital llegaron en 1955.

Todas ellas estudiaron en escuelas españolas, el Colegio Madrid, el Instituto Luis Vives y el Instituto Hispano Mexicano, fundados por los exiliados en México. Y años más tarde, regresaron todo lo recibido, dando clases o dirigiendo los planteles de dichos colegios durante muchos años.

“Cuando entré al Colegio Madrid, casi sin saber hablar español, fui muy cobijada por los profesores, las personas eran muy cálidas, desde entonces me enamoré de México”, señaló Georgette. Y todas coincidieron en la importancia de aquellos profesores y las enseñanzas que recibieron en aquellas aulas, determinantes para su integración en la nueva vida en este país.

Así, los presentes escucharon historias y anécdotas de aquellas mujeres fuertes, representantes del exilio femenino en México, que como sus madres y otras tantas, tuvieron que dejar atrás su país y empezar de nuevo en una tierra lejana. Hoy, esas cuatro mujeres que llegaron siendo niñas, han devuelto con creces, lo recibido y aprendido en este país, a través de la enseñanza y la conservación de la memoria del exilio español en México.

UN comentario en “El Ateneo Español de México celebra el Día de la Mujer con representantes del exilio español

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.